En Puebla dos terceras partes de las aguas residuales que generan los centros de población se descargan en ríos y barrancas sin recibir ningún tipo de tratamiento, informó el diputado federal Alberto Jiménez Merino.
Para corregir el daño ambiental afirmó que son necesarias cerca de 300 obras de tratamiento de agua en todo el estado, principalmente en los municipios de Puebla, Atlixco, Izúcar de Matamoros, Venustiano Carranza, Teziutlán, Xicotepec, Tehuacán y Hueytamalco.
Sobre el pacto que firmaron los mandatarios de los estados de Puebla y de Tlaxcala, Rafael Moreno Valle Rosas y Mariano González Zarur, respectivamente, para sanear la cuenca de los ríos Atoyac y Zahuapan, manifestó que la voluntad política no es suficiente, ya que ésta se tiene que traducir en la asignación y ejecución de recursos.
El autor del libro Agua para el Desarrollo Económico y Social consideró que son insuficientes las plantas tratadoras que operan actualmente en el estado, por lo que convocó a las autoridades federales, estatales y municipales a redoblar los esfuerzos en dicha materia.
De acuerdo con la Comisión de Saneamiento de Agua Potable de la ciudad de Puebla (Ceaspue), de las 280 plantas que se han construido en territorio poblano sólo operan 70, y de éstas la mitad lo hace fuera de norma.
Jiménez Merino explicó que la deficiente operación de las plantas tratadoras se debe principalmente a los costos elevados de su mantenimiento, por lo que es necesario buscar métodos alternos como los biodigestores, humedales y pantanos artificiales.
El legislador priista señaló que la falta de presupuesto en los estados y municipios para el tratamiento de aguas residuales tiene su origen en las asignaciones que se realizan a nivel federal, las cuales resultan insuficientes ante la gravedad del problema.
“Todos se preocupan por abastecer de agua a una población, pero nadie se ocupa de las descargas, las cuales podrían ser reutilizadas en el ambiente si fueran sometidas a un proceso de purificación”, criticó.
Estimó que el sector hídrico requiere una inversión anual de 40 mil millones de pesos; es decir, el doble de lo que los 20 mil 693 millones de pesos que se le presupuestan actualmente.
Jiménez Merino calificó la situación del país en materia de agua potable como alarmante debido a que en los últimos 60 años se redujo el abastecimiento por habitante en más de la mitad, ya que mientras en 1950 a cada mexicano le correspondían 11 millones de litros al año, actualmente la cifra se calcula en 4.8 millones de litros.
