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Jueves, 17 de abril de 2008
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ESTÉTICA YSALUD
 

El dolor de espalda

 

El dolor lumbar o de la espalda baja es un dolor derivado de la columna vertebral y de sus estructuras adyacentes. La clave para tratar el dolor es un poco de mantenimiento todos los días, incluso si no le duele. El tratamiento y la terapia son importantes..
Rafael H. Pagán Santini

 

La naturaleza nos ha dotado de sensores que permiten señalar la presencia de un peligro para nuestro cuerpo. Las sensaciones a las que les damos el nombre de dolor –pinchazos, quemazón, picadura y dolor sordo– son las modalidades sensitivas más características de todas. La salud de nuestras articulaciones dependerá grandemente de poder contar con este sistema de alarma. El dolor es una sub–modalidad de las sensaciones corporales, como las del tacto, la presión y la posición, y tiene una importante función protectora, ya que nos avisa de una lesión que debe ser aliviada o tratada.

El dolor lumbar o de la espalda baja es un dolor derivado de la columna vertebral y de sus estructuras adyacentes. Puede tener un carácter local o ser referido, esto es que se irradia hacia otras zonas de la espalda. El dolor de origen vertebral es causado por cualquier proceso que ocurra en tejidos provistos de terminaciones nerviosas en esa zona; es constante, sordo, por lo general se agrava con la actividad física y en cierta medida se alivia con el reposo.

Los datos disponibles sobre el dolor lumbar sugieren que la combinación del cuidado médico con la terapia física o con manipulación quiropráctica de la columna vertebral puede ser moderadamente más efectiva en reducir el dolor y la propia tasa de incapacidad que cuando se utiliza un tratamiento único. La diferencia puede ser el reflejo de la confianza de la persona afectada en el tratamiento prescrito.

Este dolor se puede derivar de lesiones que comprometen la estructura ósea de la columna vertebral, por cambios en las articulaciones o, más comúnmente, por cambios que ocurren en los tejidos blandos –discos, ligamentos o en los músculos–. La inflamación de los músculos del tejido que los cubre se presenta con espasmo muscular y puede ser de carácter crónico, agudizarse por movimientos inapropiados y se confina a la región lumbar. En general, este tipo de dolor es producido por traumas menores como, por ejemplo, el que se produce al levantar un objeto pesado estando en una posición mecánicamente desfavorable o el producido por una caída o por un movimiento brusco.  

La artrosis puede ser otra de las causas del dolor lumbar. Ésta condición también se conoce como enfermedad articular o artropatía degenerativa. La artrosis se desarrolla cuando se desgasta el cartílago que desempeña la función de almohadilla entre dos huesos, por lo que se inicia una fricción entre ambos en la articulación (área donde se reúnen dos huesos). Con frecuencia, esto origina dolor, inflamación, disminución del movimiento de la articulación, rigidez o formación de espolones óseos (pequeñas proliferaciones de nuevos huesos). A pesar de que la artrosis puede manifestarse en casi cualquier articulación, suele ser más frecuente en la rodilla y en las articulaciones vertebrales.

La artrosis comienza cuando el cartílago articular empieza a desgastarse. Esto disminuye la capacidad de la articulación para actuar como amortiguador de golpes de cara a reducir el impacto de las presiones ejercidas sobre aquéllas. El cartílago residual se desgasta más de prisa y, por último, en algunos puede desaparecer, por lo que los huesos se erosionan entre sí. Es en este estadio cuando se forman los espolones.

La clave para tratar el dolor de espalda empieza con la decisión de tomar un papel informado y activo para mantener la salud de uno mismo. Su espalda necesita un poco de mantenimiento todos los días, incluso si no le duele. El tratamiento y la terapia son importantes, pero es lo que usted pueda hacerse a usted mismo cuando no está siguiendo un tratamiento lo que resulta más importante para ayudarle a vivir una vida libre de un dolor recurrente de espalda.

Comience con un diagnóstico adecuado por parte de su quiropráctico o de su médico, esté claro en cuál es su condición. Aprenda todo lo que pueda sobre su problema y siga las recomendaciones apropiadas. Hasta el momento ninguna terapia ha demostrado curar definitivamente la artrosis. Los tratamientos recomendados se centran en aliviar el dolor y la rigidez así como el mantenimiento o el mejoramiento del movimiento. Las terapias no–farmacológicas varían desde la educación a la persona, el apoyo social incluyendo la terapia ocupacional y física, aeróbicos, ejercicios de resistencia y pérdida de peso. La terapia física debe estar diseñada para cubrir diferentes tipos de movimientos y el fortalecimiento de los músculos.

Actualmente se sabe que la acupuntura es uno de los tratamientos que más alivian el dolor. La acupuntura envuelve típicamente la estimulación definida de puntos en la piel al insertar finas agujas de metal. Dependiendo del tipo de acupuntura la estimulación de las agujas pueden ser aumentada con impulsos eléctricos, con calor, rayos láser o presión. No existe una única escuela de acupuntura.

La estimulación transcutánea intensa de “puntos gatillos” o “puntos de acupuntura” alivia el dolor en lugares distantes. Se afirma que al estimular intensamente los receptores dolorosos de la piel en un área dolorosa, la zona de la medula espinal encargada de enviar la información al encéfalo actúa como una puerta que cierra impidiendo que la información de dolor ascienda al encéfalo aliviando así el dolor.  Otra forma en que actúa es a través de la estimulación de la liberación de sustancias que producen analgesia, encefalinas: endorfinas, monoaminas y cortisol.

 

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Se realizó en el zócalo la “jornada de sanación” con medicina alternativa

 

(Yadira Llaven)

 

Una veintena de médicos, miembros del Consejo de Curanderos Urbanos y de la Fraternidad Indoamericana de Medicina Tradicional y Alternativa (FIMTA), invadió el zócalo de la ciudad de Puebla el pasado martes 15 de abril para ofrecer “al pueblo, al trabajador poblano, a los que menos tienen”, sesiones gratuitas de medicina complementaria.

En el transcurso del día, casi un millar de personas acudieron a la plaza central de la Angelópolis para recibir los beneficios de la medicina tradicional, alternativa o complementaria. Entre ellos, estaba doña Lupita Ramos, quien asistió desde temprana hora, “antes de que llegaran los curanderos”, en espera del iridologo, médico que se especializa en leer el iris del ojo, y con ello prevenir enfermedades. 

Junto a doña Lupita, también estuvo don Simón Rodríguez, quien debido a su trabajo de cargador en la Central de Abasto, “tengo un problema en la columna, que no me deja dormir, pero tampoco tengo –dinero– para ir con un médico”.

Fue hasta las 12 del mediodía cuando los curanderos, provenientes de la ciudad de México, arribaron al zócalo, cuando ya eran esperados por medio centenar de poblanos. Talvez la fila más larga, en expectativa, era la que esperaba a las ahumadoras o limpiadoras de mal de ojo, envidias, energías negativas, y otros males.

Cabe explicar que el curandero es un término muy utilizado en América Latina. Es la figura moderna del chamán o del hierbero. Generalmente el curandero utiliza hierbas y pócimas, siendo su trabajo muy diferente del sanador, pues este último, se considera solamente preparado para sanar el cuerpo físico y no al espíritu.

Pero, ese día, también hubo tratamiento para todo: masajes, ventosas, magnetos, auriculoterapia (acupuntura en orejas), reflexología (pies y manos), manteado, flores de bach, toma de presión arterial con métodos tradicionales, orientación natural, masaje miopráctico, curación con microdosis, herbolaria, naturismo, cromoterapia, shiatsu, y ajuste de columna y huesos zafados, por citar algunos.

Doña Inés, una de las dos ahumadoras asistentes, explicó que la medicina tradicional tiene sus raíces en profundos conocimientos sobre la salud y la enfermedad, que los diferentes pueblos indígenas y rurales de nuestro país han acumulado a través de su historia, fundamentados en una interpretación del mundo (cosmovisión), de la salud y la enfermedad, que ha incorporado elementos, como la medicina antigua española, la medicina africana y, en menor medida, por la interacción de la propia medicina occidental.

Se les llama curanderos, médicos tradicionales ó terapeutas tradicionales, dijo, a las personas que ofrecen algún servicio para prevenir las enfermedades, curar o mantener la salud individual, colectiva y comunitaria, contextualizando su práctica y conocimiento en la cosmovisión del sistema indígena tradicional.

“En muchas comunidades indígenas, reciben en lengua un nombre con un significado específico que va más allá de curandero, y que les confiere un vínculo comunitario y un respeto por parte de toda la población”.

Y sus expresiones más profundas comprenden al universo como una totalidad interconectada, al cuerpo humano, que incluye a la mente así como al espíritu, que también está vinculada estrechamente a ese universo.

 

Los masajes y la iridología,

los más demandados

 

Una de las propuestas que mayor aceptación tuvo fue el shiatsu, y de la misma forma la iridología, ramas de la medicina alternativa, que tiene que ver, más bien, con la prevención y curación de enfermedades que no diagnostica la medicina convencional occidental, ni la medicina tradicional indígena del país.

A decir de la experta, Andrea Márquez Manzano, la iridología es ante todo un método de diagnostico que consiste en leer el iris (la parte de la membrana vascular del globo ocular que da al ojo su color), y los signos de ciertos trastornos o enfermedades del organismo.

Los diferentes signos iridianos (anomalías cromáticas, manchas, cavidades y también relieves) no son las consecuencias de ciertas enfermedades, sino que las precede, es decir, están presentes en el momento del nacimiento y persisten hasta la muerte. “Se puede asimilar estos signos a las huellas genéticas de los puntos débiles del organismo, y a predisposiciones a ciertas enfermedades”, expuso Andrea Márquez Manzano.

“Con la iridología se puede descubrir los problemas en algunos órganos, antes de que la persona lo padezca, pues ciertos signos iridianos se manifiestan antes que la enfermedad”. Además, agregó, permite reconocer y diferenciar los signos presentes en cada iris.

Topográficamente el iris está dividido en 12 sectores radiales (como la esfera de un reloj) y en seis anillos concéntricos, y el lugar que ocupa cada órgano varia según las diferentes escuelas.

Al término de las sesiones, casi a las 6 de la tarde, los médicos recomendaron que cuando se acuda con un especialista de medicina alternativa, “debe asegurarse que está debidamente acreditado ante la Secretaría de Salud”.

 
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