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Jueves, 25 de junio de 2009
La Jornada de Oriente - Puebla -
 
 

 ESTÉTICA Y SALUD  

Las estatinas y el sistema cardiovascular

 
RAFAEL H. PAGÁN SANTINI

La ateroesclerosis es la responsable, en la mayoría de los casos, de la enfermedad cardiovascular. En las arterias coronarias (son las que irrigan el corazón) este proceso comienza con estrías grasas observadas desde la adolescencia. Estas lesiones progresan a placas ateromatosas en la etapa temprana de los adultos y culminan en oclusiones trombóticas que llevan a eventos coronarios en la parte media y final de la vida. La arteriosclerosis coronaria humana es una enfermedad inflamatoria crónica, con un trasfondo de anormalidades metabólicas de las grasas. 

Las estatinas o los inhibidores de la reductasa son enzimas ampliamente utilizadas para mejorar la salud cardiovascular y, más recientemente, para algunas afecciones vasculares del cerebro. Las estatinas son el agente más potente para el tratamiento del metabolismo anormal de las grasas (dislipidemia). Una de las razones para utilizarla ha sido el disminuir el nivel de LDL–C (colesterol malo). 

Generalmente el tratamiento es muy bien tolerado. El efecto inmediato de las estatinas es el de reducir la biosíntesis del colesterol. Su segundo efecto, pero primordial, es el de reducir los niveles sanguíneos de LDL–C. La acción de las estatinas sobre el metabolismo de las grasas trae como consecuencia indirecta la reducción de los niveles de triglicérido y el aumento de HDL–C (colesterol bueno).

La mayoría de las investigaciones clínicas sobre arteriosclerosis han demostrado que la terapia activa de modulación de lípidos, primordialmente usando estatinas, pueden reducir la tasa de avance de la enfermedad. Tradicionalmente se ha visto a la arteriosclerosis como una enfermedad inevitablemente progresiva, para la cual, aun las terapias más activas podrían meramente reducir el avance de esta. Sin embargo, el uso de las estatinas está demostrando cuan efectivas pueden ser estas para revertir el daño ocasionado por las placas arteromatosas.

Algo muy importante, y señalado recientemente es que, las estatinas tienen propiedades antinflamatoria. Los científicos dicen que estas ventajas van más allá de reducir el nivel de los lípidos y consideran que entre ellas, específicamente estarían la estabilización de la placa ateromatosa y mejora de la función celular en las paredes vasculares, así como factores antiinflamatorios y antioxidantes. La acción antiinflamatoria de las estatinas está siendo aprovechada para el tratamiento de la artritis reumatoide.

Las placas ateromatosas se forman a partir de lo que se denomina “estría grasa” o vetas de grasas pequeñas. Las estrías grasa una vez formadas logran infiltrarse por debajo de la pared arterial lo que da inicio al endurecimiento de las arterias y a la obstrucción de la luz arterial. Estas vetas de grasas son acumulaciones principalmente de colesterol, en forma de estrías, donde células grasosas se van adhiriendo por debajo de la capa celular interna de las arterias (endotelio). Al transformarse las estrías en una placa fibrograsienta las células musculares de las arterias migran hacia esa zona, dando inicio a un proceso inflamatorio que dará pie a la formación de las placas ateromatosas.

Cuando las partículas de colesterol, en forma de moléculas de LDL–C (colesterol malo), entran a la pared arterial, el cuerpo trata de eliminarlas pero la placa de grasa se transforma en una lesión rica en colesterol. A estas lesiones se adhieren células y sustancias del sistema inmunológico que intentan destruirlas. Lejos de poder limpiar las paredes de las arterias, la respuesta inmunológica participa en la formación de la placa ateromatosa creando una zona de tejido arterial permanentemente inflamado.

La aterotrombosis ocurre cuando se desprende la placa ateromatosa de la pared vascular y se sobre–impone un trombo. Está asociación es la principal causa de muerte en los accidentes cardiovasculares. El desprendimiento del coágulo obstruye el flujo de sangre y evita que el oxígeno continúe con su recorrido dando lugar a un ataque cardiaco, o infarto del corazón, a una trombosis cerebral, infarto cerebral o trombosis de las piernas, todos estos accidentes vasculares son manifestaciones de una sola enfermedad: la aterotrombosis.

Aunque, el tratamiento con estatinas no impide el desarrollo de accidentes cardiovasculares sí mitiga sus efectos. Las personas que han estado tomaban estatinas antes de sufrir un accidente cerebrovascular presentan una recuperación mejores que entre aquellos que no recibían dichos fármacos, inclusive cuando los niveles de colesterol se encontraban en el punto ideal. La evidencia experimental indica que la estrategia de modulación agresiva de los lípidos podría revertir el proceso de la arteriosclerosis. La modulación de los niveles de colesterol en sangre, como tratamiento cardiovascular, tendría como meta el eliminar las placas arteromatosas.

Las estatinas disponibles en el mercado son: rosuvastatina, atrovastatina, fluvastatina, simvastatina, paravastatina, lovastatina.  Identifique cuál de estas estatinas está tomando usted, y cuál es la dosis que está ingiriendo.  Hable con su médico de cabecera sobre la posibilidad de conocer más a fondo el estado de sus arterias. Pregúntele, cuál es el tratamiento más actualizado y si este puede ser personalizado a usted. Conozca su cuerpo, conozca su condición de salud.

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