Las enfermedades otrora clásicas fueron endémicas, epidémicas y pandémicas, más potencialmente han desaparecido de nuestro medio, así tenemos el caso de la difteria, una enfermedad bacteriana que afecta la parte media del árbol respiratorio a nivel de faringe, laringe y tráquea, donde forma placas a manera de membranas que obstruyen la vía de entrada del aire, pudiendo matar a quienes la sufren; es causada por el bacilo Corynebacterium difteria, que potencialmente ha desaparecido de nuestro medio con el uso rutinario de la vacuna triple, que es obligatoria a los dos, cuatro y seis meses.
Otra enfermedad dramática ya erradicada fue la peste, una infección bacteriana sistémica presente en gran cantidad de animales que portan al bacilo llamado Yersinia pestis, que de alguna manera hemos conseguido erradicar; es una bacteria que se transmite entre roedores silvestres, ciervos, topos, zorrillos y humanos, por picadura de pulgas o contacto directo, intercambiándose y pasando a humanos también por la picadura de esos artrópodos; en tiempos pasados ocurrieron pandemias terribles llamadas “peste negra”, causando millones de enfermos y muertos, como además tiene la capacidad de transmitirse por aerosoles induciendo elevada mortalidad, e incluso se ha considerado como arma bacteriológica, es cierto que hoy es difícil contraerla, pero los países ricos la cultivan y la tienen pendiente con ese fin.
Otra enfermedad que gran impacto tiene aún hoy día es el cólera, enfermedad que persiste en el mundo en aguas marinas y terrestres, entrando a nuestro cuerpo por la vía oral, causando gracias a su entero toxina una abundante pérdida de líquidos por el tubo digestivo en forma de diarrea abundante que puede conducir a la muerte severa por deshidratación; al agente causal se le llama es Vibrio Cholerae, infección que de alguna manera se puede controlar o limitar en su distribución, procurando la sanidad del agua que se ingiere; de ella han ocurrido al menos seis pandemias en el mundo:
La primera entre 1817y 1923, originada en Asia en el subcontinente indio; la sexta se inició en 1961 en la isla Célebes de Indonesia, expandiéndose al Asia, Medio Oriente, África; la séptima pandemia se inició en 1991, propagándose a Perú, resto de Sudamérica y Centroamérica; hay quienes consideran que hay una octava pandemia iniciada en el subcontinente indio en 1992–1993 se propagó al Asia, sin que se vea controlada. Otra enfermedad controlada es la tos–ferina, causado, por la bacteria Bordetella pertussis, que aislaron en 1906 Bordet y Gengou, controlada actualmente por vacuna obligatoria aplicando tres dosis, la primera a los dos meses, la segunda a los cuatro meses, la tercera a los seis meses o hasta el año; en un país como el nuestro en que la cobertura de vacunas está lejos de ser al 100 por ciento, aún se observan brotes epidémicos en poblaciones aisladas con servicios de salud escasos o nulos.
La OMS piensa que esta enfermedad se puede erradicar, como la viruela, si se lograra la prevención con vacuna universal. El tifo es otra infección epidémico causada por Rickettsia prowazekii, transmitida por piojos, es una infección generalizada que postra a quien la padece expresada como fiebre, siendo más grave en sujetos mayores de 40 años; sus brotes epidémicos tienen una mortalidad variable entre 6 y 30 por ciento de afectados; se relacionó con las guerras de trinchera a la par de higiene personal defectuosa que facilita la proliferación de piojos. El hecho de poder controlar infecciones en nuestro medio es debido al cambio natural de hábitos y costumbres que nada tienen que ver con la asistencia política. Fundamentalmente es la mala habitación, vivir amontonados, tener animales conviviendo en el ambiente humano, limpieza personal, baño diario, todos factores que confluyen en la transmisión y control de enfermedades epidémicas.