Sin haber cometido delito o infracción al Bando de Policía y Buen Gobierno, agentes de la Policía Municipal de Puebla detuvieron, esposaron e incomunicaron ayer durante dos horas –sin que se hiciera registro oficial del aseguramiento– al fotoperiodista Ángel Flores, de la agencia EsImagen.
Los hechos sucedieron cerca de las 17 horas, cuando el informador detectó que un piquete de uniformados ejecutaba una operación de cateo y auscultación a ciudadanos, conocida vulgarmente como operativo facha, debido a que los gendarmes usan un criterio discrecional para detener en la vía pública a personas que les parecen de “aspecto sospechoso”.
Ángel Flores comenzó a hacer su trabajo y entonces los policías lo increparon, diciéndole que no podía tomar placas de sus acciones, a pesar de que éstas las realizaban en plena vía pública, pues los hechos sucedieron en la Plaza de la Democracia, en las inmediaciones del Edificio Carolino de la Universidad Autónoma de Puebla.
Los municipales también ordenaron a otros ciudadanos que hacían tomas desde sus equipos móviles sobre los cateos a jóvenes que dejaran de hacerlo.
El fotoperiodista se acreditó mostrando sus identificaciones profesionales, pero a los uniformados eso no les valió, así que lo despojaron de su equipo y teléfono celular, lo esposaron y lo subieron a una patrulla. La versión oficial que dieron después fuentes de la Dirección de Comunicación Social del ayuntamiento capitalino que preside José Antonio Gali Fayad, es que Flores los insultó y por eso se lo llevaron.
El periodista fue a dar a la estación central policiaca de Rancho Colorado, donde ya lo esperaba un funcionario de la Dirección de Comunicación Social, quien en todo momento intervino a su favor, al grado de hablar con los altos mandos de la corporación para hacerles ver el atropello.
Al fotógrafo le devolvieron entonces sus pertenencias y desde su celular envió un mensaje a familiares y amigos, quienes corrieron la voz de alerta.
Finalmente, Ángel Flores obtuvo su libertad, pero cuando pretendió tramitar una queja ante la Asuntos Internos le informaron que no podía porque su detención ni siquiera había sido registrada oficialmente.
Los funcionarios de la Dirección de Comunicación Social le ofrecieron disculpas, al igual que a los directivos de EsImagen.
Cuando Flores salió, su teléfono estaba descargado, así que hubo zozobra durante una media hora sobre su paradero, pero al reportarse con sus familiares y compañeros, la calma volvió.