Unos 2 mil profesores resguardan el edificio sede de la sección 51 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, mismo que tomaron desde el martes por la noche. Los mentores están preparados para repeler cualquier intento de recuperación del inmueble por parte de grupos de golpeadores, y han advertido que no se irán hasta que caiga Elba Esther Gordillo. Al cierre de la edición de La Jornada de Oriente todavía no se entablaba un diálogo oficial entre el movimiento inconforme y la dirigencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
Los maestros agrupados por regiones mantienen guardias alrededor del edificio, pues existe la versión de que el SNTE tiene preparados a grupos de golpeadores que intentarán recuperar los edificios de las secciones 51 y 23 de la organización gremial en el estado. En el caso de la sección 23, está resguardada desde la semana pasada.
El día de ayer por la mañana, 10 profesores afines al líder de la sección 51, Cirilo Salas Hernández, fueron echados del edificio, después de que éstos se mantuvieron escondidos en la oficina de la secretaría general luego de que los docentes tomaron dichas instalaciones.
Cirilo Salas Hernández y Julio Peralta Esteban, secretario general de la sección 51 y representante del Comité Ejecutivo Nacional de Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, respectivamente, exigieron al gobierno del estado que solucione el conflicto y que mande a la fuerza pública a desalojar los edificios, pues indicaron que ya es un problema de gobernabilidad, ya que se están involucrados grupos radicales de Michoacán, Oaxaca y Morelos y que éstos se encuentran armados.
Los disidentes dijeron que no tienen armas y rechazaron que la gente que está a cargo del conflicto magisterial sea de otros estados. Afirmaron que este movimiento es resultado de que los profesores ya están cansados de la corrupción que priva dentro del sindicato.
Ocho horas después de que tomaron el edificio, los maestros se percataron de que en la oficina de la Secretaría General todavía había escondida una persona cercana a Cirilo Salas.
Tocaron la puerta y le pidieron salir; se comprometieron a sacarlo de las instalaciones pacíficamente, pero éste no accedió.
Una maestra tomó un video, y en él se muestra que la persona que permanecía en dicha oficina se trataba del particular del secretario general de la organización sindical, Luis Alberto Alemán.
Sin embargo, a las 9 de la mañana, Salas Hernández ofreció una rueda de prensa y denunció que los docentes tenían secuestradas a 10 personas que trabajan con él, cuyo nombres son los siguientes: Luis Alberto Alemán Vázquez, César Rodríguez Pérez, Agustín Méndez Zafra, Isai Bastian Martínez, Víctor Hugo Zafra, Isai Bastian Martínez, Víctor Hugo Valencia López, Marco Antonio Reyes Alexander, Carlos Velarde Solís, Víctor Hugo Méndez Castillo, Juan Pablo Pulido Flores y Jorge Isaac Silva Bermúdez.
El líder de la sección 51 del sindicato nacional manifestó que los tenían “atrincherados” y que no los habían dejado salir, al contrario, que les habían gritado y pateado la puerta.
Informó que ya se había procedido legalmente, ya que Félix Castillo Sánchez y Elcega Martínez Farías, fiscal mayor y directora del Fondo de Ahorro del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, respectivamente, presentaron una denuncia ante el Ministerio Público en la agencia sur de la capital poblana.
En dicha querella, cuya averiguación previa es la 10548/08/Sur, señalaron a Artemio Cruz Hurtado y Sergio Espinal García, secretario general de la sección 18 y presidente del Comité Ejecutivo Nacional Democrático (CEND), respectivamente, como los presuntos responsables del movimiento magisterial poblano, y responsabilizaron a los maestros Ramón Tépox Tenorio, Braulio Carpinteyro, Juan Durán Martínez, Mariano Rolón, Miguel Guerra y Heriberto Bauchán como los responsables de los delitos de daños de propiedad ajena, despojo y privación ilegal de la libertad.
Los maestros rechazaron tajantemente esa versión, y comprobaron con videos que sólo había una persona que estaba en la oficina.
No obstante, Alemán Vázquez explicó, durante una entrevista que dio a este diario desde la ventana de la oficina del líder sindical, que él junto con otras 10 personas se encontraba en el edificio desde el martes pasado, y que si se escondieron y no abandonaron el lugar fue porque temían ser violentados.
Manifestó que durante la madrugada los maestros patearon la puerta y les gritaron palabras obscenas.
A las 10 de la mañana se acordó que una comisión de jubilados entraría al edificio para sacar a los trabajadores de Cirilo Salas, pero ésta nunca llegó.
Cerca de las 14:30 horas un cerrajero contratado por los docentes arribó a las instalaciones de la sección 23 y abrió la puerta donde estaban las 10 personas.
El director de Seguridad Pública en la entidad, José Luis Sobreira Hernández, fue llamado por los disidentes para que estuviera presente cuando las 10 personas fueran echadas del edificio para constatar que no se utilizaría la violencia.
Cuando las 10 personas fueron sacadas del edificio, los docentes que tenían resguardado el edificio celebraron su salida mediante consignas que decían: “Sí se pudo, sí se pudo”; “maestros unidos jamás serán vencidos”.
Luego de la salida de la gente cercana a Cirilo Salas se pudo constatar que la oficina en la que se mantenían escondidas dichas personas tenía una puerta que conectaba al jardín del edificio, por allí se presume que las otras nueve personas entraron para acompañar a Alemán Vázquez.
En el lugar en donde se resguardaban se encontraron varias cajas de galletas, pan, sopas instantáneas, café, una botella de tequila, vasos, platos y tenedores desechables.
