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Viernes, 18 de septiembre de 2009
La Jornada de Oriente - Tlaxcala -
 
 

 OPINIÓN 

La Universidad sin IESE o gavilanes a volar

 

Ernesto García Sarmiento formó parte del grupo denominado los gavilanes, el cual fue eliminado de la vida universitaria por el gobierno del estado cuando se fundó la UAT / Foto Alejandro Ancona
RAÚL JIMÉNEZ GUILLÉN

El nacimiento de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT), sin duda, se encuentra entre las paredes del Instituto de Estudios Superiores del Estado (IESE), pero no ocurre como en otras entidades en donde éste se transforma para dar origen a la universidad. Al IESE se le arrebatan las escuelas superiores y se le deja seguir existiendo, la razón: el gobierno estatal busca eliminar al grupo que promovió su creación y se encuentra enquistado en el IESE: los llamados gavilanes.

 

Las tres iniciativas

Los años 1964, 1967 y 1976 marcan la historia de la Universidad Autónoma de Tlaxcala. En 1964, el entonces director del Instituto de Estudios Superiores del Estado de Tlaxcala señala que: “aproximadamente un 25 por ciento de los alumnos egresados hace dos años, se marcharon a las universidades de Puebla y México para inscribirse en una carrera, por lo que la creación de la Universidad Autónoma de Tlaxcala está muy próxima y no sería remoto mencionar que posiblemente para el año entrante comenzará a funcionar como tal”; y anuncia que: “fueron escogidas para funcionar en primer lugar las escuelas de Comercio y Administración y la escuela de Derecho y Ciencias Sociales, en virtud de que su mantenimiento es más económico y actualmente hay material seleccionado de personal docente”.

Tres años después, en 1967, el gobernador Anselmo Cervantes promueve la creación de un patronato prouniversidad de Tlaxcala; para ello convoca a las “fuerzas vivas de la entidad” en el teatro Xicoténcatl donde se realiza la primera cooperación que alcanza la cifra de 2 mil 200 pesos que se depositan en la cuenta número 1546 del Banco de Oriente. El gobernador dedica tiempo para localizar un terreno para la universidad e impulsa la construcción a través de aportaciones en especie.

Con el objeto de “imprimir un espíritu de mayor solemnidad”, el 20 de noviembre se realiza un desfile donde están representados los 44 municipios de la entidad. Unos niños depositan, en el sitio en que se construirá la universidad, un puñado de tierra traído desde todos los rincones del estado y siembran lo que será el “árbol de la unidad tlaxcalteca”.

En los albores de 1976, el grupo del IESE anuncia su interés por presentar ante las autoridades de la Secretaría de Educación Pública “los estudios de la futura Universidad de Tlaxcala”. La Dirección de Relaciones Institucionales sugiere al gobernador nombrar una comisión para “estudiar el proyecto”. El gobierno designa al secretario general de Gobierno, Samuel Quiroz de la Vega y a los “tlaxcaltecas distinguidos” Crisanto Cuéllar Abaroa, Salvador Domínguez Sánchez y Antonio Álvarez Lima.

El IESE nombra a los profesores: Armando Prado Montiel, Tomás Munive Osorno y Rodrigo Preciado Corona, y a los estudiantes José Juan Montiel Portillo, José J. Cruz García y Ángel Lucino Santacruz.

El gobierno del estado cuenta con proyecto propio y nombra a Alfonso Sánchez Anaya para que se ponga en contacto con la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), con el propósito de crear una “facultad” que interese “a los jóvenes tlaxcaltecas en carreras de agronomía y veterinaria”. Expropia y ofrece la ex hacienda de Santa Elena, municipio de Natívitas, como sede. Las autoridades de la UAM nombran a Francisco Trueba Lanz para que en coordinación con el representante del gobierno se encarguen del proyecto. El gobierno del estado “acondiciona los locales” de lo que la UAM denomina una “extensión”, ya que ahí sólo se “realizarán prácticas experimentales de acuerdo con los planes de estudio de las carreras de Agronomía, y Veterinaria y Zootecnia”.

El gobierno federal también tiene proyecto. El presidente Luis Echeverría plantea la creación de la Universidad del Tercer Mundo y considera posible una “facultad” en Tlaxcala”. Comisiona a Rafael García Quevedo y Rafael Minor Franco como encargados del proyecto. El 19 de abril se determina la fundación del Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo (CEESTM).

Frente a estos dos proyectos, el grupo del IESE presiona al gobernador para que: “agilice su promesa solemne de que el IESE se transforme en la UAT” y demandan públicamente al presidente de la República, “se sirva acordar en este acto la creación de la Universidad Autónoma de Tlaxcala”. En manifiesto publicado se anota que “la institución que anhelamos, deberá conjugar las aspiraciones y realidades basadas en estudios que al efecto han realizado la Secretaría de Educación Pública y la Comisión de Planeación designada para el efecto”. El presidente de la República autoriza un subsidio de 8 millones de pesos y solicita al gobernador “abrevie el proceso legal para que en el mediano plazo regrese a Tlaxcala a hacer la declaración inaugural”. Situación que se cumple el 13 de noviembre cuando el secretario general de Gobierno entrega al Congreso local la iniciativa para la creación de la UAT, la que es aprobada el 20 de noviembre y publicada en el Diario Oficial el 24 de noviembre. El 29 de noviembre, a dos días de entregar el poder, el presidente de la República realiza una gira por Tlaxcala y “pone los cimientos de lo que serán tres grandes instituciones de enseñanza superior”: la UAT, la extensión de la UAM y el CEESTM.

 

El proyecto original

En el documento “Bases para la elaboración de un anteproyecto para la planeación y organización de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (1976)”, se perfila que la Universidad deberá tener un alto grado de integración, constituyéndose por grandes unidades interdisciplinarias, denominadas departamentos. Esta permitirá garantizar la calidad del aprendizaje, al concentrar la docencia, de un mismo tipo de asignaturas.

Corresponde al departamento ofrecer y organizar las asignaturas y actividades de aprendizaje e investigación que conforman una licenciatura universitaria. Dichas actividades se integran en tres núcleos sucesivos que cumplen funciones particulares en la formación del estudiante y permiten cumplir tres objetivos académicos: a) una sólida formación metodológica en las disciplinas básicas de cada profesión; b) una mayor variedad de posibilidades de especialización; y c) el establecimiento de salidas laterales.

 

La ruptura con el IESE o gavilanes a volar

El decreto número 95 que crea la Universidad Autónoma de Tlaxcala anota en su artículo transitorio tercero que: “el primer rector de la Universidad Autónoma de Tlaxcala será designado por el ciudadano gobernador constitucional del estado”. El gobernador presenta al Consejo Técnico del IESE una terna integrada por Joaquín Cisneros Molina, Germán Escobar Ramírez y Luis Carvajal Espino, situación que molesta al grupo del IESE, pues considera que entre ellos no se encuentra ninguno de los “promotores de la Universidad”.

Este hecho, marca la ruptura entre el IESE y el grupo que había hecho de él su territorio y la naciente Universidad Autónoma de Tlaxcala para iniciar uno más afín al gobernador y alejado de los gavilanes, que se habían posesionado del IESE. Formalmente la UAT no es una prolongación o transformación del IESE, sino una ruptura, pues se toma a las escuelas de educación superior que éste tiene para darle sustento, pero se desplaza a todas las autoridades, y representantes de maestros y alumnos del IESE en la integración de las autoridades unipersonales y colegiadas, lo que provoca una reacción violenta de los gavilanes, que en la sesión del Consejo Universitario de marzo de 1979 hacen su último intento por recuperarla y fracasan: “En esos momentos, se empezaron a escuchar voces, porras, gritos y golpes violentos en las mamparas y puertas, así como insultos e improperios en contra del Consejo Universitario y especialmente en contra del director del departamento de Comercio, Lic. Javier Lima Paredes. Violaron la cerradura de la puerta de la Rectoría y forzaron también la cerradura de la puerta de acceso a la sala de Consejo, donde éste se encontraba deliberando en torno a este asunto”. La fuerza del gobierno del estado dispersa a los gavilanes y los elimina de la vida universitaria. Próxima semana: La tentación del poder: Una rectoría vitalicia.

 
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