Viernes, marzo 29, 2024

Un jurista de excelencia

Destacamos

Para Ernest Ramírez López.

Fraternalmente, con toda mi solidaridad.

 

Siendo director general de Asuntos Jurídicos en el gobierno del estado de don Manuel Bartlett Díaz, me encontré con un gran reto personal que consistía en sacar adelante una serie de proyectos que harían realidad “la grandeza de Puebla” propuesta en campaña por el entonces gobernador del estado entre los que puedo destacar el “Programa de Desarrollo Regional Angelópolis” que contemplaba 11 subprogramas para abatir rezagos ancestrales en una zona conurbada de catorce municipios.

El rescate de la reserva territorial de mil 081 hectáreas expropiadas en 1992 por el entonces presidente Salinas, cuyo fin era el crecimiento ordenado de la ciudad de Puebla, integradas en cuatro ejidos y que habían sido objeto de infinidad de ventas ilegales al no existir convenio de transferencia de la superficie expropiada por parte de la Sedesol del gobierno estatal en el que se asumían obligaciones y responsabilidades para ambos niveles de gobierno, no obstante ello, el Congreso autorizó al entonces gobernador Piña Olaya a vender y donar un espacio hoy rescatado para bien de los poblanos, que de no haberse hecho, no contaríamos con la zona comercial Angelópolis, las vialidades que comunican a los municipios conurbados con el municipio de Puebla, fraccionamientos, zonas habitacionales de interés social, medio y residencial, y la infraestructura pública que gracias a la férrea voluntad de Manuel Bartlett y sus colaboradores, principalmente don Salvador Rocha Díaz (qepd) se hicieron una realidad que ahora el gobernador Moreno Valle ha ido acrecentando para orgullo de los poblanos.

Debo decirles que aunque había tenido la fortuna de haber colaborado con un jurista de cepa como Don Guillermo Pacheco Pulido siendo este presidente municipal y yo director general de Asuntos Jurídicos del ayuntamiento, había adquirido la experiencia y los conocimientos necesarios que no suficientes para enfrentar estos retos de naturaleza legal. A la postre y por ausencia del Síndico titular y del suplente, el jurista y hermano mayor mío Rubén Toquero Franco, quien por causas más que razonables que no vienen al caso, con la dignidad que lo caracteriza decidió retirarse del cargo de Síndico para que el cabildo del ayuntamiento acordara concederme facultades para fungir como síndico, puesto en el que me desempeñé hasta el final de la administración de don Guillermo.

Mi encuentro por azares de la vida con uno de los mejores abogados que ha tenido este país y mi cercanía y aprendizaje de las improntas que me legó –me refiero al Ministro Salvador Rocha Díaz– quien hoy comparte su gran espíritu con los muertos de su casa, diría Octavio Paz. En aquel pasaje de mi vida con el hermano espiritual de don Manuel Bartlett me llevó a formar parte del equipo jurídico en su gobierno y emprender tareas harto difíciles como la elaboración del Programa Parcial de Mejoramiento, Conservación e Integración del Paseo de San Francisco que formaba parte del Programa Angelópolis avalado en convenios de colaboración y coordinación por todos los sectores de la sociedad poblana y los catorce municipios de la zona conurbada denominada “Angelópolis”.

En las reuniones que tuve con los Directores de Asuntos Jurídicos de cada una de las Secretarías del Gabinete del hoy Senador Bartlett era común encontrarme en ellas a un joven asesor de la Dirección de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Finanzas, quien cuando se presentaban algunos trapisondas jurídicos siempre intervenía con razonamientos que desfacían el entuerto, al tiempo de dedicarse (sin que nadie lo viera) a hacer las caricaturas de todos los que nos encontrábamos en las reuniones, cosa que supe con el tiempo, me refiero a mi hermano menor, Ernesto Ramírez López.

La lógica jurídica y los vastos conocimientos de aquél abogado de treinta años me llevaron a comentar con mi jefe y amigo don Salvador Rocha de la necesidad que tenía para que se incorporara de manera directa al equipo de don Manuel, lo que estuvo a punto de suceder, no obstante José Luis Flores, entonces Secretario de Finanzas al enterarse de mis intenciones lo retuvo y con la lealtad que caracteriza a Ernesto declinó mi oferta aun a sabiendas de que su ingreso económico sería casi duplicado, ese rasgo de generosidad, gratitud y lealtad, es un valor intangible que ha acompañado a Ernesto Ramírez durante toda su vida.

Siendo subsecretario de Asuntos Jurídicos nuevamente lo invité para convertirse en director general de Asuntos Jurídicos en la Secretaría de Gobernación. Su respuesta fue la misma “me debo al secretario de Finanzas y él me pide que me mantenga en mi cargo”, actitud esta que consolidó mi percepción de los valores humanos del hoy doctor en Derecho a quien dedico esta entrega.

Una vez que fui nombrado como secretario de Gobernación, recuerdo que una de las condiciones de don Manuel Bartlett fue la de que continuara manejando los asuntos jurídicos de su gobierno, por supuesto teniendo como Oráculo de Delfos al gran Salvador Rocha Díaz, quien de manera ágil y con la inteligencia que lo asistía siempre tuvo para mí el tiempo suficiente no solo para corregir mis errores, guiar mis pasos en las tareas propias de mi actividad en el área jurídica al ser el verdadero asesor jurídico de Manuel Bartlett.

Era tiempo de que conformara un equipo de asesores que atendieran las exigencias del Ejecutivo del Estado en la defensa de su Soberanía, en la creación de políticas públicas, la consolidación de sus programas, planes y proyectos, y fue así que Ernesto Ramírez ocupó el cargo de Jefe de Asesores teniendo como asistentes a jóvenes talentosos como Hugo Manlio Huerta Díaz de León a quien generosamente mi amigo y compañero de gabinete Mario Riestra Venegas (qepd) no opugnó mi petición permitiendo la incorporación de su director Jurídico solo porque así era Mario, Ricardo García Prieto (qepd), Argelia Carmona, Víctor Flores Nicolás, en el caso de Patricia Leal, brillante jurista, hoy diputada local para bien de los poblanos, me fue imposible integrarla al equipo para no dejar sin lo mejor que tenía la Secretaría de Finanzas en materia jurídico–administrativa. Paty siguió su trayectoria, sus convicciones morales y personales la llevaron a colaborar muy de cerca con el hoy gobernador con la lealtad que pocos pueden jactarse de tener, por ello se ha ido encumbrando y hoy contamos con una voz en el Congreso en defensa de la sociedad poblana después de pasar por el relevante cargo de Contralora de la administración morenovallista.

Debo decir, volviendo con el personaje de esta entrega, que pocos saben que fue el artífice de casi todas las leyes en materia fiscal y hacendaria y con el tiempo don Manuel Bartlett y don Salvador Rocha supieron a través de mi persona que la controvertida Ley para el Federalismo Hacendario debidamente sustentada en el artículo 115 fracción IV inciso b) es en el mayor porcentaje hechura de Ernesto con la venia y aquiescencia de estos dos personajes. Las controversias constitucionales en contra de esta Ley Federalista sobrevinieron. Ernesto Ramírez y el que esto escribe seguimos a pie juntillas las recomendaciones de don Salvador Rocha, quien en todo tiempo no solo supervisó, corrigió o enmendó las contestaciones que finalmente nos llevaron a que la Suprema Corte de Justicia de la Nación las declarara constitucionales con algunos artículos que consideraron violentaban el 115 constitucional al considerar que se trataba de preceptos que invadían la esfera de competencia municipal.

La hiperactividad de Ernesto lo ha llevado a la fecha a prepararse de manera permanente en la ciencia del derecho contando con diplomados en derecho procesal civil, derecho de amparo, una maestría en criminología, políticas públicas y gobiernos municipales, fiscalización y rendición de cuentas en derecho económico y obtener el doctorado en administración pública, no solo eso, Ernesto forma parte del grupo de expertos en fórmula del Sistema Nacional de Coordinación Fiscal y es miembro del grupo jurídico para la defensa de las haciendas locales ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha representado a diversas entidades paraestatales y gobiernos en procedimientos administrativos de responsabilidades y litigios formales relacionados a los temas de obra pública y servicios relacionados con las mismas, ha sido conferencista en diversas ramas del derecho y en foros nacionales e internacionales, debo destacar que como socio y colaborador mío llevamos a cabo de manera conjunta la asesoría legal en los gobiernos municipales de Mario Marín, Enrique Doger y Blanca Alcalá, en todo los casos sin reproche alguno, por el contrario obteniendo fallos favorables para evitar lesiones patrimoniales a los derechos de los ciudadanos capitalinos como ejemplo pongo el caso ganado contra Mexicana de Mantenimiento y Alumbrado, por su ostensible  inconstitucionalidad, contrato al que me opuse en la LV Legislatura siendo diputado de esta, contrariando a la bancada panista y a mis propios compañeros del PRI anunciando que tendría la oportunidad algún día, como sucedió, de echar por tierra este deleznable y oprobioso contrato que imponía a los habitantes de esta ciudad Capital una contribución de 35 por ciento en el predial por concepto de alumbrado pese a que el DAP (Derecho de alumbrado público) lo pagamos a la CFE con 7 por ciento.

Pese a la voluntad de Ernesto, el pasado viernes en ameno desayuno y debate jurídico (los que sostengo con él a menudo), por cierto coincidiendo siempre en el fondo aunque no en la forma de las soluciones en cada caso que debatimos, le hice saber de mi intención para dedicarle una entrega y así los poblanos que no lo conocen y los pocos, muy pocos abogados que no saben quién es hoy se enteren de una vez por todas.

Me he referido a Ernesto Ramírez el jurista, uno de los cinco mejores fiscalistas y expertos en materia administrativa en este país a mi parecer.

Para finalizar considero obligatorio hablar del padre amoroso, del hombre solidario, grato y leal, del que se entrega sin cortapisas, del que tiene las manos limpias y que nunca miente, del hombre que enfrenta las adversidades con moderación y tomando como arma la razón, del amigo y compañero de andanzas mil, del proveedor de empleos, del que no olvida un gesto pasado por nimio que este haya sido para recompensarlo con creces, del hermano menor que me enorgullece tener aunque no sea de sangre, pero como si lo fuera.

Hasta aquí dejo una pequeña semblanza de la persona a quien no se le puede reprochar nada más que ser amigo, honesto, transparente, sincero y con un corazón más grande que el tamaño de su cuerpo. Disculpa hermano por no atender tu negativa para hacer esta entrega que te debía desde hace mucho tiempo. ¡Mi solidaridad está contigo!

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