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Viernes, 30 de julio de 2010
La Jornada de Oriente - Puebla -
 
 

 CUITLATLÁN 

Falla estrategia del gobierno federal para desacreditar a Irineo Mújica

 
FERMÍN ALEJANDRO GARCÍA

Funcionarios de áreas de comunicación de dos dependencias del gobierno federal han estado en los últimos días intentando sin mucho éxito, cabildear con algunos miembros de la prensa local para encontrar una salida a la huelga de hambre del fotoperiodista Irineo Mújica Arzate, luego de que este asunto se le ha ido de las manos al Instituto Nacional de Migración (INM) por la ineficacia y prepotencia de la delegada de esa dependencia, Rocío Sánchez de la Vega Escalante.

El trabajo de cabildeo ha consistido en llamadas telefónicas que operadores de comunicación social han hecho desde la ciudad de México con algunos periodistas locales. Primero fue para intentar desacreditar a Irineo Mújica, y después, para buscar alternativas de solución, luego de que fracasó el esfuerzo de querer injuriar al colega de origen michoacano.

Resulta que hace unos días, un funcionario de prensa de la secretaría encargada de la política interna del país habló –por separado– con un par de corresponsales de medios de comunicación nacionales para supuestamente intentarle filtrar la versión de que habían descubierto que Mújica Arzate es “un pollero” y que por eso había alentado una agresión contra agentes del INM que el pasado 16 de julio realizaban un operativo en el municipio de Soltepec.

El experto en manejo de problemas de comunicación social acabó regañado por lo menos por uno de estos corresponsales, al señalarle que sigue siendo una actitud tonta, absurda, irresponsable y estúpida del gobierno federal querer descalificar a Irineo Mújica señalando que no es periodista, cuando su trabajo está presente en varios diarios nacionales.

Y además, su condición económica es humilde, la de un trabajador de la lente y no de un traficante de indocumentados. Llevar un par de cámaras fotográficas y 10 mil pesos en la bolsa –que era lo que tenía el colega antes de toparse con los gorilas del INM– no es lo que porta un “pollero”.

Luego de esa llamada, ocurrieron otras más, ahora de personal de una secretaría que no hace mucho dejó en la calle a 40 mil trabajadores de Luz y Fuerza del Centro, para preguntar qué tanto la prensa local estaba inmiscuida en el tema de Irineo Mújica y cómo se podía encontrar una salida al conflicto.

Cuando alguien le contestó al funcionario federal que sí hay atención, pero sobre todo solidaridad de la prensa local con el fotoperiodista, y que la respuesta que debe haber es iniciar una investigación contra los cinco agentes que presuntamente golpearon a Mújica Arzate, cuando los grabó maltratando a un grupo de migrantes salvadoreños, la respuesta habría sido:

“El problema es que no se quiere dar esa solución”, luego de reconocer la larga lista de torpezas que ha cometido el personal del INM.

Al final nadie se debe sorprender de la actitud que ha tomado el gobierno federal. Si no hace mucho se tuvo perversión de intentar aparentar que eran sicarios del narcotráfico los estudiantes del Tec de Monterrey que fueron acribillados en las inmediaciones de las instalaciones de esa institución de educación superior, como una manera de querer ocultar la responsabilidad de los soldados que participaron en esa acción, a nadie debe extrañar que la alternativa para el caso de Irineo Mújica sea decir que no es periodista, que no le asiste la razón, que no está en su sano juicio, que es un peligroso criminal y que atentó contra las instituciones. ¡Uy, qué miedo!

Si en el caso de los huelguistas del Sindicato Mexicano de Electricistas que estaban en huelga de hambre en el zócalo alcanzaron 40 días en esa condición, no hay que dudar que en el caso de Mújica se esté diciendo que “no lleva nada” en su movimiento. Seguramente esa debe ser la actitud de los funcionarios de alto nivel del INM.

 

Conducta asesina

Más allá de cómo sea el desenlace del caso de Irineo Mújica, el fotoperiodista michoacano ha puesto al desnudo al personal del INM, que ante un hecho que se podía solucionar fácilmente, no solamente complicó el problema, sino muestra que los funcionarios de mediano y alto nivel de dicho instituto no tienen respeto por la vida y por la legalidad.

El colega Irineo Mújica Arzate ha entrado en una etapa crítica. Lleva 14 días sin comer, y eso puede provocar en cualquier momento el colapso de su vida. Ayer estaba aletargado, sin sentido de la ubicación, débil, con la piel ceniza, la glucosa por los suelos y con constantes mareos. Pero el estado de salud del fotoperiodista a la delegada del INM, Rocío Sánchez de la Vega, parece no interesarle. 

Queda claro que en el INM no hay voluntad de combatir la corrupción y la ineficiencia. En una situación normal ya hubieran corrido a la delegada Rocío Sánchez y se abría separado de su cargo a los agentes que supuestamente agredieron a Mújica Arzate, para iniciar una investigación en su contra. Sin embargo, tal parece que ahí son más poderosas las complicidades. La delegada del INM ha mostrado una absoluta falta de capacidad. El conflicto demandaba que desde que Mújica arrancó su huelga de hambre, la funcionaria diera la cara, iniciara una investigación creíble contra los agentes y ello pasaba por no deportar de inmediato a los 12 centroamericanos que fueron detenidos en el operativo de Soltepec, para que ante una instancia ministerial pudieran narrar cómo se dio la actuación de los agentes migratorios.

Más allá de que sean indocumentados, los migrantes son seres humanos y no tienen por qué aguantar vejaciones. Ellos tenían derecho a denunciar cualquier maltrato. La funcionaria he demostrado que le falta carácter. Es la única rueda de prensa que ha dado –la semana pasada– tuvo que ser acompañada por Fernando Antonio Mora Guillén, el encargado de prensa a nivel nacional del INM, y no por una situación de orden institucional, sino porque la delegada no sabía cómo conducirse, qué decir. Aunque al final, la actuación de Mora Guillén también dejó mucho que desear, pues se trata de ex reportero de Monitor, quien por cierto se presentó portando una chamarra de ese medio de comunicación como para querer confundir que no era funcionario del INM, sino que era miembro de la prensa. Estas actitudes muestran que el colega Irineo Mújica tiene contra la pared al INM.

 
 
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