En fechas recientes, la presidente del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales, por lo menos habría sostenido tenido tres comunicaciones vía telefónica con miembros de la llamada “burbuja marinista”, y en alguna de esas conversaciones ha dejado en claro que considera al senador Rafael Moreno Valle Rosas como “su amigo”, que está dispuesta a apoyarlo en sus proyectos políticos, pero que también ha reconocido que al legislador no le alcanzan los índices de popularidad ni el tiempo para ganar la próxima elección de gobernador de Puebla.
La llamada más reciente de la profesora Gordillo fue con Javier López Zavala, el principal aspirante del PRI a la candidatura a gobernador y actual secretario de Desarrollo Social, la cual sirvió para que la dirigente magisterial felicitara al priista por el triunfo de “carro completo” que el tricolor obtuvo en los pasados comicios del 5 de julio y para dejar en claro su posición respecto a Moreno Valle:
Según la fuente que cuenta esa versión, Gordillo le habría dicho a López Zavala que ella no niega su estrecha amistad con el senador panista, que está dispuesta a apoyarlo en todas sus empresas políticas, pero que también le ha dicho “a Rafa” que no es el mejor momento para que busque la gubernatura de Puebla, ya que “los números no le alcanzan”.
“Yo soy una mujer fría”, se dice que fueron las palabras que empleó “la maestra” para señalar que es consciente de que en el caso de Moreno Valle en Puebla, y de Veracruz con Miguel Ángel Yunes –el actual director general del ISSSTE–, las condiciones del PAN y el índice de popularidad de cada uno de ellos no les permiten tener números que los coloquen como aspirantes reales a la gubernatura.
Es creíble esa versión por dos razones: la primera es que Gordillo, más allá de amistades, hace alianzas con quien le garantiza acceso al poder público, no importa que se trate de gobiernos del PRI, del PAN o del PRD.
Y dos, Javier López Zavala tiene una relación cercana a “la maestra” debido a que fue a unos de los funcionarios a los que recurrió la cúpula del SNTE –vía Sanjuana Cerda Franco, quien es integrante del Comité Ejecutivo de dicho sindicato– para buscar solucionar el conflicto magisterial de Puebla.
Parecería que a eso obedeció la ausencia de Elba Esther Gordillo en la última fiesta de cumpleaños de Moreno Valle, luego de que hace dos años sí estuvo presente en el festejo del senador. Esa inasistencia se puede interpretar como un intento de la líder del sindicato de maestros de tomar distancia del panista y empezar a coquetear con el PRI y con el casi seguro candidato del tricolor, Javier López Zavala.
De hecho, en el círculo cercano al secretario de Desarrollo Social se dice que altos dirigentes nacionales de los partidos Nueva Alianza (Panal) y Convergencia (PC) ya estarían negociando, pese a que falta un año para los comicios, un posible proyecto electoral común con López Zavala.
En el grupo de los zavalistas se estaría analizando si esa alianza se daría mediante una coalición electoral o que simplemente el Panal y el PC postulen a candidatos a la gubernatura que sean a modo del PRI, es decir que orienten sus campañas a golpear al PAN.
Destaca el comportamiento de esas fuerzas, porque hasta hace poco se consideraban como partidos que estaban controlados y sumados al proyecto de Moreno Valle. En especial el Panal, que es una agrupación cuyos directivos obedecen órdenes directas de la señora Gordillo.
Si resulta ser cierto este alejamiento de Elba Esther Gordillo con Rafael Moreno Valle Rosas, se complicaría de manera catastrófica el escenario para el panista en la obtención de la candidatura dentro del PAN, ya que su principal atributo ha sido ubicarse como un político cercano a una de las mujeres más poderosas de México. Pero además, se estaría allanando el camino para que López Zavala llegue a Casa Puebla.
El principal riesgo que el PRI corre postulando a López Zavala es que no sería un candidato suficientemente fuerte contra una buena campaña de Moreno Valle. Sin embargo, el principal núcleo de poder del segundo de ellos es ser parte del grupo de la presidente del SNTE, ya que eso le abre las puertas en Los Pinos; pero si no cuenta con ese respaldo, su fuerza se reduciría de manera notable.
En el círculo zavalista se cuenta que hace un par de semanas el gobernador Mario Marín Torres mandó a llamar a Javier López Zavala y ambos dieron lectura a unas encuestas en las cuales el secretario de Desarrollo Social ya habría rebasado por muchos puntos a Moreno Valle y se ubicaría en el primer lugar de los aspirantes a ser candidatos a la gubernatura.
Tal reunión ocurrió un día antes de que el jefe del Poder Ejecutivo se sentara a desayunar con un grupo de columnistas y le confiara que “el señor Z” –tal como le dicen varios diputados priistas– tiene los méritos para ser el abanderado del tricolor, junto con otros tres aspirantes.
Eso se interpretó como “la señal” de que el candidato será el secretario de Desarrollo Social, razón por la cual, a principios de la semana anterior, docenas de grupos del PRI han ido a buscar al aspirante para irse sumando a su proyecto. Es decir, aunque falte medio año para que se designe oficialmente al candidato, “la cargada” priista ha empezado a encumbrar a quien parece ser el elegido.
Este tecleador todavía duda de que López Zavala ya tenga una ventaja importante sobre Moreno Valle; la edil de Puebla, Blanca Alcalá; el ex alcalde de la capital, Enrique Doger Guerrero, y la panista Ana Teresa Aranda, quienes son los políticos que más han dado la batalla por ser candidatos a la gubernatura.
Pero es claro que el proyecto “del señor Z” está orientado en dos rutas. La primera es conseguir una cargada de los grupos priistas a su favor para ungirlo, lo cual ya está en camino y parece estar funcionando. Y dos, iniciar con una negociación con todos los aspirantes priistas que competían por la nominación y darles espacios políticos.
Se sabe que el secretario de Desarrollo Social ya desplegó su capacidad de negociación y ya habló con casi todos los aspirantes.
Aún no se da el acercamiento con Enrique Doger, su principal detractor, pero al parecer la negociación podría ir en el sentido de darle al ex edil una secretaría en el siguiente gabinete, algo así como la SEP. Para ello todavía hay un trecho de seis meses en los que muchas cosas pueden pasar.
