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Viernes, 28 de marzo de 2008
La Jornada de Oriente - Puebla - Estado
 
 

Existe corrupción en altos mandos del ayuntamiento de Atlixco: Pineda Ramírez

En entrevista exclusiva con La Jornada de Oriente, Jorge Rogelio Pineda, ex coordinador de directores del ayuntamiento, acusó a dos funcionarios de la Comuna de cometer actos de corrupción y fomentar una trama para persuadir al alcalde de despedirlo. El médico de profesión fue cesado tras un incidente público en una taberna de la zona de tolerancia. 

 
(Miguel Ángel Domínguez Ríos)
Atlixco, Pue.

Pineda Ramírez es un personaje polémico para la política local, acusado por sus enemigos de prácticas poco transparentes en su mandato al frente del hospital municipal y en la delegación de seguridad vial del estado; el ex colaborador de Ramón Peña Melche en el Plan Operativo Popocatépetl fue uno de los primeros en subirse a la campaña de quien hasta ese día era su jefe, esto luego de fracasar en su intento de fundar una nueva organización fuera del PRI.

Visiblemente consternado y dolido por no permitirle (hasta ahora) exponer en la prensa su relato, y por el trato de algunos compañeros periodistas que hasta “terminaron burlándose y escribiendo cosas nada ciertas en contra mía a cambio de algunos pesos”, Pineda Ramírez contestó la llamada de este reportero la tarde del miércoles.

“Cuando el señor alcalde logró enterarse que estaba lesionado, le interesó más la imagen que mi estado de salud. Y eso no me gustó. La decisión de despedirme la tomaron bajo esas condiciones. Está bien. Simplemente por cómo ocurrieron los incidentes merecía salir del gobierno, pero no con el escarnio en contra mía que ya perjudicó a la familia”, añadió. 

Durante la conversación salió la relucir un nombre: Román Sánchez, uno de los asesores del alcalde. “Desconozco cuál es la tarea actual de ese personaje dentro del ayuntamiento. Intentó fungir como coordinador de campaña de Eleazar Pérez, pero nunca hizo nada. Tengo entendido que es el responsable de convencer al edil de que éste era el momento de dar un castigo ejemplar para alinear a todos. Un gobierno no puede vivir de ese tipo de presiones”.

–¿Sientes que se trata de una trampa de alguien del ayuntamiento?

–Indudablemente es una revancha. Todo esto es en razón y en proporción a los hechos en el Tigre de Santa Julia (uno de los antros más concurridos de Atlixco).

–¿Qué pasó ahí?

­–Acompañaba al inspector Mateo Flores todos los fines de semana, no a supervisar los antros y si a verificar la labor de los fiscalizadores a quienes indicamos oportunamente que no permitan la entrada de menores de edad; así transcurrieron las cosas desde el inicio de trienio. Incluso convocamos a dos reuniones con los dueños de esos sitios con el fin de invitarlos a no vender bebidas embriagantes a los chicos, tal como sucedía en la pasada administración.

Específicamente el sábado de gloria, señaló, en el Tigre de Santa Julia comenzó el problema por sobrecupo. “Ya había adentro 300 personas más de las permitidas para el local, pero el señor secretario particular del alcalde, de nombre Israel Flores, que ahí permanecía, y con varias copas encima, dijo a los dueños que autorizaran la entrada de todos sin medir el riesgo”.

Ya en la oficina del gerente del antro, apuntó, acordaron que subirían al escenario a mujeres para mostrar los senos con las playeras mojadas. “Entonces la advertencia a los inspectores fue no tolerarlo. Esa es la segunda causa del enojo de ciertos personas”.

La tercera, sostuvo, es que el comandante de la Policía Municipal, Alejandro González Rodríguez, autorizó el cierre de ese lugar hasta las 5 de la mañana por un motivo: “Estaba de igual manera tomando el sábado de gloria. Creo que mi actitud de impedir ese tipo de acciones con el reglamento en la mano, de forma conjunta con el inspector general, provocó la ira de ellos. Incluso el comandante puso de por medio que el responsable de permitir hasta altas horas de la madrugada el servicio de ese espacio de diversión era el mismísimo Eleazar Pérez Sánchez. Y eso no es posible”.

Así entonces, dedujo, por ahí vienen los golpes que culminaron con su despido repentino e irrevocable como coordinador de directores. “Por eso los hechos del domingo en la noche o el lunes en la madrugada (23 o 24 de marzo) aparecieron como el pretexto ideal de la venganza”.

–¿Sales dolido y decepcionado por el trato? –se le cuestionó.

–Me voy dolido por las formas y no por la chamba. Estoy acostumbrado a trabajar con mucha gente que al final pagó muy mal. Duele como no tienen idea el escarnio a mi persona, y que ya retumbó en la familia.

–¿Ya hablaste personalmente con el alcalde Eleazar Pérez?

–No quiso recibirme. Únicamente me pidió su radio. Tampoco pretendió escuchar explicaciones, y por eso mi salida es una decisión unilateral.

Casi al punto de las lágrimas, y con la voz entrecortada, Jorge Pineda remató: “La situación hecha por Eleazar Pérez en contra mía no es válida desde ningún punto de vista”.

— ¿Acudirás a una instancia legal para impugnar tu despido?

— No le voy a dar al violón por darle al violín. No quiero nada, únicamente que me dejen en paz y que me dejen trabajar. Promocionaré mi consultorio. Pero ellos deben recordar que durante 12 años trabajé con la gente, fuera del ayuntamiento, luchando contra los panistas. Daré la cara porque no hice nada de qué avergonzarme. Sigo en Atlixco, y no me voy a ir de aquí.

Una patrulla de la policía, dijo, sigue detrás de él a todos lados. “No entiendo, quizá tienen miedo de algo, pero ¿de qué?  En éste consultorio, desde dónde tomé tu llamada, salió el proyecto de Eleazar Pérez. Pero ya olvidó que lo defendí de todo: del partido, de la oposición y hasta del gobierno del estado”.

 
 
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