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Martes, 21 de julio de 2009
La Jornada de Oriente - Puebla -
 
 

 BINARIO 

Conexión virtual México, Cuba y Chile   (o de la responsabilidad bloguera)

 

 

[email protected]

Además de hablar de las herramientas de la red que empoderan a la ciudadanía y que presentan una alternativa a los medios tradicionales, uno de los objetivos de este espacio quincenal ha sido, desde su concepción hace menos de tres meses, el de establecer un diálogo con el público, de la misma forma que un blog y su bloguero buscan que los internautas los lean y comenten sobre los temas que abordan, ya sean los más triviales o lo más sesudos.

 

Aunque la temática central es y sigue siendo internet y la evolución minuto a minuto de sus chunches, en ocasiones este bloguero / columnista no ha podido evitar que el mundo real –ése que existe más allá de la red– se cuele en sus textos. Una vez se contagió de influenza y de Twitter, otra se creyó crítico literario y parloteó sobre blogonovelas, en alguna ocasión tuvo aires de documentalista del Canal Seis de Julio, y en la última entrega se le ocurrió entrar en polémica sobre Cuba y el blog de Fidel. Ah, pero eso sí: sea cual fuere el tema, el que esto teclea habla primordialmente de asuntos internáuticos, de asuntos virtuales.

 

Regresando a esta cuestión del contacto con el público (“¡llame yaaa!”) hace unos días llegó un correo a [email protected] sobre la entrega titulada El compañero Fidel en la blogósfera (martes 7 de julio de 2009). El mensaje, debo confesar, me desconcertó, pero no dejó de alegrarme. El remitente argumentaba que yo, además de ser contrario a los ideales de la Revo cubana, mostraba por momentos una actitud de burla hacia Fidel Castro. Y pa’ rematar, sentí que me decía neoliberalista. Ésa última si me caló profundo, la neta.

 

Se nota que sus actitudes son contrarias a la persona escribiente de Fidel. […] No estoy de acuerdo con sus actitudes con respecto al héroe cubano y líder siempre vigente, de ayer y de hoy. Habla usted de su edad. He conocido jóvenes viejos de espíritu y mayores muy jóvenes de espíritu, llenos de sabiduría, orientadores y buenos discernientes de los signos de los tiempos. Porque considero a Fidel joven de espíritu, sus reflexiones no sólo son interesantes, sino que son iluminadoras, para los que con hambre y sed de justicia buscamos alternativas a un neoliberalismo capitalista causante del sufrimiento del 80% de pobres en el mundo. Atentamente, Busque–su–identidad al final–de–este–texto. (Hay crear tantita tensión dramático, digo yo).

 

Luego de leer y releer el correo, me di a la tarea de contestarle. Empecé con un agradecimiento sincero por su mensaje pues, repito, la idea al agregar mi dirección electrónica es tener la posibilidad de retroalimentación (hoy ando de un sutil…). A continuación le recordé a mi interlocutor electrónico el objeto principal de mi crítica, el cual era el blog y no Fidel. Aunque éste último efectivamente provoca una opinión en mí.

 

Como justifico en el texto que nos ocupa, yo no crecí con la Revolución y creo que eso marca definitivamente mi manera de ver la situación en Cuba. No dudo que existan personas de mi edad (pegándole a los treinta) que defiendan a capa y espada a Fidel Castro, pero me parece que incluso estos eventuales individuos hablarían de “oídas”. A la distancia temporal que existe entre nosotros y el inicio de la Revo habría que agregarle la distancia geográfica […] invariablemente nuestro conocimiento tendrá un sesgo muy importante si sólo hablamos de lo que hemos oído o leído sobre un tema tan complejo como la situación en Cuba.

 

Éste último es mi caso, se lo reitero. Nunca he visitado Cuba. Sólo la conozco por lecturas, documentales y películas de ficción y por comentarios de amigos que han realizado estancias de posgrado en diversas universidades isleñas–algunos de los cuales eran defensores de Fidel y regresaron decepcionados, cabe aclarar. E incluso en el hipotético caso de que hubiera vivido en Cuba, mi opinión –favorable o contraria a Fidel– reflejaría una visión personalísima.[...] El defender a capa y a espada a una figura (sea cual ésta sea) me parece poco sano. Mis pensamientos y opiniones, entonces, son susceptibles a la crítica, al cambio. Por eso agradezco nuevamente su correo, sinceramente. Atentamente, esquizzo, el cacofónico.

 

Ayer encontré otro correo del mismo lector. Su tono había cambiado y, aunque no hacía falta, me ofrecía una disculpa “si en algo puedo haberlo molestado. Incluso, estimado amigo Don esquizzo (así con minúscula), quiero decirle que me gustaría tenerlo como uno de mis contactos”. Aunque el primer intercambio, si bien respetuoso fue un tanto cuanto tirante, al menos podía decir que había ganado un lector que estará pendiente de las burradas que escribo.

 

Pero lo más interesante vino líneas abajo, después de confirmarme que no es mexicano (el “Méjico” en su primer mensaje lo había delatado, lo mismo que la referencia a un golpe de estado que vivió y que lo marcó invariablemente) (Y seguimos creando tensión dramática, querid@s lector@s).

 

Dios ha querido que llegue a ser amigo de Fidel. Lo he visitado varias veces. Le he escrito. Mantengo esa amistad, como un don preciado de Dios. […] Pienso conseguir que la  diplomacia cubana me conceda la posibilidad de volver a visitar a mi amigo Fidel enfermo.

 

Procesé las nuevas variables [Fidel– amigo–visitas–amigo– visitas] e hice algo que debí haber hecho desde el primer contacto: googlear el nombre de mi remitente; buscar información sobre quién era este personaje que hablaba de Castro como su amigo personal. Tecleé en Google EUGENIO PIZARRO POBLETE. 18 mil 200 resultados. Primera opción, Wikipedia: “sacerdote  apoyado por el Partido Comunista (PC) de Chile en las elecciones presidenciales de 1993”.  Revisé varios resultados más como una nota del diario chileno El Mercurio y entonces ya no me quedaron dudas: era yo un imbécil.

 

No sólo entendía ahora la razón de su defensa tan apasionada de Fidel sino que me daba cuenta, una vez más, de la responsabilidad de escribir un texto que trasciende las barreras del papel y que alcanza cualquier rincón del mundo. A pesar de que el padre Pizarro Poblete me había ofrecido su visión personalísima sobre el ex mandatario y su isla, su opinión había sido formada gracias a un acercamiento directo a la fuente primaria. De todos los lectores a los que podía llegar ese texto, él –luego del propio Fidel era uno que definitivamente me daba dos vueltas en experiencia.

 

Tres cosas me quedan claras ahora. Primera, que la red, usada con cuidado, es una herramienta poderosísima, que acerca y ayuda al entendimiento de la gente. Segunda, que como le decía el Tío Ben a Peter Parker (alias El Hombre Araña), con un gran poder viene una gran responsabilidad. Y tercera, que la red todo lo ve y todo lo oye. No lo sabe todo, porque no razona. Eso, nos corresponde a sus usuarios.

 
 
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