Después de poco más de tres décadas (¡y las que nos faltan!) de habernos impuesto como modelo único e irrefutable al neoliberalismo, éste sigue ofreciendo pésimos resultados económicos y sociales. La perversa unión de políticos de origen priísta y panista al frente del gobierno, para llevar al país por la senda del crecimiento y progreso, ha fracasado rotundamente y los trabajadores “pagan el pato” de la obsoleta modernidad.
El actual inquilino de Los Pinos reconoció en días pasados que la demanda, sobre todo de los jóvenes, por obtener un empleo superó la creación de puestos de trabajo, y aseguró Peña estar decidido a contrarrestar esta situación con la creación de una “política distinta”. Sin embargo, en otras áreas, como la del combate a la pobreza, los resultados de las “políticas distintas” han sido desastrosos. Si creemos en las cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), existen en México 53.3 millones de personas en situación de pobreza y se encuentra con carencia extrema 9.8 por ciento de la población; en cambio, investigadores como Julio Boltvnik señalan que son 100 millones los mexicanos pobres, sin olvidar a 7 millones que padecen hambre. ¡Qué logros!
¡Ah! pero cuando se trata de realizar gastos superfluos y vanidosos, la clase política mexicana no tiene comparación, son excelentes para ocultar sus robos y fechorías, y las dizque instituciones creadas para vigilar sus excesos resultan una burla para la población, porqué nunca son capaces de realizar adecuadamente una investigación, juicio o indagación, que llegue “hasta las últimas consecuencias” y dar con los culpables.
De estas pillerías pocos escapan, más bien tienden a igualarse –aunque presumen de no parecerse–, así, en la toma de posesión de Vicente Fox se gastó, en una “recepción de acuerdo a su investidura”, la escandalosa cifra de 3 millones de dólares; y ahora nos enteramos que, para darnos un mensaje de la austeridad del “nuevo PRI”, el señor Peña Nieto y la parafernalia de Televisa y asociados dispusieron de 8 millones 700 mil pesos; cierto, menos que el otro pero no deja de ser un derroche inútil.
¿Así es como desean estos personajes acabar con “la pobreza y hambre ancestral del pueblo mexicano”?; además que ya nos están preparando contra el nuevo atraco de los Chicago Boys (Salinas/Azpe/Videgaray/Córdoba): el aumento del IVA en alimentos y medicinas. Sin olvidar que siguen tramando sus siniestras reformas estructurales (energética y fiscal) que, según ellos, ahora sí van a sacar a México del atraso.
¡Vaya clase política con la que cuenta el país: mitómana y cleptómana!