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Miércoles, 13 de enero de 2010
La Jornada de Oriente - Puebla - Secciones
 
 
ECONOMÍA A RETAZOS
 

Las remesas en el neoliberalismo

SAMUEL ORTIZ VELÁSQUEZ

 

Según datos del Banco de México, las remesas por trabajo que ingresaron al país durante los meses de enero a noviembre de 2009 descendieron a una tasa media anual de 16 por ciento (comparadas con igual periodo de 2008), sumando así 13 meses con descensos consecutivos; se trata de ¡su peor caída en los últimos 44 años! Ello porque la crisis económica ha golpeado vigorosamente en el sector de la construcción estadounidense, el cual emplea a la mayor parte de los migrantes mexicanos.

El dato es alarmante, sobre todo si consideramos la importancia que han adquirido las remesas para la economía nacional a partir de la década de los 80, periodo en el cual entra en vigor el modelo neoliberal. Efectivamente, en el periodo 1950–1979, en el que se funciona con el modelo de Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI), las remesas crecen apenas a una tasa media anual de 2.4 por ciento. Durante el periodo 1980–2007 (fase neoliberal), el monto de remesas progresa exponencialmente, su tasa media anual de crecimiento es de 16 por ciento, esto significa que en el neoliberalismo las remesas se expanden a una tasa siete veces superior a la reportada en la fase ISI.

Por lo anterior, las remesas son, en el neoliberalismo, la segunda fuente de divisas que ingresan al país, superan al turismo y la inversión extranjera directa (IED), la primera fuente de divisas sigue siendo la exportación de petróleo. El punto es importante, pues hay que recordar que en el neoliberalismo la fuente del dinamismo económico se encuentra en el impulso de las exportaciones y de la IED como mecanismo financiador de dicha estrategia, en consecuencia se trata de un modo de funcionamiento altamente dependiente del exterior. Por ello los gobiernos neoliberales han insistido recurrentemente a las familias de los migrantes que le den a las remesas un uso productivo, para trasladar así a los migrantes la responsabilidad que las inversiones pública, privada nacional y principalmente la IED han sido incapaces de desempeñar.

A nivel macroeconómico, las remesas han contribuido en los últimos años a mantener en equilibrio la balanza de pagos y mantener sobrevaluado el tipo de cambio. No obstante, estimulan el crecimiento de las importaciones básicamente las de bienes de consumo no duradero. En el terreno social las remesas son, más que una fuente de ahorro, un salario que se destina a cubrir las necesidades básicas de alimentación, vestido y pago de los principales servicios de las familias perceptoras. Así, la migración y las remesas, se constituyen en el neoliberalismo como una auténtica “válvula de escape” que encuentra la población ante el fracaso del modelo neoliberal en materia de crecimiento económico, empleos y salarios dignos. Con la diferencia de que debido a la actual crisis económica, esta válvula de escape se encuentra obstruida, bajo estas circunstancias cabe preguntar ¿qué camino les quedará a las miles de familias que dependen del envío de remesas?

 
 

Ya ni los empresarios le creen a Calderón...

CARLOS CARO

 

El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) consideró “aventurado” afirmar que este año será de recuperación económica, como lo señaló el presidente Felipe Calderón en su mensaje a la nación de la semana pasada.

El último “Análisis Económico Ejecutivo” del CEESP, apunta que el aparato productivo está “significativamente” golpeado, y que será hasta 2012 cuando se retomarán los niveles de crecimiento de 2008.

El organismo también criticó afirmaciones del presidente Calderón, cuando en su mensaje señaló que las finanzas públicas del país están “en orden”; no lo están porque “desde hace años se debió corregir la fuerte dependencia petrolera”, reviró el CEESP.

Por su parte, la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), a través de su publicación mensual Pulso Industrial, señala: “Es patente la debilidad en las finanzas públicas, la industria, el turismo y el mercado laboral, cuatro de las áreas más castigadas por el ajuste de la economía y donde se concentran los mayores desafíos para la reactivación”.

Según la Concamin, a diferencia de Estados Unidos, a México le tomará de dos a tres años recuperar el nivel de actividad económica alcanzado antes de la recesión. En tanto, la inflación puede alcanzar 5.1 por ciento para el final de 2010, se afirma en la publicación empresarial.

 
 

Lo dicen ellos: México pierde 441 mil 448 empleos en 2009

CARLOS CARO

 

Según datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), durante 2009 se perdieron 441 mil 448 plazas laborales, número que representa la peor caída del empleo formal desde 1995. Del total de plazas perdidas, 433 mil 160 fueron de tipo permanente y 8 mil 288 eventual.

A su vez, el total de trabajadores registrados ante Instituto Mexicano del Seguro Social se ubicó en los 13 millones 994 mil 127 personas, lo que representa un 3 por ciento menos que el año pasado.

De acuerdo con el crecimiento de la Población Económicamente Activa registrado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México se demandan anualmente 1.3 millones de empleos nuevos, cifra que contrasta con los 2 millones 140 mil 806 empleos creados en los últimos ocho años de gobiernos panistas.

 
 

¡Por favor... no se metan!

VIRGINIA GONZÁLEZ MELGAREJO

 

Reunidos los ministros jerarcas de las iglesias católica, ortodoxa y evangélica, el pasado domingo en la catedral metropolitana de la ciudad de México, el cardenal Norberto Rivera se pronunció contra los matrimonios entre personas del mismo sexo y se atrevió a decir que “no se puede obedecer primero a las leyes de los hombres que a dios, porque él es la ley suprema”. ¡Órale!... ¿pues no que la ley suprema es la Constitución?

Es muy grave la intromisión de la iglesia católica o de cualquier iglesia en asuntos del Estado, y últimamente la intromisión de las iglesias en asuntos de carácter puramente civil ha ido en aumento lo cual no se puede permitir en un Estado laico, como lo es el mexicano. Pero además, se entrometen de manera selectiva pues para los jerarcas católicos hay cosas que, consideran deleznables, y que han silenciado. Por ejemplo,  el país no ha escuchado al cardenal pronunciarse en contra de aquellos sacerdotes, que no son pocos, que han abusado sistemáticamente de niños y niñas. La pederastia clerical ha sido tolerada y ocultada por la iglesia, eso si daña a la sociedad, y sin embargo se calla; otras veces, defiende lo “sagrado” del matrimonio, pero descasan, así sin más ni más, a quienes se arrepienten de sus primera elección de pareja pero que tienen poder y dinero, para ellos sí está permitida una segunda vuelta, como ocurrió con los Fox que se descasaron y como buenos católicos se volvieron a casar por la iglesia, digo para no vivir en pecado. De igual forma veremos a Peña Nieto casarse por la iglesia con una persona que ya había sido “ungida” con el sacramento matrimonial, cuánta hipocresía; pero si usted decide casarse por segunda vez se friega, pues estará condenado al infierno y vivirá en pecado, ni modo para que es pobre y sin influencias divinas.

La incongruencia se repite al no pedir el castigo divino y terrenal de aquellos responsables de la muerte de 49 menores y las lesiones de por vida que llevarán otros 70 pequeños y que, a siete meses de la tragedia de Hermosillo, no hay ningún responsable en la cárcel; tampoco se pronuncia la iglesia por los muertos civiles que ha ocasionado la guerra contra el narcotráfico y basta un ejemplo reciente, el de la señora que fue prácticamente acribillada por marinos al salir de su casa el día que fue asesinado Arturo Beltrán Leyva; guardan silencio los jerarcas acerca de la pobreza lacerante que crece día a día en el país, de los millones de desempleados ni se pronuncian por las miles de familias que quedaron en el desamparo al despojarlos de su empleo en LFC. Jesucristo, dicen, predicó la humildad y el amor al prójimo, y estos señores en los hechos demuestran un profundo odio hacia quienes son diferentes.

En un Estado laico, los ministros deben acatar las leyes del país donde predican. Cada culto tiene sus propias normas y quien acepta pertenecer a alguno de ellos se somete a ellas, pero quien no lo haga debe ser respetado. Así que sería bueno para la sociedad que las iglesias respeten a todas las personas y que por favor... ¡no se metan!

 
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