La crisis en la panadería tlaxcalteca
Calderón enloqueció y rompió con Castillo
Las damas de compañía contra las viudas
El Jicoténcal considera que el PAN está en la antesala de una nueva ruptura o si se quiere de su cuarta crisis existencial, las otras se produjeron en 1963, 1978 y 1992, todavía bajo la idea de que el país era un Estado hegemónico de partido único. La quinta se dará después de que el PAN ha sido gobierno de la República.
Pero eso es en el PAN nacional, en el local no saben nada de eso, afirma el Margarito y agrega: a la panadería tlaxcalteca la única crisis que atraviesa son los vientos que los levantan como la canción de la basurita de Angélica María.
“Soy del mar espuma, soy triste lamento. Yo soy basurita, soy basurita que arrastra el viento. ¡Ay! cuanta amargura siento al acordarme. Soy la basurita, soy basurita que lleva el aire”, canta entusiasmado el Tránsito, aunque muy desentonado.
Para que se peleen se requieren dos, apunta el Jicoténcal. ¿Quiénes son los contrincantes?
La gestación de la ruptura es vieja, estima el Margarito, pero se expresa en la elección de ayer domingo entre los dos candidatos que representan a dos grupos diferentes; por un lado los herederos, pero no de la doctrina sino del partido cuyo patrono es Felipe Calderón y, por el otro, los pragmáticos que descienden de los bárbaros del norte, es decir, el ala empresarial.
Un año antes de que el PRI perdiera por primera vez la mayoría en el Congreso de la Unión, recuerda el Tránsito, en 1996 fue electo presidente del CEN del PAN, Felipe Calderón, y se creyó que eso significaba el rescate de la herencia ideológica de la centro–derecha y de la opción electoral que su padre había repudiado y lo había conducido a la renuncia.
En el poder se generaron las pugnas y las rupturas
El huevo de la serpiente, asegura el Jicoténcal, se gestó en las entrañas del partido al arribar el PAN al poder del Estado por el que siempre ha luchado, aunque algunos historiadores quieren vender la “imagen pulcra de los no políticos”. Los panistas nacieron, crecieron y se han reproducido para alcanzar el poder y ahí se generan sus pugnas y rupturas o crisis.
El Margarito se queda pensando en lo que afirma el Jicoténcal y no es coincidencia que Felipe Calderón llegue al CEN y después considere que él ha provocado el cambio del país, lo que le lleva a enloquecer y romper con quien había sido su mentor: Carlos Castillo Peraza para crear su grupo montessori.
El otro grupo, cree el Tránsito, se gesta con la llegada de los bárbaros del norte con Maquío a la cabeza en 1988, como reacción a la nacionalización de la banca que lleva a los empresarios a organizarse para disputar el poder político, porque consideran que los políticos no tienen la capacidad para ello, aunque los empresarios siempre habían vivido bajo el cobijo del proteccionismo estatal.
Después de Maquío, recuerda el Margarito, muchos empresarios y dirigentes de las cámaras empresariales –los gatos de angora– se convierten en candidatos y en políticos profesionales, entre otros Vicente Fox que le disputa a Felipe Calderón la candidatura de la Presidencia de la República, aunque llega a la Cámara de Diputados y es electo coordinador de su bancada, desde donde muestra sus diferencias con Chente.
El asunto, afirma el Jicoténcal, se agudiza cuando termina Felipe Calderón como diputado y lo jalan para el gabinete como secretario de Energía, donde dura solo un año porque por andar haciendo grilla, el presidente lo despide, dejándole las manos libres para construir su candidatura y llegar a la Presidencia de la República en 2006.
Del otro lado están los pragmáticos, los barbáros del norte, apunta el Margarito, que se incorporan a partir de la elección de 1988 y viven tangencialmente la ruptura con los forista en 1992, porque la mayor parte de ellos, aunque son simpatizantes, todavía no le entran de lleno a la grilla, pero ya vislumbran que el camino a Los Pinos pasa por acompañar a quien vive en ellos y nacen las concertaciones, con lo que se obtiene la primera gubernatura y muchas diputaciones y senadurías.
Cuando Felipe Calderón era presidente del CEN, recuerda el Tránsito, había declarado que buscaría “ganar el poder sin perder el partido”; sin embargo, una vez que se sienta en la silla presidencial se convierte en un priíto y hace y deshace en el partido poniendo como presidentes a sus cuates, que le crean más problemas que los que resuelven: Germán Martínez (2007–2009), César Nava (2009–2010) y en 2010 ya no pudo imponer a Roberto Gil porque le gana la mano Gustavo Madero.
Madero y el Pacto por México
Lo que Felipe Calderón hizo al acompañar al PRI en las reformas y en el Tratado de Libre Comercio, destaca el Jicoténcal, Gustavo Madero lo reproduce con su participación en el Pacto por México, ¡Esa es la manzana de la discordia! ¿Cuál es la fracción con la que el gobierno negocia? Y en ese sentido la disputa por la presidencia del PAN no es un asunto de proyecto o de principios sino de conservación.
El Margarito destaca que eso hace que las dos fracciones se den hasta con la cubeta porque la que fracase no le va a quedar más que: 1) subordinarse al poder del que gane, sin ninguna posibilidad de representación, 2) diluirse en la militancia y dedicarse a actividades privadas o 3) romper con el partido y afiliarse a otro o formar su propio partido.
El Tránsito cree que en Tlaxcala, la crisis o ruptura será consecuencia del resultado nacional y de la forma en que se vean arrastrados los dos grupos de interés local: las viudas de Calderón y las damas de compañía.
Es pertinente aclarar, considera el Jicoténcal, que en la entidad no hay herederos, ni bárbaros del norte como a nivel nacional, aquí los dos grupos son herederos pero de la fortuna y de la coyuntura, estuvieron en el lugar y en el momento exacto, eso los hizo “triunfadores”. Los fantásticos, convertidos en damas de compañía, nunca fueron empresarios o gerentes de empresas, eran trabajadores al servicio del Estado, mientras que las viudas de Calderón no son líderes de grupos católicos o cristianos, sino que eran parte de la burocracia del partido.
El Margarito afirma que el PAN en Tlaxcala se ha construido a retazos y no es hasta el año 2000 que agarra forma. En la década de los cuarenta del siglo pasado se reconoce que Juventino Sánchez de la Vega participa de su fundación, pero no hay actividad real hasta 20 años después cuando un grupo vuelve a fundarlo, idea que no se cristaliza hasta que Julio Mila alcanza la primera diputación plurinominal en la década de los setenta y ganan su primer ayuntamiento: Cuaxomulco.
Quién no recuerda a Luis González Pintor, dice el Jicoténcal, porque en la década de los ochenta se dedica a reorganizar el partido y él mismo se convierte en diputado federal, aunque hasta la década de los noventa es que el partido logra existir realmente y lo hace por los encontronazos que tenían Luis González, Roberto Texis y Tomás Degante, lo que casi siempre terminaba con el desconocimiento de la dirigencia local, lo que determinó que les mandaran dos delegados nacionales.
El año 2000 es el punto de partida, afirma el Margarito, en la elección federal, uno de los que después se van a identificar como los cuatro fantásticos alcanza los votos necesarios para llegar al Congreso de la Unión como diputado federal: Benjamín Ávila. Un año después (2001) , las elecciones locales abren espacio como diputados plurinominales a dos más de los fantásticos: Sergio González y Adolfo Escobar, quienes se alternan en el control de la presidencia del CDE.
Por esos mismo años se forma la otra corriente, asegura el Tránsito, en razón de que el gobierno del estado se decanta por Santiago Creel en la elección para la candidatura a la Presidencia de la República en 2006, Felipe Calderón pide al gobernador que no meta las manos y deje que las cosas corran, pero como no tiene a nadie en la estructura del partido, busca aliados y encuentra disponibilidad en la encargada de comunicación social, a quien hace su representante. Felipe Calderón gana la candidatura y luego la Presidencia de la República, lo que se convierte en el premio mayor para su aliada y la transforma en diputada federal plurinominal, en funcionaria de primer nivel y finalmente en candidata al gobierno del estado.
La pérdida de la gubernatura en 2010 y de la Presidencia de la República en 2012 hace, según el Jicoténcal, que los dos grupos se queden sin padrinos en el primer círculo, por lo que se alían con los que los representan, así, las viudas de Calderón apoyan a Ernesto Cordero y las damas de compañía se arrejuntan con Madero, el resultado de la elección define el futuro de cada uno de ellos, sólo que el que pierda no se saldrá, ni se diluirá, sino que se adaptarán a las nuevas condiciones porque no tienen ningún futuro fuera del partido y no destacan tampoco como empresarios. ¡Hasta en eso son de medio pelo!
La única diferencia con las otras rupturas, concluye el Margarito, es que ahora no le podrán echar la culpa al PRI porque México dejó de ser una sociedad de partido hegemónico, en la que el PAN fue el primer partido de la alternancia, cuya profecía cumplió al revés, ganaron el poder y perdieron el partido y luego perdieron el poder y perdieron el partido y ahora necesitan ganar el partido aunque esté partido.