El secretario de Salud local, Alfredo Arango García, cesó al director del Hospital General de San Pedro Cholula, José Manuel Galindo Silva y en su lugar nombró a Jorge Arroyo Landini, quien se desempeñaba como director del Hospital Integral de Tecamachalco.
La remoción se realizó a finales de diciembre de 2010, pero fue hasta este lunes cuando el cambio se hizo oficial.
La dirección de Comunicación Social de la dependencia informó que el cese de Galindo Silva fue por “cambios institucionales”, pero extraoficialmente se informó que su salida se debió a que no pudo resolver diversas anomalías que registra el nosocomio como desabasto de medicamento, falta de personal y material de curación.
Rosa María Cerón, delegada sindical del Hospital General de Cholula, señaló que existía una gran inconformidad por parte de los trabajadores hacía Galindo Silva, ya que en diversas ocasiones le expusieron las deficiencias en las que laboraban y nunca hizo nada para resolverlas.
Incluso reveló que en las últimas dos semanas de diciembre les dio vacaciones a todos los trabajadores de base –156– y no dejó a ningún médico de guardia para que atendiera las urgencias los últimos días de diciembre.
Abundó que todas las indicaciones las dio por teléfono y que en los últimos meses evitó hablar con la delegación sindical de los problemas que se registraban en el nosocomio.
Deficiencias
Hace unos días, este medio publicó que el Hospital General de San Pedro Cholula labora en condiciones precarias, pues enfrenta un desabasto de medicamento y material de curación por arriba de 60 por ciento.
Además, este nosocomio opera con equipo obsoleto y tiene escasez de personal médico y de enfermería.
El hospital tiene la categoría materno infantil; sin embargo, sólo sirven tres de las ocho incubadoras.
La temporada de lluvia resulta el peor enemigo para el hospital, pues tan sólo el área de laboratorio se inunda constantemente, pues, sobre todo en fines de semana, no hay personal de limpieza que retire el material infectocontagioso, que además no cuenta con cloro de alta concentración para desactivar la sangre y orina.
El déficit de al menos 20 especialistas, hace que cada una atienda en promedio 13 o 15 pacientes, cuando las normas oficiales determinan que tienen que hacerse cargo de un máximo de siete, con salud estable.
Además de ello, durante el sábado, domingo y días festivos siempre está cerrado el almacén de medicamentos y material de curación.
