Cuando se anunció un programa de infracciones para aquellos automovilistas que rebasaran el límite de velocidad establecido en las calles y avenidas de la ciudad de Puebla y su zona conurbada, que consiste en una foto infracción, en las redes sociales se inició una discusión sobre el objetivo de esta medida y las preguntas sobre la fecha de inicio de dicho programa.
Algo que llamo la atención fue la posibilidad de obtener una aplicación para el celular o tablet que indicaba la posición de las cámaras (la verdad no sé si en realidad existen, pero lo leí en una de las redes sociales), luego vino el anuncio de plásticos que cubren la placa, impidiendo con esto la claridad de la imagen que permite a las autoridades comprobar el exceso de velocidad. Desde luego estos mecanismos, que tratan de ocultar las placas, se encuentran fuera de la ley y las autoridades invitaron a los ciudadanos a mantenerse dentro de las reglas establecidas.
Esto invita a una reflexión que como ciudadanos nos involucra a todos, automovilistas, peatones, choferes de transporte público y autoridades. La foto infracción es sólo el castigo y no parece ser un programa preventivo, pues aunque uno no quiera al momento de pagar su control vehicular, van a aparecer las multas a las que se hizo acreedor el dueño del auto, que no necesariamente tiene que ser el conductor, es probable que algún padre de familia se entere que a su vástago le gusta usar el Periférico Ecológico como pista de carreras.
Entonces la aparición de los plásticos para cubrir las placas o el uso de programas para celular que puedan evitar el castigo es muestra de que los ciudadanos antes de ajustarnos a una norma preferimos buscar la manera de darle la vuelta, como se dice coloquialmente, a una imposición de la autoridad que se anunció como una forma de evitar accidentes automovilísticos en las principales vialidades de la ciudad. Particularmente para aquellas vialidades en las cuales no se puede construir un tope que ayude a frenar los impulsos de corredor de fórmula 1.
Pero el programa para regular los límites de velocidad podría estar acompañado por actividades que promuevan una cultura vial, insistir en el respeto a las normas elementales de manejo. Como la de ceder el paso a los peatones es algo que casi no se hace, dejar libre el carril de alta velocidad, respetar el límite de edad para manejar, respetar los lugares para estacionarse y un sin fin de reglas que pueden mejorar el tránsito vehicular.
Claro que las autoridades estales y municipales también ayudan con programas emergentes, sobre en todo en tiempo de lluvias, pues por todos lados emergen baches los cuales regulan la velocidad, debemos incluir la instalación de topes en casi cualquier calle, de cualquier colonia.
Para finalizar esta claro que para limitar la velocidad es importante el castigo, ya sea en dinero o dañando el automóvil, y no la prevención.