Martes, marzo 19, 2024

Pobladores de Nealtican acuerdan continuar la resistencia contra el gasoducto

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Pobladores de Nealtican exigieron ayer al gobernador Rafael Moreno Valle Rosas y al alcalde Domingo Jiménez Luna –quien por cierto no acudió a la asamblea informativa– que se haga público el proyecto del gasoducto Morelos en tierras de esta localidad, debido a que el tema se ha manejado con total hermetismo, cuando está en riesgo la vida de 456 mil personas que habitan 14 municipios en las faldas del Popocatépetl.


La asamblea pública se llevó a cabo en el zócalo de la localidad, en la que participaron más de 300 habitantes de Nealtican. En ella, el comité directivo presentó un informe de las actividades llevadas a cabo y se acordaron tres resoluciones fundamentales: la más importante, seguir en resistencia contra el proyecto; la segunda, ante el ofrecimiento de la Federación de llevar a cabo un diálogo, éste se acepta en las condiciones que la comunidad establezca; la tercera, se tomarán las medidas para llevara cabo las tareas de resistencia, entre ellas las de tipo legal.

Para garantizar que no se presentara ningún conflicto, pues días antes se rumoró que sería detenida la presidente del “Comité de Ciudadanos de Nealtican en Defensa de la Vida, el Territorio y el Agua”, Selene Santamaría, a la reunión acudieron representantes de la Comisión de Derechos Humanos del estado y del Centro de Derechos Humanos “Joel Arriaga”.

En su intervención, los especialistas del Centro Universitario de Prevención de Desastres Regionales (Cupreder) de la UAP Alejandra López García y Samuel Contreras, destacaron a la población que no está claro el trazo del gasoducto por el estado de Puebla.

Debido a esta falta de información, señalaron que se dieron a la tarea de crear una traza independiente de la información que maneja la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la cual reveló que la tubería de 30 pulgadas de diámetro atravesará comunidades y pasará a unos metros de hornos de alfarería, escuelas, iglesias y mercados.

Alejandra López dijo que el recorrido verdadero del gasoducto de 160 kilómetros, que partirá de Tlaxco, Tlaxcala, a Huexca, Morelos, se trazó con base en testimonios de campesinos y ejidatarios, a quienes la paraestatal les ofreció dinero a cambio de la venta o renta de sus tierras para la ejecución del proyecto.

Respecto al gasoducto comentó que más allá del peligro que representa la instalación de la infraestructura a 20 kilómetros del cráter del volcán, también está en riesgo la vida comunitaria, las tradiciones y costumbres de los pueblos originarios de la región de los volcanes.

La investigadora del Cupreder destacó que esto se debe a que se pretende detonar un polo industrial en la zona de alto riesgo volcánico que a la larga provocará el desplazamiento de comunidades enteras.

Dejó en claro que esto no sucederá de un día para otro, sino será un proyecto a largo plazo, como sucede en los pueblos del estado de México, Tlalmanalco, Chalco e Ixtapaluca.

“Los puntos de distribución de gas natural en la región de los volcanes, representa un alto riesgo para los pobladores porque traería con el paso de los años que esta región de vocación agrícola se transforme a industrial, y con ello lleguen las inmobiliarias y las fábricas y crezca la población desmedidamente”, reveló.


Asimismo, informó a la población que otro de los riesgos de la instalación del gasoducto es que la infraestructura pasará por la barranca de Huiloac, y en algunos tramos la tubería no quedará enterrada a 9 metros como exige la norma, sino estaría expuesta al aire libre.

Por su parte, el investigador Samuel Contreras reveló que el gobierno ni la CFE están respetando el Programa de Ordenamiento Ecológico y por Riesgo Eruptivo del Volcán Popocatépetl, publicado en el Periódico Oficial del Estado de Puebla el 25 de enero de 2005, que determina que los 37 municipios que conforman la zona Izta–Popo deben conservar su actividad primaria relacionada con el campo y su agricultura para evitar un desmedido crecimiento poblacional.

Esto sin contar –informó– que la instalación del gasoducto pondría en riesgo la captación de agua de la zona del Popocatépetl que abastece a más de 13 millones de habitantes del centro del país.


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