Búsquedas en el diario

Proporcionado por
       
 
Miércoles, 10 de septiembre de 2008
La Jornada de Oriente Puebla Suplementos
 
 
ECONOMÍA A RETAZOS
 

El revolucionario, poeta y sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal fue condenado el pasado 22 de agosto al pago de una multa de mil 25 dólares por el delito de injurias y calumnias en perjuicio de un ciudadano alemán, revocándose, así, la sentencia absolutoria que otro juez dictó hace varios años. Hoy, resurge la amenaza de cárcel para el poeta.

Por la gravedad de esta situación, presentamos el artículo “Defensa y acusación”, del propio Cardenal y una misiva en la que el escritor uruguayo Eduardo Galeano se solidariza con el poeta. Solidaridad a la que nos sumamos plenamente. (Jaime Ornelas)

 
 

Defensa y acusación

Ernesto Cardenal

Acabo de recibir una condena del Juez David Rojas por el delito de injurias hechas al ciudadano alemán Inmanuel Zerger, la cual me niego a acatar por ser notoriamente injusta e ilegal.

En primer lugar ese supuesto delito había prescrito desde hace varios años.

En segundo lugar es una sentencia política sin ninguna base jurídica, que es simplemente de una venganza de Daniel Ortega por la acogida que tuve en Paraguay durante la toma de posesión del presidente Lugo, mientras a él se le impidió llegar.

Esa sentencia es de un juez danielista, que en tiempo de la revolución fue miembro de la seguridad del estado y es el mismo que posteriormente absolvió a Bayron Jerez. Y el abogado que ha respaldado al alemán Zerger es precisamente el mismo abogado de Daniel Ortega, José Ramón Rojas Méndez.

Además yo ya había sido declarado inocente en el año 2005, en una sentencia dictada por un juez del mismo sistema danielista, porque no existía en todo el expediente ni una sola evidencia que confirmara que había cometido el delito.

Es bien conocida la persecución que desde hace varios años me ha estado haciendo el alemán Zerger y su esposa Nubia Arcia acusándome por todos los medios de todo tipo de mentiras, insultos y calumnias, en la intención de apropiarse de un hotel propiedad de la Asociación para el Desarrollo de Solentiname. Por ese motivo tuve que escribir una carta pública defendiéndome y señalando acciones ilícitas e ilegales que estas personas habían cometido.

Si me quieren echar preso –y en este sistema que hay ahora en el país de Nicaragua todo es posible– estoy listo para ir a la cárcel.

 
 

Ernesto Cardenal es uno de los más extraordinarios hombres que el sol calienta

 

El padre Cardenal había sido acusado en 2005 por injurias a raíz de una carta que publicó en defensa propia, y recibió una sentencia absolviéndolo de estos cargos y declarándolo inocente, tan absurda era la acusación. 

Ahora, un juez obediente a Ortega ha revocado esa sentencia declarándolo culpable. Esta acción es totalmente ilegal. La legislación nicaragüense considera que una sentencia sólo puede ser apelada en los seis meses siguientes, de lo contrario se considera cosa juzgada, y no puede cambiarse. Pero el sistema judicial responde a la voluntad política de Daniel Ortega.

Todo aparece como una clara represalia por la permanente actitud crítica del padre Cardenal contra los abusos del gobierno de Ortega. Casualmente, esta sentencia fue dictada a su regreso de la toma de posesión del Presidente Lugo en Paraguay, a la que fue invitado de honor y a la que Daniel Ortega se vio impedido de asistir por el rechazo de las organizaciones feministas a su presencia, dada la acusación de abuso sexual que le hiciera su hijastra, Zoilamérica Narváez. En Paraguay, como en otros lugares, Cardenal dijo lo que piensa de Ortega.

La integridad de Ernesto Cardenal y sus credenciales como persona que ha dedicado su vida a la causa de la justicia, confieren enorme autoridad a sus críticas, tanto dentro como fuera de Nicaragua.  Esto resulta intolerable para Daniel Ortega y es la razón por la cual Ernesto Cardenal ha sido condenado en un fallo judicial injusto y vengativo, y por tanto escandaloso.

Ernesto Cardenal es la más reciente víctima del acoso sistemático orquestado en contra de todos aquellos que han levantado sus voces para denunciar la falta de transparencia, el estilo autoritario y el comportamiento inescrupuloso y la falta de ética de Daniel Ortega en su retorno al poder.

Llamamos a los escritores y amigos de Nicaragua en el mundo a denunciar esta persecución política, a demandar el cese de estas acusaciones ilegales e infundadas y a expresar su solidaridad con Ernesto Cardenal y con el derecho del pueblo nicaragüense a vivir libre de miedo y represión.

La primera precaución consistirá en no confundir nunca la ley con la justicia. A Ernesto Cardenal no le ha servido a ley porque la administra una justicia que se dejó corromper por los rencores y las envidias del poder. Ernesto Cardenal, uno de los más extraordinarios hombres que el sol calienta, ha sido victima de la mala conciencia de un Daniel Ortega indigno de su propio pasado, incapaz ahora de reconocer la grandeza de alguien a quien hasta un papa, en vano, intentó humillar. A Daniel Ortega le pido que se mire en un espejo y me diga qué es lo que encontrará en él. Si le da vergüenza, al menos que tenga la valentía de pedir perdón. Si no lo pide, si no levanta la voz para clamar, él mismo, contra la condena de Ernesto Cardenal, sabremos que sus méritos humanos y políticos han caído a cero. Una vez más una revolución ha sido traicionada desde dentro.

Toda mi solidaridad para Ernesto Cardenal, gran poeta, espléndida persona, hermano mío del alma, contra esta infame condena de un juez infame al servicio de un infame gobierno. Estas infamias te elogian, Ernesto. Te abraza, desde lejos, desde cerca Eduardo Galeano.

 
 

Una lección de moral

 

“El pueblo debe defenderse pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.

“Trabajadores de mi patria, tengo fe en Chile y su destino. Superaran otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas  por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

“¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!

“Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que  castigará la felonía, la cobardía y la traición.”

Salvador Allende, últimas palabras desde La Moneda, 11 de septiembre de 1973.

 
 

¿Quién se lleva las ganancias de las olimpiadas?

 

Los juegos olímpicos no sólo son un escaparate y despliegue de ostentación tecnológica y arquitectónica que gana fama para las ciudades sedes, son también un enorme gasto para las autoridades –que termina en deuda casi eterna– y jugosa fuente de ganancias para algunos ¿el Comité Olímpico?

Los juegos celebrados en 2004 en Atenas, Grecia, dejaron para la ciudad una deuda que, actualmente, asciende a 12 mil millones de dólares.

Las autoridades de la ciudad de Sidney, Australia, donde se celebraron la Olimpiadas de 2000, paga anualmente 32 millones de dólares para liquidar un adeudo olímpico que nadie sabe a cuánto asciende en la actualidad.

Al gobierno de Montreal, Canadá, le tomó 30 años pagar los gastos de los juegos olímpicos del año 1976.

“Se calcula que para celebrar las próximas Olimpiadas el gobierno de la ciudad de Londres, Inglaterra, tendrá que erogar la suma de 18 mil 300 millones de dólares.

Ningún ejemplo mejor que el de los Juegos Olímpicos para mostrar como se socializan los costos y las deudas y se privatizan las ganancias.

Elaborado con información de la revista Life & Style, septiembre de 2008, p. 35.

 
 
 
Copyright 19992008 Sierra Nevada Comunicaciones All rights reserved
Bajo licencia de Demos Desarrollo de Medios SA de CV