Sorprendente por su calidad dancística y escenográfica que ha sido aclamada en el mundo, llega a esta ciudad el Ballet Bolshoi de Bielorrusia, con el colorido espectáculo Don Quixote. En entrevista, Arturo Martínez, de producciones Hima, adelantó que el espectáculo revivirá la esencia de uno de los clásicos de la literatura, inspirado en el capítulo XIX del segundo libro de la historia El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Miguel Cervantes Saavedra.
Con música en vivo, alrededor de 60 bailarines en escena y 3 mil 500 kilos en escenografía y vestuario compondrán el espectáculo que se encuentra dividido en tres actos, centrándose en los amores de Kitri y el barbero Basilio, en la que se atraviesan las vidas de Don Quijote y Sancho Panza.
De la obra que ejecutarán en Puebla, explicó que originalmente fue preparado en cuatro actos y ocho escenas, coreografiado por Marius Petipa y con música de Ludwig Minkus.
La primera representación de la obra corrió a cargo del Ballet del Teatro Imperial de Bolshoi de Moscú, Rusia, el 26 de diciembre de 1869.
En ese entonces, dijo, Petipa y Minkus revisaron el ballet, lo alargaron y lo elaboraron en cinco actos y 11 escenas para el Ballet Imperial, con los amores de Kitri y el barbero Basilio. Don Quijote y Sancho Panza se ven envueltos en una historia de enredos y equivocaciones en torno de los amores de la joven pareja.
Ahora, el ballet fue reducido a tres actos, respetándose el libreto y la coreografía de Petipa, Gorskiy, Goleyzovskiy y Elizariev.
Acerca de la historia de la tradición del ballet en el país de Bielorruisa, expuso que el Teatro de Opera y Ballet Nacional abrió sus puertas el 25 de mayo de 1933. Tuvo solistas, coro, ballet y una orquesta sinfónica pequeña en su estructura. Ya entonces, actuaciones musicales de teatro, piezas de óperas y ballets fueron interpretados en su foro.
En ese estudio, era donde los niños más talentosos de Bielorrusia estudiaban ballet.
Al respecto, Martínez destacó que en la antigua Unión Soviética, “el trabajo del teatro y sus actores cuenta con una reputación muy alta comparada con la de los más brillantes y creativos profesionistas”.
Desde hace un siglo, la escuela del Bolshoi se ha dedicado a escenificar obras clásicas, como Esmeralda, de César Puni; Giselle y el Cosario, La Bayadera, de Ludwig Minkus, y todas las propuestas de Tchaikovsky: el Lago de los cisnes y la Bella durmiente.
