“Diego Rivera, en sus escritos, refirió que los lugares, las costumbres y las artesanías de Puebla fueron motivaciones esenciales para su obra”, explicó Hilda Trujillo, directora del Museo Anahuacalli, casa de Diego Rivera y Frida Kahlo; por ello, dijo que la tradicional ofrenda que se monta año con año en el recinto estará dedicada al estado y a su cultura popular.
En entrevista telefónica con la titular del recinto, quien en días pasados visitó algunas regiones del estado para seleccionar las piezas artesanales que formarán parte del altar de día de muertos, recordó que el muralista mexicano conocía la geografía y cultura del estado, y que ello se confirma en los cientos de piezas que adquirió.
“En la obra del maestro Rivera, por ejemplo, hay dibujos y bocetos del carnaval de Huejotzingo, además de piezas artesanales que regaló a su esposa, la también pintora Frida Kahlo”, recordó.
En vida, Diego Rivera donó 60 mil metros cuadrados, una parte de la extensión como reserva ecológica, y otra que conforma lo que actualmente es conocido como el Museo Anahuacalli, que se ubica en Coyoacán, en la ciudad de México. Fue Dolores Olmedo, su anterior directora, quien desde hace siete años dedicó la ofrenda de Todos Santos al muralista, la cual se complementa por la artesanía y la comida típica de algún estado del país.
Para el próximo 31 de octubre el altar, que se ubicará en la también conocida como “Casa Azul”, estará dedicado a difundir la producción artesanal del estado de Puebla: la cerería y los objetos ceremoniales que se hacen en el barrio de la Luz, el papel picado de San Salvador Huixcolotla, los metates y las piezas de cantera que se producen en San Salvador El Seco, el papel amate de San Pablito Pahuatlán, el barro policromado de los diversos talleres de Izúcar de Matamoros y los textiles de lana, de telar de cintura y de tintes naturales que se fabrican en la Sierra Norte.
Además de las piezas, el equipo de curadores e investigadores que forman parte del museo indagó sobre los usos y las costumbres que hay en torno a las piezas, para que al momento de colocarlas en el altar funcionen de acuerdo con sus contextos originales.
Una parte esencial de los altares son el sabor y el olor que le dan cada uno de los platillos; por ello, también se incluirán ejemplos de la gastronomía local, como los tradicionales chiles en nogada, las chalupas que se cocinan en el barrio de El Alto, el mole negro sazonado por las monjas de Santa Rosa y algunos ejemplos de dulces típicos, que estarán servidos en recipientes de Talavera y de barro que provienen de la comunidad de los Reyes Mezontla.
Platicó que durante el recorrido de cinco días que hicieron por municipios de las sierras Norte y Mixteca, por el valle de Serdán y la capital, identificaron algunos de los paisajes que Diego Rivera utilizó en algunas de sus obras.
Las exposiciones permanecerán del 27 de octubre al 2 de noviembre, y como cada año, se acompañarán de conferencias y por la presentación de grupos de danza regional que bailarán al son del huapango, uno de los ritmos típicos del estado.
