Pionero de la apicultura en Tlaxcala, Medardo Ramírez Rosales asegura que la calidad de miel que se produce en la entidad, sólo es comparable con la que se elabora en Argentina, pues a nivel nacional este producto es superior al que se cultiva en otros estados como Chiapas, Veracruz y Puebla.
De hecho, refiere que la miel tlaxcalteca tiene un nivel de excelencia y por ello su demanda es alta en países como Alemania, donde “si llega a la mesa de una familia alemana una porción de miel de Tlaxcala, es fácilmente identificada; con los únicos que podríamos competir en cuanto a la cantidad de producción son Argentina y China”.
Originario de San Salvador Tzompantepec, Medardo Ramírez lleva más de 20 años como apicultor, labor que “traía desde nacimiento, pues siempre me ha gustado mucho quitarles la miel a las abejas y otros insectos. Cuando iba al campo andaba sobre esos bichos”.
Pero su incursión de lleno a esta actividad fue hasta que conoció a otro productor de miel que “tenía cinco o diez colmenares. Platiqué con él y me enseñó lo que era la apicultura, me enseñó a armar y desarmar una cajita, desde entonces me consideré un apicultor”.
No obstante, recuerda que una ocasión se enteró que Banrural impartiría un curso a apicultores y, a la vez, otorgaba un apoyo de 20 cajas a cada uno. “Pregunté si podía entrar y me dijeron que podría acudir, pero sin derecho a nada, solamente una libreta y un lapicero, pues sólo era para los socios de Banrural. Yo únicamente quería entrar al curso.
Pero el día que empezó el curso, grande fue mi sorpresa que solamente acudieron 12 de los 20 socios, entonces me dijeron que podía participar de los apoyos. Me hicieron favor de capacitarme y después empecé a comprar mis cajas y mis abejas, así empecé como apicultor”.
“Actualmente –refiere– tengo como 300 abejas, pero podría tener más”, afirma Medardo Ramírez, quien estima que en Tlaxcala habrá unos 200 apicultores laborando.
Ya metido en esta labor, el apicultor se inscribió en todos los cursos en la materia que convocaban las diversas instancias, por lo que considera “tener la capacidad no sólo para capacitar a otros apicultores”, sino para afirmar que la calidad de la miel de Tlaxcala es tan alta que es muy demandada en otros países; sin embargo, la producción, extracción y exportación de este producto en la entidad se ha visto limitada por trámites burocráticos.
De hecho, comenta que junto con otros 11 productores de miel de la entidad exportaron con sus propios recursos cuatro contenedores de 22 toneladas de miel cada uno a Hamburgo, Alemania. La acción tuvo lugar hace dos años, y aunque las autoridades alemanas solicitarton un cargamento más, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), a través del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), detuvo el nuevo envío con el argumento de que el producto no cubría las normas de calidad.
Ante ello, ese grupo de apicultores decidió integrar el consorcio Honey Tlaxcala y presentar un proyecto ante el Fideicomiso de Riesgo Compartido (Firco) y la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) para la integración de una empresa productora de miel.
En conjunto, esas dependencias apoyaron el proyecto con 7 millones de pesos para la construcción de una nave y la compra de equipo para la elaboración y producción de miel, en el que participan 60 productores de 12 municipios.
El consorcio se llama Honey Tlaxcala, está ubicado en la comunidad de Francisco Villa, municipio de Terrenate, y lo más importante es que con ello estarán cumpliendo con las normas de calidad requeridas por Sagarpa y reiniciar la exportación de ese producto. “Ahora que ya se concretó el proyecto, autoridades de las secretarías de Desarrollo Económico y de Economía se han acercado a preguntar si nos faltan recursos”, revela.
“Aquí lo importante es que se quedó abierta la puerta para nosotros con las autoridades alemanas, sólo tenemos que cumplir con los requisitos que establece la Sagarpa para exportar nuestra miel, pero la calidad de nuestro producto está garantizada, así lo confirma el hecho de que los compradores de Alemania volvieron a solicitar más contenedores”, expone Medardo Ramírez.
Sin embargo, lamenta que por meros trámites burocráticos, él y sus compañeros de profesión hayan dejado de percibir al menos 400 mil pesos porque ya no pudieron enviar el otro pedido a Hamburgo, “en lugar de ayudarnos nos perjudicaron. México nos amarra en todo momento”, señala.
Como ejemplo, refiere que él tiene maquinaria de acero inoxidable para extraer miel, “se puede decir que a un nivel artesanal”; sin embargo, “aunque mi producto pase las pruebas de laboratorio y se confirme que no tiene ninguna irregularidad, Senasica no me da la salida porque tiene que ser extractada en un área que cumpla con sus normas”.
Los más curioso, observa Medardo Ramírez, es que “ni las mismas autoridades saben a ciencia cierta cuáles son las normas de calidad para certificar la producción de miel; es decir, ellos están aprendiendo con nosotros. De hecho, la apicultura en México se ha llevado así, que las autoridades nos mandan a un técnico en el área, pero al final ellos vienen a aprender con nosotros”.
Yo –refiere– estaba tratando de hacer mi propia sala de extracción para certificarla, pero es algo imposible, “porque aunque Senasica ha visitado ese espacio y me dicen que va bien, pero estoy seguro de que si sigo invirtiendo al final me van a decir que no sirve y he invertido hasta el momento entre 250 y 300 mil pesos”.
