Dicen que la operación de entrega de sobornos que emprendió la dirección nacional del SNTE contra la disidencia magisterial de Puebla, ya está empezando a hacer estragos en la sección 51, pues algunos dirigentes opositores han empezado a tener un comportamiento extraño, a apartarse del resto de los integrantes del movimiento y a mostrar abiertamente su pesimismo de que se logrará ganar la lucha.
Estos dirigentes son Ramón Tépox Tenorio, Heriberto Bauchán y Braulio Carpinteyro, quienes ya han empezado a retirar a los maestros que los siguen de la toma de la sede del SNTE 51 y de otras actividades de la disidencia.
Las malas lenguas dicen Tépox, Bauchán y Carpinteyro han recibido jugosas propuestas que van desde convertir al primero de ellos en profesor de tiempo completo, además de cambiarlo de nivel. Y a los otros dos, les habrían ofrecido ascenderlos para que pasen de ser profesores de grupo a directores de planteles. Pero además a los tres le estarían dando un número importante de plazas, ascensos, préstamos y créditos de viviendas, no solamente para ellos, sino también para familiares y mentores que les sean allegados.
Se ignora si estos tres líderes aceptaron la larga lista de ofrecimientos, o mejor dicho sobornos, y si a eso se debe que primero se les veía muy aguerridos y ahora se les nota como taimados, como queriendo que ya se acabe la confrontación entre docentes y el SNTE. Y algunos profesores ya hasta piensan que ya vendieron el movimiento.
Se comenta que el cambio de actitud se observó desde la semana pasada, luego de reunirse con un importante ex dirigente local del SNTE 51, quien los conminó a que ya se desistieran de sus intentos de destituir a Cirilo Salas Hernández, el secretario general de la sección sindical en cuestión.
Los tres dirigentes Braulio Carpinteyro, Heriberto Bauchán y Ramón Tépox tienen una historia en común. Fueron importantes operadores del sindicato durante el periodo de Gustavo Espinosa Vázquez. Es decir, estaban del lado de la parte oficial. Por eso, cuando aparecieron del lado de la disidencia extrañó a propios y extraños.
Cuando estaba a punto de concluir el mandato de Gustavo Espinosa como secretario general del SNTE 51, les ofreció algunos beneficios a estas tres personas, por los servicios prestados a lo largo de cuatro años. Pero ya no daba tiempo darles los asensos que habían solicitado. Las promesas fueron dejadas como pendientes para el nuevo dirigente, Cirilo Salas Hernández, quien tomó posesión a principios de este año.
Salas Hernández nunca les cumplió a los tres operadores y ahora éstos, han sido los principales promotores de que sea destituido el actual secretario general del SNTE 51 como una condición para que se destrabe el conflicto magisterial.
Se alarga el conflicto
De acuerdo a lo que algunos dirigentes del SNTE han calculado que el conflicto magisterial todavía se podría extender entre dos y tres semanas.
El sindicato de maestros le está apostando al desgaste y sobre todo, a la presión que ha ejercido en contra del gobierno del estado para que éste coadyuve a echar a los brigadistas provenientes de Michoacán, Guerrero y Morelos –pertenecientes a la Coordinadora de Trabajadores de la Educación–, que desde hace varios meses han orquestado las movilizaciones contra el SNTE, principalmente en las regiones de Teziutlán y de Huauchinango.
Sin embargo, esa estrategia no parece estarle dando buenos resultados al sindicato de Elba Esther Gordillo. Una muestra es lo acontecido ayer en Tetela de Ocampo, en donde los encargados del SNTE de explicar las supuestas bondades de la Alianza por la Calidad de la Educación fueron echados como si fueran malandrines.
