El diputado del Partido Nueva Alianza (Panal), Hector Alonso Granados, acusó a los manifestantes que protestan a fuera del Congreso de Puebla de haberle robado su reloj, amén de calificarlos como “fascistas”, “acarreados”, “borregos de izquierda”, “grupúsculos” y “anarquistas, además reprochando que el gobierno estatal no le hubiera brindado las condiciones de seguridad “para ir a mi Congreso, a nuestro lugar de trabajo” como sucedió en otras entidades, donde los legisladores ingresaron a los recintos parlamentarios en camiones de seguridad pública y escoltados por policías.
En una arenga que dedicó mayoritariamente para denostar a los militantes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y en poco a hablar sobre la reforma energética, Alonso Granados también instó a los medios de comunicación y particularmente a los fotoperiodistas a “no darle alas a los izquierdistas”, porque “la izquierda, la ultra izquierda no ha llegado al poder con flores”, sino mediante la violencia y comparó lo que puede suceder si la izquierda llega al poder con lo que acontece en entidades dominadas por el narcotráfico, donde asesinan a informadores.
Luego, cuando el diputado Alejandro Oaxaca ocupó la tribuna y le recordó su relación parental con el desaparecido líder obrero, Blas Chumacero, Alonso Granados reaccionó violentamente y parándose de su curul, en una actitud francamente de combate físico, le increpó: “¡Con mi familia no te metas!”, hasta que fue llamado al orden y calmado por otros homólogos.Tras jactarse de que las personas que le gritaron “¡vende patrias!” y le propinaron “un empujón que aún tengo marcado en la espalda”, “no se fueron limpias”, el representante popular admitió que tenía dudas de la reforma, pero que votará a favor por un acto de “buena fe” con “quien tiene el timón del país” (sic), Enrique Peña Nieto.