“La poesía no ha de hacer la libertad ni la revolución, pero es la libertad y en ella se revoluciona el lenguaje; es el cambio de la perspectiva, porque permite pensar y actuar de otra manera, una más crítica”, dijo el poeta, periodista, economista y campesino Ricardo Antonio Landa, al hablar sobre la forma en que esta disciplina artística se ha insertado en la historia y particularmente en el contexto actual.
Landa, colaborador de esta casa editorial, que cada viernes publica uno de sus poemas, formará parte de las celebraciones por los XXV años de La Jornada de Oriente que comenzaron en septiembre pasado con la presencia en Puebla de la periodista Carmen Aristegui.
Será este miércoles 15 de octubre a las 18 horas, en la sala de lectura de la Biblioteca Histórica José María Lafragua –Juan de Palafox y Mendoza 407–, cuando presente su más reciente poemario titulado El Rojo de la Lengua.
En él, como precisó Landa durante una entrevista, se reúne una selección de sus poemas recientes que ha decir de su autor, forman parte de “la fase El Rojo de la Lengua”, poemas que tienen un “sentido polisémico”, ya que se abren al lector para que él mismo se identifique y establezca un lazo y un sentido con ellos.
“También hay crítica, en esa mi pasión que ha sido la libertad, no en un sentido único sino variado”, dijo el poeta.
Explicó que a su vez el libro se divide en varios capítulos: aquel dedicado al amor, a los “amores apasionados, directos, eróticos”, seguidos por otros firmados por El Rojo de la Lengua, con los que se establece una crítica al castigo, a la culpa, a la envidia y cualquier arrojo que causa la ruptura de las relaciones y que impone el poder sobre el otro.
El volumen editado por la dirección de Fomento Editorial de la Universidad Autónoma de Puebla, refiere su autor, continúa con Mariposas al instante, verso de uno de los poemas de Landa que a su vez hace referencia a aquel Haikú escrito por José Juan Tablada que plantea una idea: que la poesía es una gota intensa como una “mariposa al instante”, por lo que se integran poemas que provocan, sugestionan y alteran, todo con la palabra.
El Rojo de la Lengua, continúa Ricardo Antonio Landa, sigue con un tono irónico que conforman los Manifiestos, algunos poemas con crítica social, ética y un tono erótico, para enseguida proponer al lector “una caída” marcada por versos que aluden al dolor bajo el título Miradas al mendigo.
El libro cierra con el poema Traigo en el pecho que se distingue porque, al contrario de otros escritos en primera persona o con ciertas referencias a lo personal, este sí refiere a la historia propia del autor, en una suma de circunstancias.
“La publicación es una espiral abierta, que a su vez abre una línea paralela a su lectura, que es conversacional y con la que busco entenderme con el lector, y más aún, no concederles sino dejarle, soltarle…”.
Como ejemplo de esa lectura libre que el lector puede hacer sobre el poemario, Landa recordó que en una de las presentaciones del volumen, celebrada en pasados días en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México con los comentarios de Enrique González Rojo, Uriel Aréchiga y Aurelio Fernández, director de este diario y promotor del texto, se señaló que El Rojo de la Lengua es un libro de amor desenajenado.
De la edición universitaria destaca la inclusión de la obra gráfica de Ana Laura Landa Chávez, hija del poeta y artista plástica que en junio pasado en la misma universidad exhibió la serie Lunas de papel pintado, inspiradas en las Lunas Haikú, la serie de Haikús hechos por su padre.
De Ana Laura Landa, además de la obra que ilustra la portada, se incluyen otros ejemplos de su trabajo al interior del libro y en la presentación del miércoles serán proyectados para acompañar la lectura de Omar Castro y el propio Ricardo Landa, además de los comentarios de Ricardo Cartas.