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Jueves, 10 de septiembre de 2009
La Jornada de Oriente - Puebla - Cultura
 
 

Toda la discriminación en un solo cuerpo con el documental Prefiero morir de pie

 

 
ALONSO FRAGUA

Irina Layewska nació hace más de cuatro décadas con otro nombre y un género distinto al que su aspecto muestra. Otrora un activista de la causa cubana, hoy es una persona postrada en una silla de ruedas en los últimos días de su vida y la protagonista de Prefiero morir de pie, proyecto dirigido por Jacaranda Correa, parte del taller de documental impartido en la UIA la semana pasada y apoyado Ayuda en Acción y La Jornada de Oriente.

De acuerdo a la información con la que cuenta Correa, Prefiero morir de pie será el primer documental sobre el tema de transgeneridad apoyado por Imcine. Desde hace cinco años, la periodista y maestra en Sociología Política por la UNAM ha investigado temas de diversidad de género a través de distintas emisiones televisivas de Canal 22, como la reciente El Rotativo, que se transmite los martes a las 23 horas.

En su ópera prima, Correa retrata en un solo personaje a tres sectores discriminados en México. Por un lado, Irina Layewska se muestra como mujer y discapacitada. Además, su condición de transexual la segrega constantemente. “Alguna vez comentaba que sólo le faltaba ser indígena para tener el paquete completo”, dice demasiado en serio la entrevistada.

Aunque la comunidad homosexual y transexual ya tiene muchos derechos ganados, muchos de estos permanecen al nivel del discurso y no son aplicados en la realidad, considera la también licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UNAM.

El perfil de Irina no se limita a su condición de transexual. Antes de asumir su realidad de mujer fue el hijo de un militante comunista encerrado en Lecumberri y él mismo tuvo una vida política activa que lo llevó tres veces a la cárcel. Durante años, cuenta Correa, se arropó con la imagen del Che Guevara y construyó una versión a la mexicana, fundando el movimiento Va por Cuba tras la caída del Muro de Berlín, momento que significó un derrumbe no sólo para el mundo de la política sino para el de Irina.

Incluso en fechas recientes, su espíritu de lucha no descansa ya que participó en las mesas de debate sobre transgeneridad en la Asamblea Legislativa del DF y uno de sus últimos deseos es morir con una identificación que acredite plenamente su nueva identidad.

Con este panorama familiar y personal, Irina vive un triple encierro, continúa la documentalista. El encierro de su cuerpo paralizado por arterioesclerosis múltiple combinada con polineuropatía degenerativa. El de su padre y, finalmente pero no menos importante, el de su identidad.

–¿Cómo das con tu personaje?

–Yo conocí a Irina en medio de un proceso de confrontación con sus vecinos hace cinco años. Ellas viven en una unidad habitacional en Tláhuac, conformada en su mayoría por líderes del Sindicato de limpia del Distrito Federal. Cuando ella y su pareja –una mujer– llegaron a es lugar eran una pareja heterosexual. Una vez que Irina Layewska se asume como mujer y empieza a transformarse, apenas en 2001, los vecinos no lo aceptan y empiezan los problemas.

“Irina busca difusión de su caso en los medios y yo trabajaba en ese momento en Ventana de medianoche en Canal 22. Además de la demanda que interponía contra sus vecinos, buscaba defenderse de ellos pues temía directamente por su vida”.

Con todos estos elementos, Prefiero morir de pie –aún en producción– será una indagación de las contradicciones culturales de un país que sigue ignorando a personas como Irina, quien tiene la desgracia de combinar, en un solo cuerpo, todos los prejuicios de toda una sociedad, concluye Correa.

 
 
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