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Jueves, 2 de julio de 2009
La Jornada de Oriente - Puebla -
 
 

 CUITLATLÁN 

Se agotaron los recursos de Felipe Calderón

 
FERMÍN ALEJANDRO GARCÍA

Las dos últimas semanas fueron decisivas en el actual proceso electoral, ya que el Partido Acción Nacional registró una caída en sus índices de preferencias, el cual no fue un descenso pronunciado, pero sí de entre tres y cinco puntos, que podrían ser decisivos en los distritos en donde había empate técnico, mientras que el Partido Revolucionario Institucional se mantuvo estable en sus niveles de aceptación. ¿A qué se debe ese comportamiento? La principal hipótesis es la siguiente:

El ascenso de los índices de preferencias electorales que mostró el Partido Acción Nacional al inicio y a mediados de la campaña electoral fue resultado de dos estrategias mediáticas: el pánico que se generó con la influenza humana y el golpeteo principalmente en contra de gobiernos del Partido de la Revolución Democrática y en menor medida contra administraciones del Partido Revolucionario Institucional con el tema del narcotráfico; sin embargo, el efecto de esas maniobras parece haberse agotado con la misma rapidez que habían surtido un efecto positivo para el blanquiazul.

Ahora queda claro para muchos electores –de acuerdo a mediciones de la opinión pública– que esas campañas fueron recursos artificiales, y lo que sí es real es la crisis económica que sigue acabando con los empleos, con el poder adquisitivo que daña la seguridad pública y genera una sensación de inseguridad, de zozobra. Y frente a esa grave situación el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa poco o nada ha hecho para contrarrestar dicho deterioro.

Los recursos propagandísticos que se emprendieron desde la presidencia de la República Mexicana –con fondos públicos al viejo estilo priista– para apuntalar al Partido Acción Nacional funcionaron hasta mediados del mes de mayo, cuando los mensajes de la influenza crearon un temor generalizado de que había el peligro de un contagio del virus AH1N1. Mucha gente adoptó medidas de pánico y se creyeron el cuento de que estaban en peligro. Al final todo fue mentira.

No se dieron los contagios masivos del virus, que se hacían suponer que podían ocurrir con los mensajes alarmistas del gobierno federal, y lo que sí se dio fue un agravamiento de la crisis económica por la paralización de las actividades productivas, que en el caso de Puebla se tradujo en perdidas de unos mil 700 millones de pesos, equivalente al .5 por ciento del Producto Interno Bruto.

Tan sólo los comerciantes de la entidad registraron una reducción en sus ventas de 453 millones de pesos, con lo que arrastraron una mala racha que se observa desde finales de 2008. Eso se tradujo en despidos o en que no hubo contratación de personal eventual en temporadas que antes eran de mucho movimiento de mercancías.

Por tanto, el asunto de la influenza humana resultó ser una especie de boomerang para el Partido Acción Nacional y el presidente Felipe Calderón.

La otra campaña mediática que le había funcionado a Felipe Calderón, quien es amante del uso de la violencia como arma política, fue la relacionada con el tema del narcotráfico. Con ese pretexto quiso crear la idea de que los gobiernos perredistas y priistas son protectores de las mafias y que solamente las administraciones panistas enfrentan con valentía ese problema de seguridad pública.

Trascendió que el gobierno federal se quedó a la mitad de sus intenciones, pues pretendía no solamente golpear al gobernador perredista de Michoacán, Leonel Godoy, sino también tenía en la mira a por lo menos dos gobernadores del Partido Revolucionario Institucional.

Se dice que Manlio Fabio Beltrones, el líder de los senadores del Partido Revolucionario Institucional, habría advertido que si caía un gobernador del tricolor entonces se harían públicos los vínculos de algunos mandatarios albiazules con los cárteles del narcotráfico. Y relativamente se cumplió con esa amenaza cuando se conoció una grabación de un candidato de Acción Nacional en Nuevo León pactando con la organización de los hermanos Beltrán Leyva.

Para nadie es desconocido que desde el gobierno federal ha existido una protección al Cártel de Sinaloa que comanda Joaquín Guzmán Loera, alias el “Chapo Guzmán”, quien se fugó durante el sexenio de Vicente Fox y de manera inexplicable su poder crece cada vez más, al grado de que la revista Forbes lo colocó entre los hombres más ricos del planeta.

Eso se debe a que el gobierno federal fue frenado en seco en su afán de tumbar a un gobernador del Partido Revolucionario Institucional en plena campaña electoral.

Luego de las campañas de la influenza y del tema del narcotráfico, el Partido Acción Nacional y Felipe Calderón Hinojosa se quedaron sin recursos para poder mantenerse en el ánimo de un tercio del electorado, el cual es el que acudirá a las urnas el próximo domingo.

O al menos que hagan algo osado antes del domingo, lo cual se antoja imposible.

 
 
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