Cuatro policías golpeados –uno de ellos gravemente– y una docena de pobladores policontundidos, así como el decomiso de tres mototaxis fue el saldo del violento operativo que se libró el pasado viernes en el municipio de Acatzingo por parte del gobierno morenovallista.
Derivado de la detención de las unidades que transitan en comunidades rurales de la localidad, se dio un enfrentamiento entre granaderos y habitantes del municipio, que fueron roseados con gas pimienta para dispersar la protesta.
Esto a pesar que en el barrio de San Gabriel había mujeres, niños y ancianos entre la gresca que involucró a familias completas, armados con palos y piedras, para defender las unidades y su derecho al trabajo.
Durante el choque, los pobladores retuvieron a tres policías estatales por más de una hora, a quienes estuvieron a punto de linchar, como medida de presión para que las autoridades entregaran los motocarros decomisados.
Los hechos se registraron alrededor de las 13 horas, luego del arribo de un convoy de patrullas de la Policía Estatal y empleados de las secretarías de Transporte y General de Gobierno al lugar.
Tras golpear a conductores y usuarios de las unidades, los empleados del gobierno lograron detener tres vehículos motorizados.
En respuesta, pobladores de Acatzingo tocaron las campanas de la iglesia para pedir la ayuda del pueblo y así emprender la lucha por recuperar los mototaxis.
La Policía Estatal y Municipal pidieron el auxilio de más agentes por lo que, después de unos minutos, un helicóptero sobrevoló la zona y arrojó bombas lacrimógenas contra la población.
Fue así como pudo avanzar el contingente de uniformados sobre la calle 6 Oriente, hasta llegar a los domicilios donde estaban retenidos los agentes.
Finalmente, alrededor de 200 granaderos lograron rescatar a los cuatro policías, de los cuales uno presentaba lesiones graves, por lo que fue trasladado al Hospital Integral de Acatzingo.
Después de dos horas, alrededor de las 3 de la tarde, el grupo antimotines comenzó a emprender la retirada del municipio, sin entregar los motocarros.
Las autoridades locales reportaron que no hubo ningún detenido en el enfrentamiento; sin embargo, no se descarta que existen denuncias penales en contra de los responsables de los agravios a los uniformados.
Al respecto, Alejandro Tapia, líder del Frente de Usuarios y Mototaxistas del Estado, se deslindó de los hechos violentos ocurridos en Acatzingo, y dijo que los propietarios de las unidades están agremiados a la Amotac y no a la agrupación que representa.
El declarante informó que la situación se ha tornado tensa en las comunidades rurales donde circulan este tipo de transporte, ya que el gobierno morenovallista va con todo contra este gremio a fin de desaparecerlo.
Hay que destacar que se trata del tercer operativo violento contra mototaxistas que ocurre a unos días del sucedido en Juan C Bonilla y Xoxtla, donde la población quemó patrullas y se enfrentó a golpes contra la Policía Estatal.
Ese mismo día, por la tarde, la Procuraduría General de Justicia (PGJ) emitió un comunicado en el que señala que seguirá vigente el retiro de mototaxis y que habrá denuncias contra los presuntos pobladores de Acatzingo que golpearon a los policías que llevaron a cabo su labor.
En la misiva, la PGJ dio su versión de los hechos en el que resalta que “posterior al aseguramiento y retiro de tres unidades, un grupo de pobladores agredió con piedras, bombas molotov y varillas a elementos de la Policía Estatal Preventiva, a quienes mantuvieron retenidos en un inmueble, intentando extorsionar a la autoridad para entregar a los elementos estatales a cambio de que los mototaxis les fueran devueltos, situación a la que no se accedió, sino por el contrario, la Secretaría de Seguridad Pública Estatal desplegó personal para recuperar y trasladar a los elementos a una instalación médica para su valoración y atención”.