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Lunes, 6 de diciembre de 2010
La Jornada de Oriente - Puebla - Cultura
 
 

Para la filipina Charmaine Clamour, su país y México están unidos por la música

 
PAULA CARRIZOSA

“México y Filipinas, son dos países que están más unidos de lo que parece, y una de esas conexiones es la música. Por eso, aunque no hable español, espero comunicarme con el jazz”, expresó Charmaine Clamour, una intérprete filipina que ha creado un estilo propio llamado jazzipino, el cual es una mezcla de la lengua, los instrumentos y las melodías tradicionales de su país, con el jazz americano contemporáneo. La cantante, como parte del tercer festival Ejazz, ofreció un concierto el pasado fin de semana.

La noche del viernes en el Teatro de la Ciudad, Clamour sorprendió por su voz y por la fuerza de interpretación que la han llevado a ser comparada con jazzistas reconocidas como Ella Fitzgerald, Sarah Vaughn y Cassandra Wilson.

Además, cautivó por la simpatía con la que trataba de pronunciar algunas palabras en español y por la complicidad con sus músicos: Abe Lagrimas en los tambores, Andy Langham en el piano, Dominic Thiroux en el contrabajo y el veracruzano Gustavo García, un percusionista.

La “reina del jazzipino”, como la han llamado los críticos del jazz, ofreció algunas canciones en filipino, otras en inglés –como la clásica Nearness of you, que interpretaba de manera magistral Ella Fitzgerald y Louis Armstrong–, además de Sabor a mí, del compositor mexicano Álvaro Carrillo, que fuera interpretada por Los Panchos.

“Creo que Puebla es una de las mejores ciudades para cantar jazz, por lo que me siento privilegiada de estar aquí en este festival”, expresó Clamour en una entrevista previa a su presentación.

–¿Cómo nació tu relación con el jazz?

–Mis padres fueron quienes me inculcaron el amor por esta música. Desde niña, a los tres años, comencé a cantar mientras mamá tocaba en el piano las canciones tradicionales de mi país y también las piezas que se escuchaban en países como Estados Unidos, expresó.

Señaló que el jazzipino, el estilo de jazz que ella ha creado, es una forma orgánica de unir el sentimiento de las canciones que forman parte de la tradición de Filipinas con las composiciones clásicas y contemporáneas del jazz en América.

Charmaine Clamour consideró que para interpretar este tipo de música, se necesitan tres cosas: el espíritu de la improvisación, el alma y el swing, una palabra en inglés que puede ser comprendida como el ritmo o el sabor que necesariamente el músico debe tener al momento de interpretar jazz.

Sobre su relación con el jazz latinoamericano, expresó que aunque sabe poco de los grupos y los intérpretes, conoce el sentimiento que tiene la gente latina por que ha convivido con los que residen en Los Ángeles, California. Subrayó que de México, uno de sus grupos favoritos son “Los Panchos, por su originalidad romántica”.

Señaló que una de los parecidos rítmicos entre su país y este, es la utilización de la “jarana”, una guitarra pequeña como las que se usan en los fandangos y los sones veracruzanos, y que es el sonido principal del disco de 2008 My Harana: A Filipino Serenade.

“Antes que el facebook y los mensajes de texto por celular, había una forma para enamorarse: él iba a su casa en la noche y le daba una serenata, si a ella le gustaba lo que oía, las ventanas se abrían y el hombre entraba”, expresó antes de empezar a cantar.

Luego de casi una hora, Clamour cerró su presentación con uno de los temas que la posicionó en el gusto del público del jazz. Cantó My Funny Brown Pinay con la que celebra las características físicas de los filipinos y su orgullo por formar parte de esa cultura asiática.

 
 
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