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Viernes, 21 de enero 2011
La Jornada de Oriente - Puebla - Cultura
 
 

Patricio Eufrasio reunió las historias de 280 exiliados españoles en su última publicación

 
PAULA CARRIZOSA

Los testimonios de más de 280 personajes –entre escritores, intelectuales, pintores, periodistas y editores– que llegaron a México como parte del exilio español que provocó la dictadura de Francisco Franco; están contenidos en la última publicación del historiador Patricio Eufrasio Solano, El transtierro español en México. La humanidad y el exilio 70 años”.

La realización de este libro, explicó su autor en una entrevista, comenzó hace 20 años cuando la casa editorial Fomento Cultural México le pidió una investigación sobre 500 intelectuales exiliados durante la Guerra Civil española, que ocurrió  de 1936 a 1939.

La tarea era realizar una semblanza de cada uno de los migrantes, por medio de las historias de los familiares y amigos sobrevivientes.

Los testimonios se agruparon según el oficio de cada uno de los exiliados. El libro comienza con las historias de Enrique Díaz–Canedo, un poeta posmodernista, traductor y crítico literario; y con la biografía del también poeta Felipe Camino Galicia de la Rosa, mejor conocido como León Felipe, quién llegó a México en 1938 en plena Guerra Civil.

–¿Cuál es la situación en la que llegan los españoles a este país?

–La Guerra Civil causó entre los ibéricos una herida muy profunda, pues tan sólo hay que imaginar que al igual que sucedió con la Revolución Mexicana, se estaban matando entre hermanos.

Algunos, continuó, venían con la esperanza de que tarde o temprano podrían regresar a su país tras la derrota de Franco, sin saber que tendrían que esperar 30 años para volver a su patria.

Otros, la mayoría, se adaptaron a las condiciones del país. Aquí se establecieron, se casaron, tuvieron hijos y siguieron constituyendo un grupo intelectual que marcó las tendencias artísticas de la época.

Gracias a ellos, disciplinas como la pintura y la poesía se empaparon de las corrientes vanguardistas de Europa: impresionismo, dadaísmo, cubismo, surrealismo o ultraísmo llegaron al país.

Destacó a Manuel Altoaguirre, un escritor que rescató y dio a conocer a Luis Cernuda, un poeta de la Generación del 27 que se convertiría en uno de los referentes de Octavio Paz.

Un grupo importante, recordó Eufrasio Solano, fue el de los españoles que siendo políticos en su país natal optaron por ser periodistas en México. Escribieron para El Universal, El Excelsior, El Nacional, y revitalizaron la crítica periodística.

“Sin poder participar abiertamente en la política, los intelectuales ocuparon estas trincheras para difundir el pensamiento y las ideas vanguardistas”, recordó. Otros más se volvieron traductores excepcionales.

–El hecho de que México hubiera abierto sus puertas a los exliados, ¿sirvió para reducir ese sentimiento de rencor que nació desde la Conquista?

–Eso es algo curioso, ya que el dolor es de los mexicanos y no de los españoles. Esta herida cultural no sana porque este país está empecinado en no olvidar. En cambio, a su llegada, los exiliados amaron a México de la misma forma que amaban a su patria.

El texto El transtierro español en México. La humanidad y el exilio 70 años, adelantó su autor, también podrá ser leído en la página electrónica de la Universidad Complutense de Madrid gracias al apoyo de Joaquín María Aguirre, hijo de padres  exiliados.

 
 
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