Los maestros poblanos que ayer fueron a la ciudad de México a participar en la marcha nacional contra la Alianza para la Calidad Educativa y el cacicazgo de Elba Esther Gordillo se caracterizaron por tres aspectos, por haber sido quienes derribaron algunas vayas frente a las secretarías de Gobernación y Educación Pública, por que fueron quienes más nutrieron al contingente disidente y contaron con la mejor organización para llegar al Distrito Federal.
Algunas fuentes del PRI y el SNTE dijeron a este columnista que eso fue posible al financiamiento con que contaron los maestros para poderse desplazar a la ciudad de México desde Huauchinango, Izúcar de Matamoros y Teziutlán.
Y se cree que los autobuses los habría puesto el senador panista Rafael Moreno Valle Rosas por medio de algunos operadores que tiene entre las filas disidentes del magisterio, quienes obviamente no revelaron de dónde salieron los apoyos para contratar el transporte. Sobre todo porque la mayoría de los docentes repudian al PAN.
Esos operadores de Moreno Valle lo que han hecho es dejar correr la versión de que los autobuses los proporcionó el PRI.
¿Cuál es la intención de esa estrategia? Pues dicen que al equipo de Moreno Valle le conviene que se siga tensando la relación entre el gobierno del estado y el SNTE.
Ayudar a los maestros a trasladarse a la marcha de la ciudad de México, bajo la idea de que el apoyo provino del PRI, es un pretexto para que el SNTE nuevamente busque reclamarle el gobierno del estado su supuesta intromisión en el conflicto magisterial.
Se buscaría que surja un nuevo enfrentamiento como el ocurrido hace un par de semanas cuando el secretario general de ese sindicato, Rafael Ochoa, se traslado a la capital del estado para protestar ante el jefe del Poder Ejecutivo, al sostener que el tricolor estuvo atrás de la protesta que cientos de docentes realizaron contra Elba Esther Gordillo en las calles de la Angelópolis.
Dicen que Moreno Valle está siguiendo esa estrategia para evitar que los líderes locales del SNTE vayan a hacer alianzas electorales con el PRI o el gobierno del estado.
El miedo de que el SNTE acabe siendo controlado por el gobierno del estado no se da tanto con la sección 23 del sindicato, pues el secretario de esa agrupación, Eric Lara, ha demostrado ser un hombre leal a la organización.
El temor es con el SNTE 51, pues para nadie es desconocido que el actual secretario general, Cirilo Salas, es un títere de su antecesor, Gustavo Espinosa.
Y para nadie es un secreto que el diputado local y ex secretario general del SNTE 51, Gustavo Espinosa, se vende al mejor postor.
Desde esta perspectiva, no resulta descabellada la versión de que Moreno Valle estuvo atrás de las protestas de este miércoles. ¿O no?
Afloran más negocios de
funcionarios públicos de Tehuacán
A mucha gente de Tehuacán cuando se le pregunta por Félix Alejo Domínguez, el edil de ciudad, responden que el acalde se volvió un político de piel delgada, que no soporta la críticas, pero sobre todo se volvió sordo y ciego frente a los abusos que cometen algunos de sus funcionarios –como los directores de Gobernación y de Cultura– o los negocios de colaboradores, como el regidor de Servicios Municipales y el encargado del Sistema Operador de Agua Potable.
En este espacio, el miércoles, se comentó que el alcalde de Tehuacán –quien salió de las filas del SNTE y el PRI– solapa los abusos de dos funcionarios de su administración, del tesorero Fernando Barrios y Alejandro Flores, el director de Recursos Humanos, quienes manejan a su antojo el erario, mantienen una política de terror laboral y obligan a los trabajadores a comer en el restaurante de comida japonesa que es propiedad del segundo de ellos. Sin embargo, las cosas no terminan ahí.
Se dice que el regidor de Servicios Municipales, Alberto Ruiz Pérez, es propietario de un taller mecánico, y curiosamente ahí es a donde llevan a reparar a la mayoría de las unidades del parque vehicular del ayuntamiento de Tehuacán.
Y para que esos automotores puedan funcionar, los cargan de combustible en una estación de gasolina de la cual, al parecer, es co–propietario el director del Organismo del Servicios de Agua Potable y Alcantarillado, el empresario Luis Cobos, quien tiene fama de mal hablado y de dar un trato despótico a sus subalternos.
Félix Alejo no solamente se muestra indiferente frente a los negocios que con la administración pública municipal hacen algunos de sus colaboradores. Sino que también se comporta omiso ante los escándalos de algunos colaboradores.
Tal es el caso del director de Cultura, Rafael Andrade, quien ha protagonizado el mayor escándalo de la actual gestión, ya que fue encarcelado por una semana luego de que la empresa 5 Radio lo acusó penalmente por el presunto delito de robo que esta persona habría cometido cuando fue gerente de esa compañía en Tehuacán. Se sabe, que el funcionario se tiene que presentar a firmar ante un juzgado como resultado de esa querella.
Otro servidor público con problemas, es Jaime Moreno, el director de Gobernación, quien fue acusado de fraude por unos campesinos de Ajalpan.
Cuando algunas voces de Tehuacán demandaron que ambos personajes fueran removidos de sus puestos, el alcalde respondió que no lo podía hacer, ya que eran problemas del ámbito privado.
La respuesta del edil muestra que Alejo Domínguez no sabe qué es la ética. Aunque efectivamente los problemas que esos funcionarios enfrentan son del ámbito privado, son hechos que los exponen como personas en que no se puede confiar y que por tanto, no deberían ser parte de la administración pública por lo menos hasta que sean declarados inocentes en las querellas judiciales que enfrentan.
Rafael Andrade no solamente ha cobrado notoriedad por sus problemas legales, sino porque pareciera que el puesto lo usa para el lucimiento de su familia.
No hace mucho la dirección que preside mandó a un acto cultural realizado en Veracruz a un grupo artístico, del que se dijo, era el más representativo de Tehuacán. Resultó que era un conjunto de músico que toca la marimba y es encabezado por el padre de Rafael Andrade.
