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Lunes, 22 de marzo de 2010
La Jornada de Oriente - Puebla - Salud
 
 

Crisis en el Hospital Regional del ISSSTE; hay carencia de insumos básicos y equipo

 

El hospital regional del ISSSTE / Fotos América Farías y José Castañares
AMÉRICA FARIAS OCAMPO

La carencia de insumos, medicamentos y equipo médico en el Hospital Regional del ISSSTE ha provocado suspensiones de cirugías y que pacientes estén mal alimentados. A esta situación se le suma el descubrimiento de una plaga de cucarachas en la cocina, donde incluso se encontró gusanos en el pollo que le daban a los enfermos y otros bichos en el agua potable.

Por esta irregularidad, la Comisión de Higiene del ISSSTE a nivel nacional y el departamento de Regulación y Fomento Sanitario de la Secretaría de Salud local (Ssa) clausuraron el área de alimentos porque “no reunía los requerimientos mínimos de seguridad y limpieza”.

En un recorrido que hizo La Jornada de Oriente por este nosocomio este fin de semana, se observó que el Hospital Regional del ISSSTE presenta graves problemas de insumos y material de curación, el cual ha repercutido en la atención de los pacientes.

 

Testimonios

En la cama 418 está hospitalizado Nabor González Ariza, un joven de 21 años, originario de Acatlán de Osorio.

El muchacho sufrió un accidente automovilístico, el cual le provocó una ruptura de fístula gastropleural, la cual le impide ingerir los alimentos por vía enteral, es decir, de la forma tradicional. Para poder alimentarse tiene que hacerlo a través de nutrición parenteral, que consiste en administrar por vía endovenosa los líquidos y nutrientes necesarios como azúcares, sales, aminoácidos, vitaminas y proteínas.

Nabor lleva 57 días hospitalizado, pero en la última semana no ha comido tres días, pues debido al desabasto de medicamentos en el hospital, las enfermeras no le han suministrado los nutrimentos que necesita.

Su padre, Nabor González Herrera, señaló que la malnutrición a la que ha sido sujeto su hijo en los últimos días ha repercutido en su salud, pues pese a que ya había presentado signos de recuperación, ahora luce débil. La falta de nutrimentos en su organismo ha hecho que el joven de 21 años tenga que depender de otras personas para trasladarse al baño o a otras áreas del hospital, pues no tiene la fuerza suficiente para poder caminar solo.

A unos cuantos metros de donde yace Nabor se encuentra Lauro Avelar Domínguez, de 74 años, oriundo de Poza Rica Veracruz. A él hace casi un mes y medio le suspendieron una cirugía de corazón abierto, debido a que unas válvulas que necesitaba el cirujano para poder intervenirlo estaban agotadas.

Lauro fue intervenido hasta el 11 de marzo, pero su recuperación ha sido lenta porque no ha recibido el medicamento que le suscribió el médico ni tampoco nebulización, un procedimiento que consiste en la administración de un fármaco o elemento terapéutico mediante vaporización a través de las vías respiratorias.

La ausencia de medicinas en la farmacia del hospital ha provocado que los familiares de los pacientes tengan que realizar gastos extras para poder surtir en farmacias particulares los medicamentos que requieren sus enfermos.

Por ejemplo, tan sólo este sábado, la familia de don Lauro tuvo que erogar unos 800 pesos para comprar dos inyecciones de vancomicina, tratamiento que le recomendó el cardiólogo al paciente para protegerse de infecciones bacterianas, así como para un jarabe para la tos.

Si en esta semana las autoridades del nosocomio no surten la farmacia, entonces la familia de Lauro tendrá que desembolsar por lo menos 600 pesos al día para poder cubrir las dos dosis de vancomicina que el cirujano le adscribió cada 24 horas.

La falta de insumos y medicamentos no son los únicos factores que han contribuido para que la atención de los pacientes sea deficiente. La escasez de especialistas, camas y conexiones de oxígeno representan otro problema.

En la cama 509 se encuentra internada María Dolores Guevara Sánchez. La paciente ingresó al hospital el 11 de marzo a causa de una hemoptisis, es decir, expectoración de sangre proveniente de los pulmones. Sin embargo, hasta la fecha, no la han intervenido, pese a que después de haber sido sometida a una endoscopia, que es una exploración visual del organismo, el neumólogo ordenó intervenirla quirúrgicamente, porque una parte de su pulmón está dañada.

Guevara registra hemoptisis desde octubre pasado. En una breve entrevista que concedió a este diario, la paciente señaló que en el mes antes mencionado ella acudió al hospital para que la revisara el médico. Sin embargo, la doctora que la atendió, sin hacerle un estudio clínico, le dijo que estaba bien y la regresó a su casa.

Inconforme con la evaluación de la doctora, Guevara acudió al Hospital Betania donde se realizó una tomografía. Los resultados de dicho estudio, revelaron que una parte de su pulmón estaba dañado.

Con esos exámenes clínicos, Dolores regresó al hospital y solicitó nuevamente una consulta; después de checar los estudios, Saúl Sánchez Romero, neumólogo del ISSSTE le mandó a realizarse una endoscopia, para definir si requería cirugía.

El 11 de marzo Guevara ingresó al hospital para que le realizaran la inspección visual, sin embargo, fue hasta el noveno día de estar internada cuando le realizaron el examen, ya que no había especialistas que la hicieran.

El ISSSTE tuvo que contratar a Jesús Arturo Flores Villa, especialista en neumología, para que le hiciera la endoscopia a Guevara Sánchez.

Ahora, después de tener todos los estudios, Dolores tiene que seguir hospitalizada hasta que los médicos le den fecha para su operación. Mientras tanto, la paciente externo su molestia porque no se le ha suministrado el ciprofloxacino y el omeprazol que le recetó el doctor.

Estos pacientes no son los únicos que sufren por la crisis que está pasando el nosocomio. En urgencias, existen otras personas que necesitan ser hospitalizadas, pero tienen que esperar entre 48 y 72 horas para que puedan conseguir una cama.

El Hospital Regional cuenta con siete pisos, en cada uno hay en promedio 35 camas. Sin embargo, la mayoría de los pacientes requieren ingresar al quinto piso, que es el área de especialidades quirúrgicas. No obstante, dicha zona casi siempre está llena, y cuando hay camas disponibles, los pacientes no pueden ser internados por que éstas carecen de conexiones de oxígeno.

 

Adeudos

Los derechohabientes no son los únicos molestos por la situación que está pasando el hospital. Los médicos que están estudiando una especialidad (residentes), los chóferes foráneos y el personal eventual, tanto doctores como enfermeras están disgustados debido a que la administración de dicho nosocomio no les ha pagado desde enero pasado.

Óscar, un médico eventual, indicó que su salario oscila entre los 2 mil y 2 mil 500 pesos a la quincena.

El retraso en el pago, ha provocado que el personal eventual busque otro empleo o pida prestado para poder saldar sus gastos familiares e individuales.

El médico denunció que pese a que las autoridades no cumplen con liquidarles puntualmente, toman represalias contra quienes buscan otro empleo para poder cumplir con sus gastos, pues les suspenden sus contratos.

 

Deficiencias en equipo y de seguridad

El hospital regional del ISSSTE no sólo registra deficiencias en insumos y medicamento, también en equipo y medidas de seguridad.

Durante un recorrido que realizó este medio al nosocomio se percató que las salidas de seguridad que existen están cerradas con candados. Las que no tienen cadenas, no se pueden abrir con facilidad, ya que por su falta de uso se traban.

Las mangueras y las bombas contra incendios no funcionan, y los señalamientos que existen para prevención de accidentes están deteriorados.

En el cuarto piso, los monitores que se utilizan para checar a pacientes con enfermedades cardiovasculares no sirven. Algunas camas carecen de conexiones de oxígeno.

En el área de lavandería, los carros que utilizan para transportar la ropa sucia de los pacientes están rotos.

Dos de cuatro máquinas de centrifugación no sirven, tampoco los mangles, que se utilizan para secar las sábanas.

En dicha área hay goteras; la ventilación es inexistente y del techo desaparecieron las placas de protección que tenía para proteger a los trabajadores de dicho departamento de las radiaciones que se transmiten del área de rayos X.

El jueves pasado, el director de dicho nosocomio, Felipe Ramírez Hernández, en una entrevista con La Jornada de Oriente, admitió que el hospital está “en crisis” porque no se satisface al 100 por ciento las necesidades de los derechohabientes.

 
 
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