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Lunes, 1 de diciembre de 2008
La Jornada de Oriente - Puebla - Educación
 
 

Zetas amenazarían con vengar a su compañero muerto en Huauchinango

 

Elementos del Ejército Mexicano, Policía Municipal, personal de la Agencia del Ministerio Público Federal y de la alcaldía, así como familiares de Esteban Ramírez Aguilar, le rindieron un homenaje póstumo al joven elemento caído al enfrentarse con el crimen organizado / Foto Carlos Castelán
MARTIN HERNANDEZ Y CARLOS CASTELAN

Altos mandos y agentes de la Policía Municipal de Huauchinango habrían recibido amenazas de muerte en la comandancia de la corporación y algunos en sus domicilios, por presuntos integrantes de Los Zetas, quienes han advertido que en los próximos días vengarán la muerte de Miguel Ángel Morales Ramos, quien pereció en el enfrentamiento que dichos sicarios tuvieron con los uniformados la madrugada del pasado viernes en pleno centro de aquel municipio ubicado en la Sierra Norte de la entidad.

La información sobre los amagos fue confirmada por fuentes cercanas al ayuntamiento huauchinanguense y a la Procuraduría General de la República (PGR), que ya investiga la refriega, en la que además murió un policía y otros cinco resultaron heridos.

En el anfiteatro de Huauchinango, dentro de las instalaciones del Panteón Municipal, se encuentra desde el pasado viernes el cuerpo de Miguel Ángel Morales Ramos, de 40 años de edad, identificado como uno de los agresores que tuvieron el encuentro a balazos con los policías municipales y cuyo cadáver fue abandonado por sus compañeros.

Lo único que se sabe de este hombre es que era oriundo de Tamaulipas, según la credencial del Instituto Federal Electoral que se encontró entre sus pertenencias.

De igual manera trascendió que hubo un cateo a una casa de la finca “Los Pinos” en el acceso oriente de la ciudad, donde los militares habrían encontrado armas y el otro auto en que huyeron los maleantes y que mantienen en resguardo en el lugar de los hechos, custodiado por los militares a quienes desde la carretera es posible observar.

Por lo pronto, testigos revelaron que el escape de los criminales sobrevivientes de la balacera se debió a la falta de coordinación entre las diferentes corporaciones policiacas, las cuales ni siquiera se animaron a perseguir a los delincuentes, cuyo vehículo fue abandonado en un camino cerrado.

Elementos de la Policía Federal Preventiva comentaron a esta casa editorial que no se enteraron de la balacera y sólo recibieron “algún dato” de parte de la Policía Judicial, quienes les pidieron estar alerta “sobre algún vehículo”, pero nunca mencionaron ni la balacera ni las bajas que habrían sufrido los uniformados del municipio.

En rueda de prensa, el director de Seguridad Pública Ofir Picazo Garrido aseguró que el enfrentamiento fue con miembros del crimen organizado. El armamento usado por los sicarios fue catalogado como de calibre 7.62, de armas Automatic Kalashnikov, 223 de rifle AR15 y el calibre .09 mm de armas cortas.

Un vecino comentó que desde su hogar escuchó cuando “locos” hacían disparos desde la colonia La Mesita, Santa Catarina y por el rumbo de la explanada 5 de Mayo. Poco antes del incidente llegó a su hogar y escuchó ráfagas.

 

Los hechos

El enfrentamiento sucedió al filo de las 2:30 de la madrugada del viernes pasado, luego de que un auto color rojo –marca Nissan Tiida con placas de circulación MCY6506–, estacionado afuera del local de venta de bebidas embriagantes denominado “El Jamaiquino”, fue abordado por elementos de la Policía Municipal con el fin de solicitar a los cuatro tripulantes que allí viajaban una identificación.

Algunos vecinos del lugar dijeron que los tripulantes del auto rojo Nissan habrían disparado balazos al aire por el rumbo de la calle 5 de Mayo y por eso fueron detenidos. Otra versión afirma que los presuntos Zetas habrían sido denunciados cuando acudían a cobrar las cuotas de protección a los negocios con venta de bebidas embriagantes.

Lo cierto es que los sospechosos se negaron a descender del automotor, pero hicieron varias llamadas por sus teléfonos celulares. Luego de un rato, llegó una camioneta gris, marca Toyota, con placas del estado de México, desde la cual algunos testigos escucharon gritar: “¡somos Zetas y se los va a llevar la chingada!”. Acto seguido, desde el vehículo se hicieron disparos contra los policías, matando a Esteban Ramírez Aguilar, agente comunal.

Los uniformados contestaron el fuego con escopetas calibre .12 y pistolas calibre .38, que contrastaban con los estampidos de los cuernos de chivo calibre 7.62 y los AR 15 calibre 223, así como por las poderosas automáticas 9 mm. La balacera se les hizo eterna a los vecinos, quienes escucharon cómo los proyectiles de plomo zumbaban dentro de las casas, atravesaban las cortinas de los negocios y las puertas, las ventanas y rompían vidrios.

El intercambio de balas dejó a cinco policías lesionados: Herminio Gutiérrez Cruz, de 42 años, quien resultó con un disparo de arma de fuego en un glúteo que le atravesó el recto; Alejandro Cruz Márquez, de 28 años de edad, tuvo con un impacto en la pierna que le partió el hueso y lo expuso; Concepción Lucas Olivares, de 45 años, lesionado en un tobillo; Luis David Velásquez Santos, de 25 años, fue herido en la planta del pie derecho, y Jesús Márquez Avendaño salió con un rozón de bala en la cara.

El sitio donde se escenificó la balacera fue acordonado. Las calles Matamoros, Bravo, Zanahoria y 16 de septiembre quedaron vedadas, lo que tomó por sorpresa a muchos trabajadores que deberían acudir a sus trabajos o con los niños a la escuela.

Al lugar de los hechos acudió el agente del Ministerio Público con el fin de realizar las diligencias necesarias para el levantamiento de los cadáveres y dar fe de los armas, autos y todo lo que allí quedó relacionado con la balacera.

Ciudadanos entrevistados en la calle comentaron que es inaudito lo que se está pasando en Huauchinango, y criticaron a la presente administración que preside Rogelio López Angulo, originario de  Sinaloa y cuñado de la ex presidente municipal Enoé González Cabrera, ya que desde su llegada, dijeron, los levantones a empresarios y ejecuciones están a la orden del día.

Pidieron la intervención del Ejercito Mexicano para realizar operativos de vigilancia.

 

Homenaje

Elementos del Ejército Mexicano, Policía Municipal, personal de la Agencia del Ministerio Público Federal y de la alcaldía, así como familiares de Esteban Ramírez Aguilar, se reunieron en la explanada frente al edificio del ayuntamiento con el fin de rendirle un homenaje póstumo al joven elemento caído en el cumplimiento de su deber al enfrentarse con el crimen organizado.

Fueron los policías municipales los que llevaron cargando, desde una carroza, el féretro de su compañero de armas, hasta colocarlo sobre un altar funerario en el que resaltaba la fotografía del difunto y realizaron la primera guardia. La segunda corrió a cargo del alcalde Rogelio López y servidores públicos municipales.

Posteriormente, otros funcionarios comunales llegaron a hacer guardia, hasta que un grupo de militares recogieron la bandera que cubría el ataúd para a entregarla al alcalde.

El acto fue emotivo: llantos y expresiones de dolor de los familiares llenaron el ambiente y conmovieron a los presentes. Algunos policías también sollozaron.

En su mensaje, el presidente municipal exaltó el trabajo realizado por el joven policía caído en el cumplimiento de su deber y refrendó su compromiso en mantener la seguridad en el municipio. También dijo que los policías supieron enfrentar este hecho violento con capacidad, valentía, disciplina y carácter.

Son, abundó, “servidores públicos comprometidos con el municipio, leales al servicio y honestos en su desempeño sin nexos ni compromisos con la delincuencia y lo demuestra el enfrentamiento en el que este buen policía perdió la vida”.

Al terminar el homenaje, el féretro fue nuevamente llevado por sus compañeros a la carroza funeraria que esperaba a unos cuantos metros del lugar, para subirlo y llevarlo a su pueblo, donde su familiares le dieron sepultura. Mientras se llevaba a cabo este evento, la parte norte del Jardín Central estuvo flanqueada por elementos del Ejército Mexicano en vehículos artillados que vigilaban la zona.

Cabe mencionar que el joven policía muerto recién llegaba a este municipio proveniente de Ciudad Juárez del estado de Chihuahua, según dio a conocer un familiar. Su propósito era brindar a su familia más tranquilidad, pues en aquella ciudad fronteriza los enfrentamientos con el crimen organizado son más frecuentes.

 
 
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