De acuerdo con datos oficiales de la Secretaría de Salud (Ssa), de 2005 a 2009 la razón de mortalidad materna en el estado de Puebla se redujo 22 puntos porcentuales. Sin embargo, las condiciones sanitarias para las mujeres en condiciones de embarazo y parto siguen siendo deficientes.
El estudio “Hombres y Mujeres en Puebla”, publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en 2009, destaca que el estado tiene un nivel de cobertura bajo en atención de nacimientos en clínicas y hospitales. Además, no cumple con la Norma Oficial Mexicana 007–SS A2–1993, que establece que la mujer debe recibir como mínimo tres consultas durante el puerperio, mejor conocido como cuarentena.
En el estado, el promedio de consultas que reciben las puérperas son dos y sólo 72.6 por ciento de los nacimientos que se registran al año son atendidos en clínicas u hospitales, cifra que dista seis puntos porcentuales respecto al promedio nacional que es de 78.6 por ciento; 17.2 por ciento de los alumbramientos tienen lugar en el domicilio, con la atención de parteras.
Chiconcuautla, Tepetzintla, Eloxochitlán y Quimixtlán son los municipios poblanos donde la mayoría de los nacimientos registrados se atienden en el domicilio.
En Quimixtlán, por ejemplo, 80.9 por ciento de los 950 partos que se registraron en 2005 se atendieron en el domicilio; en Eloxochitlán, Tepetzintla y Quimixtlán el porcentaje fue de 82.1, 85.8 y 80.4, respectivamente.
Según el Inegi, en Puebla sólo 34.7 por ciento de la población femenina es derechohabiente. Las embarazadas que no tienen derecho acuden a los servicios de salud públicos o bien se atienden con parteras.
La Ssa federal destaca que “la reducción de la mortalidad materna no es tarea exclusiva de los servicios de salud, por lo que es necesario involucrar a otros actores como la familia, la comunidad y sociedad civil organizada, a fin de sentar las bases de una nueva ‘cultura del cuidado de salud’, y con ello reducir los riesgos durante el embarazo, parto y puerperio”.
De acuerdo con las metas del milenio, la tasa de mortalidad materna tendría que descender para 2010 a 22.6 defunciones por cien mil; sin embargo, dichos objetivos –de acuerdo con el informe “Rendición de Cuentas en Salud” de la Ssa federal “se ven muy lejanos”, ya que en 2008 dicho indicador se ubicó por arriba de la meta en un 150 por ciento.
