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Jueves, 20 de marzo de 2008
La Jornada de Oriente - Puebla - Suplementos
 
 
ESTÉTICA Y SALUD
 

La luz solar y la piel

Antes de una exposición a la luz solar intensa y directa deberá aplicarse un filtro solar, esto es, un ungüento o crema con sustancias químicas que protejan la piel al repeler los rayos AVU y BVU. Los filtros solares se clasifican en grados según su factor de protección solar (FPS): cuanto mayor es el número de FPS, mayor es la protección.

 

Rafael H. Pagán Santini

 

Nuestro amigo el sol ha sido considerado por algunos un “dios”, y la realidad es que bioquímicamente es fuente de vida. En las plantas aporta la energía necesaria para comenzar la fotosíntesis y en el ser humano estimula la producción de vitamina D. El primer paso de la síntesis de vitamina D tiene lugar cuando la piel se expone a la luz ultravioleta (UV). La vitamina D es fundamental para el mantenimiento y fortalecimiento de los huesos, y junto con el calcio actúan en la correcta mineralización ósea.

El sol irradia energía de diferentes longitudes de onda; por ejemplo, la luz amarilla tiene una mayor longitud de onda que la luz azul. Las longitudes de onda de la radiación ultravioleta (UV) son menores que la de la luz visible y pueden dañar el tejido vivo. El ozono de las capas más altas de la atmósfera terrestre filtra las longitudes de onda más perjudiciales de los rayos UV, pero parte de esa luz UV, principalmente la incluida en las bandas de la longitud de onda A(UV) y B(UV), llegan a la tierra y pueden dañar la piel.

Debido a la inclinación con que los rayos solares atraviesan la atmósfera a las distintas horas del día en las zonas templadas, la exposición al sol resulta menos perjudicial antes de las 10 AM y después de las 4 PM. El riesgo de lesiones es mayor en las grandes altitudes, donde la atmósfera protectora es más delgada. La contaminación ambiental con clorofluorocarbonos (sustancias químicas presentes en los frigoríficos y los aerosoles) ha destruido parte de ésta capa protectora de ozono, creando una capa más delgada y que presenta algunos orificios, aumentando así la probabilidad de daño directo a la piel por estas ondas de luz UV. 

La piel es una barrera formidable y está constituida para enfrentar un ambiente hostil. La capacidad del pigmento melanina para defendernos de los efectos nocivos de la exposición excesiva a la luz UV es otra función protectora de la piel. La melanina, es una sustancia protectora natural, absorbe la energía de los rayos UV y evita que éstos penetren más profundamente en los tejidos. La melanina es la que da color a nuestra piel.

Aunque la piel es una barrera que nos protege no es una coraza invencible. Tras una prolongada exposición a la luz solar, la parte más externa de la piel (epidermis) se vuelve más gruesa y las células cutáneas productoras del pigmento melanina (melanocitos) incrementan la producción del mismo, lo cual hace que el color de la piel cambie. El daño ocasionado por la luz UV en las capas más profundas de la piel (dermis) produce arrugas y una coloración amarillenta. La radiación solar también adelgaza la piel y puede inducir a la aparición de formaciones precancerosas (queratosis actínica, queratosis salar). Además los individuos expuestos durante mucho tiempo al sol corren mayor riesgo de contraer cánceres de piel ya que la radiación solar altera la información genética de las células de la piel.

La piel también puede envejecer prematuramente como resultado de la exposición a la radiación UV (foto–envejecimiento). Las bandas de la longitud de onda A(UV) y B(UV) afectan directamente las fibras de colágena y causan una acumulación anormal de las fibras de elastina, ambas fibras dan fortaleza y firmeza a la piel. Cuando esto ocurre se produce una gran cantidad de enzimas llamadas metaloproteínas. La función normal de estas enzimas es la remodelación del tejido dañado por el sol, sintetizando y rehaciendo nueva colágena. Lo mismo ocurre con las fibras de elastina, si se dañan con la exposición a los rayos del sol son reparadas por estas enzimas. Sin embargo esto es un proceso imperfecto, y para poder lograrlo, algunas de estas enzimas degradan la colágena y deshacen la elastina. El resultado es una formación dispareja de la matriz dérmica con formación de fibras de colágena y fibrina desorganizadas, llamadas cicatrices solares.

El deseo estético de estar más pigmentado (bronceado) ha producido muchas alteraciones nocivas en la piel. Contradictoriamente el sol es la principal causa de la despigmentación. Una lesión que se puede presentar y que es producto de la multiplicación anormal de los melanocitos es el léntigo. Esta lesión es una alteración en la pigmentación de la piel donde se presentan pequeñas áreas (5–10mm) que se diferencian del resto de la piel por su color. A diferencia de las pecas, los léntigos no se oscurecen con la exposición al sol.

La mejor manera (y el más obvio) de prevenir los daños que puede causar el sol en la piel es evitando los episodios de la exposición excesiva del sol, particularmente al medio día. Ni las nubes, ni la niebla son buenos filtros para los rayos UV. Además, recuerde que el concreto, la arena y las paredes blancas reflejan la ondas de luz, por lo tanto, el caminar por la ciudad, no necesariamente la playa, puede producir quemaduras en su piel.

Antes de una exposición a la luz solar intensa y directa, usted deberá aplicarse un filtro solar, esto es, un ungüento o crema con sustancias químicas que protejan la piel al repeler los rayos AVU y BVU. Los filtros solares se clasifican en grados según su factor de protección solar (FPS): cuanto mayor es el número de FPS, mayor es la protección. Y si usted va a utilizar maquillaje primero aplique el filtro solar y después su base. Disfrute sus vacaciones sin hacerse daño.

 

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La deshidratación y los golpes de calor, padecimientos por las altas temperaturas

(Yadira Llaven)

 

El incremento de la temperatura ambiental y la humedad relativa, así como las  en-fermedades gastrointestinales agudas son causas de deshidratación grave, siendo la población menor de 5 años la más afectada. Esta patología se ve favorecida durante la primavera y verano, señaló el especialista Eduardo Morales Hernández, coordinador de la Delegacional de Salud Pública del IMSS en Puebla.

Morales Hernández indicó que dadas estas condiciones, se debe prevenir y controlar los daños a la salud, como el golpe de calor, el calambre por calor, la insolación y la lesión térmica asociada al ejercicio.

Recomendó que los signos que se ob-servar son: sed intensa abundante evacuaciones líquidas, vómito continuo, comer o beber poco, fiebre elevada, evacuaciones sanguinolentas y fontanela.

En caso de un probable golpe de calor, la temperatura corporal se eleva a 41 grados, signo que es acompañado de confusión mental, estupor y pérdida de la conciencia, que puede llegar incluso a la estado de choque o coma.

Respecto al síndrome de enfermedad por calor que es más frecuente, explicó que la  temperatura corporal se eleva a 40 grados con sudoración abundante, mareo, nausea, debilidad muscular, calambres, hi-perventilación, escalofríos, falta de coordinación, piel fría y taquicardia.

“El calambre por calor se identifica por que el paciente presenta sudoración, do-lor muscular y temperatura normal; mientras que la lesión térmica asociada al ejercicio se presenta con intensa sudoración, cefalea, nauseas que en ocasiones llegan al vómito, marcha inestable, falta de coordinación, hipertensión, taquicardia, y re-traso en el  llenado capilar”.

El especialista sugirió que ante cualquiera de los síntomas ya citados, acudir a la clínica más cercana, mientras se coloca al paciente en un lugar fresco y se le suministran electrolitos orales para rehidratarlo.

Con el propósito de prevenir y mencionas sobre los padecimientos frecuentes en esta época del año, dijo que el IMSS desarrolla actividades de capacitación al personal de sus diferentes unidades, así como a madres de  niños menores de 5 años, que consiste en informar sobre los signos de alarma de deshidratación y diarrea; así co-mo la preparación de la solución de rehidratación “Vida suero oral”, su utilización y el manejo adecuado.

 

Consejos

 

Por otro lado, entre los consejos más comunes para prevenir enfermedades gastrointestinales, está lavar con agua y jabón las frutas y verduras que se comen crudas, posteriormente desinfectarlas (a un litro de agua agregar cinco gotas de cloro o cinco gotas de plata coloidal y sumergirlas du-rante 30 minutos).

Si labios y piel están secos, preparar y tomar suero oral, disolviendo el contenido de un sobre en un litro de agua hervida o de-sinfectada); éste se distribuye gratuitamen-te en todas las unidades del Sector Salud.

No automedicarse y en caso de cualquier molestia, acudir de inmediato a la uni-dad médica. Asimismo, utilizar sombrero o sombrilla para protegerse y evitar exponerse a los rayos del sol durante el tiempo de mayor radiación (entre las 11 y las 15 horas).

 
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