Hoy habrá una nueva marcha de docentes en contra del SNTE, la cual seguramente tendrá menos participantes que las anteriores movilizaciones como resultado de las medidas represivas que existe contra los disidentes; pero será una muestra de que persiste, que no se ha reducido, el malestar en contra su sindicato, el cual no ha podido diseñar una estrategia efectiva para desactivar el conflicto, en parte, porque tres grupos de la cúpula gremial han protagonizado en Puebla una serie diferencias y confrontaciones
Pero además es claro que los dirigentes del SNTE ya perdieron la capacidad de percibir cuál es la causa del malestar de los docentes, siendo una muestra lo siguiente:
Este fin de semana en Tehuacán se dejó ver Rafael Ochoa Guzmán, el secretario general del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE, quien además de sentarse a saborear un abundante plato de mole de caderas, se reunió con los integrantes de la dirigencia sindical de esa región para evaluar los avances de desarticulación de la disidencia.
Dicha reunión no tendría nada de especial si no fuera porque uno de los anfitriones y organizadores del encuentro fue Jorge Rodríguez, el ex secretario general de la sección 23 del SNTE, quien es uno de los principales causantes de la actual inconformidad de los profesores en contra del sindicato de maestros.
En la gestión de Rodríguez se obligó a muchos profesores a dejar su militancia priista e incorporarse a las campañas electorales del Panal; privó la corrupción, principalmente por la vía de la venta de plazas, horas clases y ascensos, y se condujo el destino de la sección 23 sin atender muchas de las demandas de los profesores, sobre todo de regiones alejadas de la ciudad de Puebla, como fueron las sierras Norte y Negra.
La reaparición de Jorge Rodríguez ha provocado que maestros de la región de Tehuacán que ya habían accedido empezar a dialogar con el SNTE, este lunes se desistieran de esa posibilidad, pues es claro que la cúpula del sindicato lo que busca es simplemente desactivar un conflicto, pero no arreglar los vicios que caracterizan a las dirigencias locales de la agrupación magisterial.
Y sobre todo, muestra a un Rafael Ochoa Guzmán extraviado y corrompido por el poder, que hace oídos sordos a los problemas de corrupción en su agrupación y en lugar de buscar el beneficio de sus representados, se la pasa exigiendo al gobierno del estado que reprima a los docentes que se supone debería defender y que son quienes aportan cuotas mensuales con la que se sostiene el funcionamiento del sindicato de trabajadores de la educación.
La dirigencia nacional del SNTE siempre había sido temida por sus métodos gansteriles para aplastar a los maestros que se atrevían a exigir democracia o rendición de cuentas dentro del sindicato, además de que sabía como resolver crisis de liderazgo. Pero ahora en Puebla, Oaxaca y Morales se ha empezado a notar que ya no se tiene las mismas capacidades de antes como resultado de que la cúpula sindical se está consumiendo en disputas de poder.
Los dirigentes de la cúpula nacional del SNTE han venido a Puebla a exhibir sus divisiones, como se sabotean entre ellos y se arrebatan el poder. Y esa situación les ha impedido encontrar una solución al conflicto de Puebla.
Esos grupos son tres: Uno lo encabezan la llamada corriente “Y”, ya que ahí están los yernos de Elba Esther Gordillo, junto con otros miembros de la familia y colaboradores de la maestra, como Miguel Ángel Yunes. Esta expresión usa la estructura de la SEP federal para espiar lo que hace la facción de Rafael Ochoa Guzmán y en ocasiones la sabotea.
El segundo es el de Rafael Ochoa Guzmán, quien en varias ocasiones ha intentado disputarle a Elba Esther Gordillo el control del SNTE, razón por la cual la corriente “Y” vigila sus movimientos y no confía mucho en lo que hace el secretario general.
La tercera agrupación es la de Sanjuana Cerda Franco, quien pese a ser parte del CEN del SNTE, en donde controla las finanzas, es una mujer que se maneja sola y muestra muchas diferencias con Ochoa. Se dice que esta mujer podría ser la sucesora del actual secretario general del sindicato o incluso quien podría ocupar el lugar de Gordillo, en caso de que ésta ya no siguiera al frente de la agrupación de docentes.
Se dice que los tres grupos para el caso de Puebla no se ponen de acuerdo en cuestiones elementales. Mientras unos buscan al secretario de Gobernación, Mario Montero como interlocutor en el gobierno para arreglar el conflicto, otros hacen lo mismo con Javier López, el secretario de Desarrollo Social y una expresión más, se empeña en golpear a la administración estatal por acusarla de ser la causante del movimiento magisterial.
Mientras unos dicen que la sede alterna del sindicato es el hotel NH, otros insisten en que sea el Presidente Intercontinental. A su vez, mientras unos dicen que se debe reprimir a los inconformes, otros dicen que se debe comprar a los líderes y otros, exigen diálogo.
Al final los tres grupos se pelean y no resuelven el conflicto de Puebla.
