Burros pero no pendejos, dicen gritos y mantas de las y los politécnicos. Las calles del norte y luego del centro y sur de la Ciudad de México, se han vestido del guinda politécnico, que se lee como rojo y negro, si se ve en sus paros, cortes de calles y fuerte movilización, denuncia y difusión en redes de las causas de su paro de actividades con toma o no de instalaciones del Instituto Politécnico Nacional.
Es la respuesta estudiantil a un largo proceso de engaños que habían sido denunciados y suficientemente cuestionados desde 2010 por sectores de conciencia crítica y avanzados en la resistencia. Ahora se volvió una masiva expresión de descontento más allá de la mera petición de prebendas y recursos, en una oleada juvenil -acompañada por los grupos del magisterio democrático del IPN- para defender la gratuidad, integralidad en la formación (contenidos que pretende mutilar la autoridad), la permanencia de carreras completas sin el engaño de salidas colaterales para abaratar la oferta de técnicos y la libertad de cátedra, investigación y conciencia ante el abusivo intervencionismo empresarial sobre contenidos para el beneficio de empresas que buscan fuerza de trabajo técnica barata, innovación tecnológica sujeta al su afán de lucro y ganancias por la mercantilización de la educación y el conocimiento politécnico.
La directora del IPN Yoloxóchitl Vázquez, avejentada en ese puesto y declaradamente fuerza activa del priismo en la captación de recursos y en la cooptación de técnicos para la reproducción del sistema, pasó del encono a la falsaria denuncia al modo diazordacista del 68 de que esas intempestivas y para ella inesperadas movilizaciones masivas, se deben a la presencia de “grupos externos al estudiantado y magisterio del IPN. No parece darse cuenta cómo el aviso de las autoridades aplicación en el POLI de la reforma educativa, sus reglamentos y su inmediata adaptación (le llama “armonización” a otras reformas estructurales neoliberales recientes: energía, educación, telecomunicaciones, laboral). Significan procesos que desmantelan al IPN en sus procesos formativos y de investigación, -mercantilizan “los servicios educativos” y empobrecen contenidos y prácticas en la formación politécnica para que el Instituto cree técnicos baratos y profesionales dependientes de la lógica que priva en las grandes empresas que comandan la economía en México y en otros países.
Por eso con segura asesoría de gobernación y de hacienda, la autoridad del IPN ha tenido que poner freno provisional a la aplicación de su proyecto de reglamento y plan de estudios, mientras encuentra elementos que desvirtúen al movimiento estudiantil en los medios, y que seleccione los métodos que imaginan eficientes para controlar y reducir la lucha (la represión y cooptación son sus medios previsibles).
Días antes de los recordatorios de la matanza del 2 de octubre y la celebración de los aportes de aquel movimiento estudiantil y popular a la lucha por la democracia, los estudiantes del Poli acompañados por maestros y organizaciones sociales democráticas han iniciado sus procesos de organización y defensa articulada de sus derechos y de la educación, la técnica y la ciencia para la soberanía efectiva del pueblo. No están en cero en cuanto experiencias, algunas de las más recientes son la formación del # Yo soy 132, pero también las movimientos magisteriales democráticos y de muchos técnicos y algunos sindicatos contra reformas como la energética y de telecomunicaciones. Es la hora de la voz en alto, pero también de la firme disposición a no fragmentarse, a acumular fuerza con las formas que han enseñado experiencias exitosas de organización y acción directas y participativas, así como de la no dependencia y delegación de sus representaciones en manos de partidos o expertos en “negociación” y pacificación de los movimientos.
En fin, los muchachos y muchachas del poli aprenden rápido y exigen dialogo directo, sin abandonar sus trincheras y acciones. La experiencia universitaria y normalista del estudiantado puede ser colaborativa con la del magisterio democrático. Pero colaborar no es dirigir. La dirección de su movimiento es del estudiantado organizado por cuenta propia.
Al cierre de esta edición la directora YoloxochitlVazquez había presentado su renuncia.