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Viernes, 15 de mayo de 2009
La Jornada de Oriente - Puebla -
 
 

 OPINIÓN 

17 campesinos inocentes de San Andrés Azumiatla están presos por defender sus tierras

 
ANAMARÍA ASHWELL

Por e–mail se difunde una invitación de parte del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y Agua Puebla–Tlaxcala (frentedepueblos@yahoo. com.mx, [email protected]) para asistir y apoyar a una caravana que avanzará por la cercanía de los pueblos Barrranca Honda, Tlaltepango, La Resurrección, San Andrés Azumiatla, San Bernardino Tlaxcalancingo, Santa María Acuexcomac, Buena Vista, San Lucas Atzala y Santa María Zacatepec hasta arribar al centro de la ciudad de Puebla el día sábado 16 de mayo. La caravana viene en representación de más de 30 comunidades del valle Puebla y Tlaxcala –comunidades unidas para resistir la expropiación de sus tierras y recursos naturales debido a que un proyecto carretero (arco poniente y arco norte)– promovido y sostenido por el gobernador Mario Marín –implica un daño ambiental y patrimonial– y del patrimonio arqueológico y cultural– irreversible para sus comunidades.

En el año 2005 nosotros intentamos una resistencia ciudadana, con miembros de Pro Cholula, por el avance de la carretera que el gobernador Mario Marín y el entonces presidente municipal Juan Pablo Jiménez pretendían atravesara (argumentando modernidad y progreso) a cuatro calles (sobre la 12 Poniente) del zócalo, una de las ciudades arqueológicas más importantes y hermosas del México moderno: San Pedro Cholula. Un año antes el gobierno había anunciado no solo su ambicioso proyecto carretero sino el rescate ambiental y ecológico del lago de Valsequillo. Progreso y modernidad nos fueron prometidos con estos proyectos aunque con el tiempo solo hubo destrucción ambiental y daño patrimonial en el valle cholulteca. Entre Puebla y el aeropuerto de Huejotzingo se talaron miles de árboles antiguos (sembrados desde 1933) en los costados de la carretera federal Puebla Tlaxcala; inició el acaparamiento de tierras ejidales y de pequeñas propiedades en las cercanías del volcán Tzapoteca a favor de inmobiliarias; se aceleró la urbanización sobre tierras en la reserva ecológica en el volcán Tzapoteca (indispensable para la captación de agua en el valle cholulteca); hubo acaparamiento y agotamiento de los mantos acuíferos de pueblos como Nealtican y Acuexcomac; se destruyeron suelos arqueológicos; se abatió una foresta que permitía la filtración de agua al subsuelo y que promovía la retención de aguas pluviales y evitaba mayor erosión en los suelos... y a nosotros miembros de Pro Cholula –unos pocos ciudadanos sin partido y sin intereses más que con nuestra comunidad en San Pedro Cholula– se nos amenazó, difamó y persiguió por ordenes directas del gobernador Marín argumentando que nos oponíamos al progreso de los cholultecas. Pero, ¿y el progreso? Por lo menos para los pueblos cholultecas y tlaxcaltecas directamente “beneficiados” por esa tala de árboles y la carretera en 2005, ese nunca llegó.

El Proyecto Aura o lo que es el arco poniente y norte de la ciudad de Puebla implica ahora la expropiación de más de 10 mil 481 hectáreas de predios ejidales indispensables para sustentar la vida de comunidades ancestrales. Implica no solo la desaparición de comunidades que resguardan la historia y las tradiciones culturales del valle poblano tlaxcalteca, sino sobre todo implica inevitablemente la destrucción de cerros, acuíferos y arbolados que por la “generosa” suma de 8 a 10 pesos el metro cuadrado se convertirán en una carretera de pago de a 50 pesos por automóvil.

Estadísticas del Inegi indican que en Puebla existen menos de dos metros cuadrados de zonas verdes por habitante (la Organización Mundial de la Salud recomienda 15 metros cuadrados por habitante en zona urbana); no existen plantas tratadoras de agua que vuelvan aceptables las descargas de aguas negras a los ríos ( las 181 plantas existentes reducen sólidos y residuos biológicos pero no limpian el agua para que sean vertidos a ríos); hay 300 millones de metros cúbicos de aguas contaminadas que se vierten a ríos y riachuelos; en los últimos años se ha perdido el 60 por ciento de la cobertura vegetal en el Estado y lo más escalofriante: el cemento avanza en el valle poblano tlaxcalteca 2.5 hectáreas... ¡al día!

¿Por qué en vez de ir en contra del bienestar y la voluntad de estos pueblos el gobierno poblano no les ofrece inversiones para reforestar cerros y zonas altas aledañas a sus comunidades? ¿Por qué no invierte en programas sustentables, ecológicos y culturales que generen trabajos al interior de las comunidades, según sus necesidades y condiciones sociales específicas?

Los campesinos que vienen en esta caravana sospechan que les imponen la carretera porque encubre grandes negocios inmobiliarios de importantes empresarios y políticos poblanos.

Mientras tanto, 17 campesinos indígenas de Azumiatla fueron apresados con extrema violencia el 25 de abril y están hoy presos por defender sus tierras. El gobierno poblano que ha demostrado desprecio por la ley, que ha obrado con ilegalidad para proteger a pedófilos como Kamel Nacif, ahora aplica la ley para encarcelar a aquellos que resisten y resienten la imposición de la carretera en sus tierras ¡incluyendo una mujer embarazada, un anciano y un joven con discapacidad mental! Esta acción represiva del Estado poblano en Azumiatla es a todas luces inmoral. Inmoral. El gobierno debe rectificar y liberarlos.

 
 
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