Los representantes del comité organizador del acto en el zócalo de la ciudad, Julio Glockner, Catalina Pérez Osorio, Armando Domínguez y Francisco Vélez, reiteraron que tramitaron las notificaciones y también las autorizaciones ante las autoridades correspondientes para que la presentación del libro se lleve a cabo sin contratiempos.
En una rueda de prensa que el comité ofreció ayer en la librería Profética –que será la sede de una conferencia previa a la presentación el sábado entrante– dijeron estar enterados de los rumores acerca de que el gobierno estatal y el ayuntamiento de Puebla han presionado a sus empleados para que no asistan al acto público.
Dejaron en claro que tanto el comité como las periodistas están haciendo uso de los derechos que les reconoce la Constitución y que su único interés es que la sociedad poblana conozca el contenido de Memorias de una Infamia.
Aunque la rueda de prensa de este jueves tuvo como propósito fundamental explicarle a los periodistas que asistirán a la rueda de prensa de Cacho y posteriormente a la presentación en la plaza de armas, la logística de ambos actos, no acudieron más de cinco reporteros y fotoperiodistas y al menos una docena de trabajadores de los servicios de información del gobierno.
Según los correos electrónicos que han circulado invitando a la presentación Memorias de una infamia, “nos cuenta la conspiración entre Nacif y Marín, quienes como todos sabemos, se unieron para acorralar a Lydia, quien sólo denunció la pederastia. Este libro desnuda una vez más, la corrupción, las complicidades, toda esa porquería que está ligada al poder político y el poder económico mexicano.
“Memorias de una infamia es una manera más de enterarse de esa cada vez más podrida realidad mexicana”.