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Lunes, 2 de enero de 2012

La Jornada de Oriente - Puebla - Cultura
 
 

Piedras Encimadas, valle de las formaciones rocosas con unos 65 millones de años

 

Es ideal hacer los recorridos a pie siguiendo los caminos que han sido marcados por los propios pobladores y por el paso continuo de los visitantes en el lugar /  Foto Abraham Paredes
PAULA CARRIZOSA

A unos 25 kilómetros de Zacatlán, entre la geografía de la Sierra Norte de Puebla, se llega al valle de Piedras Encimadas, un espacio que se distingue por aquellos cuerpos de piedra que debido a procesos naturales, como la erosión, se han transformado en figuras caprichosas que toman formas con la imaginación del visitante.

En una superficie de 300 hectáreas, en las que se distinguen árboles de diversas especies, se pueden ver decenas de piedras que van de los 10 a los 20 metros de altura, y que tienen una característica en común: ser formas caprichosas que asemejan edificios, columnas, animales o perfiles humanos.

Algunas leyendas locales mencionan que estas antiguas formaciones rocosas fueron moldeadas por gigantes, aunque los estudios geológicos indican que su creación se debe a los procesos que han tenido lugar millones de años debido a agentes atmosféricos como el viento, el agua, la humedad y las reacciones químicas.

Así, el tallado y la creación de estas obras pétreas se atribuye a la erosión de la piedra caliza, que tiene un remoto origen marino y que durante milenios ha sido presa de los efectos moldeadores de las lluvias y el viento.

Por ello, los estudios mineralógicos han demostrado que el fenómeno de las piedras encimadas está relacionado con la historia de la tierra y no con las leyendas.

Hoy se sabe que estas formaciones son del Periodo Terciario y que tienen 65 millones de años de antigüedad. La actividad volcánica, las reacciones químicas y los agentes atmosféricos como la lluvia, el viento y la humedad son los factores que al paso del tiempo modelaron el conjunto escultórico natural de este sitio.

Dado que la mayoría de las esculturas se encuentran dispersas entre la vegetación y en tierras inclinadas, senderos o bajadas que llevan hacia un brazo de río, es ideal hacer los recorridos a pie siguiendo los caminos que han sido marcados por los propios pobladores y por el paso continuo de los visitantes, además del recorrido a pie; muchos de los paseantes optan por montar a caballo, ya que este es un servicio que prestan los pobladores de las comunidades aledañas.

El valle de Piedras Encimadas es un lugar muy visitado por turistas nacionales y de otros países, siendo las temporadas de Semana Santa y de verano los momentos en que asiste un mayor número de personas.

La zona, hasta hace algunos años, solamente estaba cercada con alambre de púas, ahora está  rodeada por una valla de madera local y un arco que da la bienvenida en el acceso principal.

Asimismo, en el área existen proyectos de construcción de cabañas con servicios básicos, donde se prestarán servicios de restaurante y para pernoctar; también se llevan a cabo programas de limpieza permanente, reforestación, control de la extracción maderera y la promoción turística de este lugar.

Los fines de semana los lugareños venden antojitos y dulces, también se alquilan caballos. Incluso muchos visitantes instalan sus tiendas de campaña y optan por permanecer el fin de semana con el objetivo de explorar bien el valle, conocer parte de su fauna y las comunidades aledañas, como Teopancingo, Las Lajas, Rancho Nuevo y Metlaxixtla.

Para acceder al lugar se llega por la carretera número 130 Zacatlán–Huauchinango y después se sigue por un camino de terracería. Desde Zacatlán hay servicio de microbús cada dos horas, según temporada.

 
 
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