Evo en Conferencia de Prensa / sinembargo.mx
Evo Morales no sólo es Latinoamericano, sino que es indígena por lo que no es de extrañar semejante tratamiento por parte de los europeos… si a eso se le suma que “osó” contraponerse a la vigilante y mustia censura norteamericana al considerar dar asilo a Snowden, comprendemos la terrible debilidad de estos países que caen presa de un racismo caduco y un servilismo insultante. El pensamiento colonial e indudablemente afectado por un darwinismo social, no nos debe resultar extraño, es algo que tenemos bien arraigado en nuestras sociedades también coloniales. Como bien apunta David Brading en su libro Mito y profecía en la historia de México:
“…la mayoría de los intelectuales del siglo XIX desdeñaban a los aztecas, a quienes consideraban bárbaros, y a los indígenas contemporáneos, a quienes veían como un estorbo para la modernización del país. Para justificar su opinión, citaban a Alexander Von Humboldt, quien proyectaba en sus estudios de los monumentos y códices prehispánicos sus preconceptos neoclásicos, sosteniendo que siempre coexistieron el desarrollo estético y la libertad política, unión supremamente realizada en la antigua Grecia, pero ausente entre los aztecas (…) En vista de estos comentarios no sorprende que Ignacio Ramírez, ministro de Justicia en el primer gabinete de Juárez y gran admirador de Humboldt, tachara a la civilización azteca de despótica y dominada por supersticiones y miedos, y calificara de bárbaros el arte y la literatura que quedaban como vestigios de su cultura” (Brading, 2004: 212-213).
Con poca fortuna, pensamientos decimonónicos como el anterior siguen presentes en nuestras sociedades.
Israel León O’Farrill