El 19 de septiembre de 1984 apareció el número uno de La Jornada, nuestro periódico insignia, nuestra casa matriz. Muchas veces se ha hecho la pregunta de cómo sería el panorama informativo sin nuestro medio nacional, y la respuesta indubitable es que muy diferente. Efectivamente, desde aquella fundación dirigida por Carlos Payán y hoy por Carmen Lira, la línea editorial del diario ha marcado un derrotero muy particular al del resto de los medios informativos de cualquier tipo. Es un medio con causa.
Siempre se planteó como un periódico que daría voz a quienes no la tuvieran, y así ha sido. Grupos sociales y políticos, las más variadas expresiones de la cultura, los enfoques económicos diversos, los espectáculos y deportes presentados desde una perspectiva distinta. Los caricaturistas constituyen sin duda el mejor equipo de moneros del país, siempre certeros, cáusticos, humorísticos, con trazos incomparables. Algo equivalente podemos decir de los fotógrafos, quienes marcaron un hito en la presentación de la imagen en aquellos momentos y durante estos 30 años.
El equipo de reporteros es también extraordinario, destacando algunos más que otros, pero no desmereciendo ninguno. Las crónicas, reportajes o notas informativas merecen análisis específicos en la historia del periodismo mexicano. La Jornada ha sido también un semillero de profesionales que nutren hoy otras redacciones.
Al año de aquella fundación, nuestro diario nacional pasó por la tremenda prueba de perder a un reportero en el sismo de aquel fatídico día, al tiempo realizar la mejor cobertura que se hizo del trágico suceso, pero lo mismo podemos decir de la manera en que fueron atendidos todos los acontecimientos relevantes, innumerables ya, siempre desde una perspectiva del interés de las mayorías nacionales, de la rebeldía y la propuesta novedosa.
Los 10 periódicos regionales de La Jornada, siendo el primero el nuestro, deben a esta política su nacimiento y desarrollo. Hoy nos solazamos de este XXX aniversario porque es nuestro, porque nos sentimos parte de La Jornada como ella es parte de nosotros. ¡Salud y muchos años más!