Más de 2 mil profesores de 19 regiones del estado tomaron alrededor de las 22 horas las instalaciones de la sección 51 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Los mentores dijeron que con esta acción recuperan el patrimonio que es propiedad de todo el magisterio y continúan con la lucha, que tiene por objetivo final destituir a Elba Esther Gordillo Morales como presidente del SNTE, junto con el dirigente local de esta agrupación, Cirilo Salas Hernández.
Los profesores que participaron en la toma se empezaron a agrupar en torno al edificio poco antes de las 20 horas, y luego de dos horas de discutir si era pertinente apoderarse de la sede sindical, decidieron cortar con seguetas los candados y cadenas que tenían cerradas las puertas.
Adentro del edificio había unas 30 personas afines al secretario general del SNTE 51, Cirilo Salas Hernández, quienes poco antes de que fueran destruidos los candados de la entrada principal huyeron por una ventana. Antes de retirarse, regaron aceite comestible en las escaleras y pusieron vallas formadas con sillas y escritorios en torno a la oficina del líder de la organización.
Profesores que participaron en la invasión del inmueble dijeron que al parecer las personas que resguardaban el edificio estaban armadas, pero al percatarse que eran superadas en número por los profesores que entraron a la sede sindical optaron por no resistirse al desalojo.
Al cierre de la edición de La Jornada de Oriente había una tensa calma, ya que llegó un grupo de personas que decían ser de la sección 23 del SNTE y portaban palos. Se rumoraba que era un grupo de golpeadores que estaban esperando el momento oportuno para intentar recuperar el inmueble.
Con esta acción, ya están tomados los edificios de las dos secciones locales del sindicato. Las oficinas del SNTE 23 están en poder de la disidencia desde el jueves de la semana pasada, día en que más de 30 mil mentores marcharon por las calles de la ciudad en demanda de que se destituya a Gordillo.
La rebelión contra Gordillo Morales se gestó desde septiembre, pero se intensificó en las últimas tres semanas. Hasta ahora la dirigencia de las secciones 23 y 51 del SNTE, junto con Sanjuana Cerda, quien fue enviada por la dirección nacional del sindicato, no ha podido entablar una negociación con la disidencia, pese a que se han ofrecido plazas y dinero a las cabezas del movimiento.
Los líderes del SNTE 23 y 51 insisten que el PRI y el PRD están organizando, además de financiar, al movimiento rebelde, del que, dicen, está recibiendo apoyo directo desde Michoacán y Morelos.
