En los últimos 15 días el precio del kilo de pollo se incrementó en 43 por ciento en varios mercados de la ciudad de Puebla, lo cual fue provocado porque mucha gente aumentó su consumo de este producto ante el miedo de que la carne de cerdo pudiera ser transmisora de la influenza porcina, nombre que originalmente se le puso al mal provocado por el virus AH1N1.
Situaciones similares se presentaron con otros productos. En principio, mucha gente dejó de consumir carne de cerdo y eso dañó a unas 400 mil personas dedicadas a la engorda de dicho animal. Posteriormente se redujo la compra de leche, lo cual llevó a una caída drástica del precio del lácteo, lo que ha puesto en riesgo la subsistencia de 2 mil 500 establos en el estado de Puebla.
Lo que está pasando es consecuencia de un mal manejo del tema de influenza humana por parte del gobierno federal, que al haber utilizado el término de “influenza porcina” generó una crisis de pánico y desinformación que ha dañado a toda la cadena productiva de varias actividades, lo cual ha generado un desajuste económico, que como siempre, lo resienten más los consumidores de menores recursos económicos y los pequeños productores.
La evaluación del desempeño del gobierno de Felipe Calderón frente al tema del virus AH1N1 es que dicho asunto se utilizó políticamente a favor del PAN; que se generó pánico en la población y eso daño severamente a la economía y que, ante al discurso triunfalista del presidente de la República –que se atrevió a decir que su administración salvó a la humanidad– se puso en evidencia el deficiente sistema de salud del país.
