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Jueves, 24 de enero de 2008
La Jornada de Oriente - Puebla - Economía
 
 

Descaradamente, Gamboa, Beltrones y Labastida quieren privatizar Pemex: Bartlett

El ex senador Manuel Bartlett acusó a sus correligionarios Emilio Gamboa Patrón, Manlio Fabio Beltrones Rivera y Francisco Labastida Ochoa de traicionar los principios del Partido Revolucionario Institucional (PRI), porque ya pactaron con el gobierno federal del panista Felipe Calderón la aprobación de enmiendas a leyes secundarias para legalizar lo que en hechos viene sucediendo desde hace varios años: la privatización de Petróleos Mexicanos (Pemex).

 

El ex senador Manuel Bartlett ofreció ayer una conferencia en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Puebla sobre la Reforma Energética / Foto: Rafael García Otero
Martín Hernández Alcántara
Puebla, Pue.

El también ex gobernador poblano ofreció ayer una conferencia sobre la reforma energética en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), como parte del festejo por el XVIII aniversario de La Jornada de Oriente.

En ese marco, pidió a los estudiantes de Ciencias Políticas de la máxima casa de estudios investigar la historia de los coordinadores parlamentarios del PRI, Emilio Gamboa Patrón, Manlio Fabio Beltrones y al presidente de la Comisión de Energía en el Senado, Francisco Labastida, y de otros involucrados en la entrega de los recursos de la nación, como el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, y el ex presidente de la República Carlos Salinas de Gortari.

En respuesta, el director de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Guillermo Nares Rodríguez, se comprometió públicamente a establecer un programa de estudio especializado en la reforma energética.

El también ex gobernador poblano reveló que integrantes de las bancadas del PRI en el Congreso de al Unión le han confiado que no han discutido las iniciativas que defenderá su instituto político en materia energética, porque ni siquiera las conocen; “lo único que les han dicho los coordinadores es que no habrá reformas a la Constitución, pero eso ni siquiera tienen que hacerlo porque lo que intentan esos priistas traidores, en contubernio con el PAN, es cambiar leyes secundarias para poder proseguir con la entrega de Pemex al capital extranjero”, aseveró.

Bartlett consideró inaceptable que Jesús Federico Reyes Heroles González Garza sea el director de Pemex, cuando el sexenio pasado su despacho particular fue el representante de empresas extranjeras que querían aprovecharse de los contratos de usos múltiples para poder irse apoderando de la paraestatal.

Contó que el vástago del ideólogo priista Jesús Reyes Heroles –quien siendo también director de la paraestatal de 1964 a 1970 liquidó los contratos de alto riesgo– como embajador de México en Estados Unidos trabó relaciones con las trasnacionales que se han dedicado a saquear los energéticos de otros países.

A su retorno a México, abundó que su despacho se convirtió en un entusiasta promotor de la inversión extranjera en Pemex; “y lo digo con conocimiento de causa, porque a mí personalmente él me pidió que cambiara de postura en este asunto, que quitara los obstáculos legales y que depusiera las actitudes de dinosaurio, ¡no sé a qué se refería!”, exclamó, provocando risas y aplausos entre los presentes, porque Bartlett ha sido identificado por el imaginario político neoliberal como un ser de la prehistoria gracias a su postura nacionalista.

Ahora, insistió, ese hombre que como economista abogó por los intereses del capital en Pemex es nada menos que el cancerbero de la industria más importante del país y ha enderezado sus primeros pasos en dirección a la privatización de Pemex, acelerando la entrega de ductos y redes a empresas extranjeras para que las operen, con el pretexto de que les darán mantenimiento.

Pasar facturas

De todas maneras, aunque las enmiendas en materia energética sean aprobadas por la mancuerna entre el PRI y el PAN, “¡no hay que aceptar la reforma y hay que combatirla!”, exclamó el ex senador.

A propósito de ese exhorto de Bartlett, y de la pregunta de una mujer del auditorio, quien replicó que casi nada se puede hacer contra la alianza del Revolucionario Institucional y Acción Nacional, Aurelio Fernández Fuentes, director de esta casa editorial, contó al auditorio un episodio de la lucha que terminó por echar abajo la llamada ley Televisa, que pretendía perpetuar el dominio de las concesiones de radio y televisión a los beneficiarios que las ostentan actualmente.

Relató que en esos días, en un restaurante del Distrito Federal, Manuel Bartlett, quien entonces ocupaba una curul en el Senado, le adelantó a los periodistas Carmen Aristegui, Josetxo Zaldúa, coordinador de Edición en el diario La Jornada, y al propio Fernández, que las enmiendas promovidas por los magnates mediáticos serían aprobadas.

Cuando los informadores le cuestionaron al político qué se podía hacer, él respondió: “¡Hay que cobrarle cara la factura!”. Se emprendieron así varias acciones, entre ellas, una inconsistencia constitucional alentada por el priista y Javier Corral –a la sazón, diputado del Partido Acción Nacional– que, a la postre, derivó en el triunfo legal que derrumbaron las reformas.

Otra acción importante fue la comparecencia de los entonces senadores priistas Lucero Saldaña, Germán Sierra Sánchez y el albiazul Francisco Fraile García, quienes votaron en contra de la ley Televisa por la presión de especialistas en el tema, académicos, periodistas y universitarios.

La disputa por Bartlett

De hecho, a lo largo de su ponencia, Bartlettt Díaz insistió en varias ocasiones a los alumnos estudiar a fondo, con precisión y seriedad los asuntos concernientes con el interés nacional; “informarse, tener argumentos, porque la ignorancia es el principal activo que aprovechan las trasnacionales”, expresó.

En una sintonía similar hubo pronunciamientos de varios luchadores sociales como Armando Domínguez y José Antonio Gómez Lince, quienes instaron a que la Universidad Autónoma de Puebla recupere su espíritu crítico y de vinculación social, para que en bregas como la apología de los energéticos también se haga comparecer a los actuales representantes populares.

En la parte de preguntas y respuestas, varios de los asistentes –entre ellos Domínguez, Gómez Lince, un estudiante y un obrero textil de 65 años, le reprocharon a Bartlett su pasado como secretario de Gobernación en la administración de Carlos Salinas de Gortari. Algunos lo felicitaron por haber rectificado, pero otros expresaron sus dudas sobre la honestidad de su postura.

La mayoría de los críticos del ex mandatario se definieron como seguidores del “presidente legítimo”, Andrés Manuel López Obrador, y recordaron que, como candidato a la primera magistratura del país, el tabasqueño formuló una propuesta para impulsar la recuperación de Pemex sin recurrir al dinero de la iniciativa privada.

Las intervenciones vehementes de algunos de estos simpatizantes fueron trasladándose a ámbitos vinculados, pero distintos, al planteado por la conferencia, como el fraude electoral y la corrupción de los malos gobiernos. Casi todos coincidieron en calificar al Partido Revolucionario Institucional como el principal responsable de la situación vigente en el país, por su oprobiosa alianza con la derecha, y cuestionaron la permanencia de Manuel Bartlett Díaz en el instituto tricolor y lo instaron a definirse, casi exhortándolo a unirse al movimiento que encabezan el Frente Amplio Progresista y la Convención Nacional Democrática.

En el otro extremo hubo priistas, como el dirigente de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares, afiliada al Revolucionario Institucional, en el municipio de Puebla, Felipe Neri Morán, quien elogió la congruencia del ex mandatario, y dijo que su afiliación al Partido Revolucionario Institucional es imprescindible, porque su ausencia implicaría la pérdida de la democracia en ese organismo.

Algunos periodistas leyeron en ambas posiciones una disputa por la figura de Bartlett, quien ante las críticas respondió irónico que estaba complacido porque su pasado había sido perdonado, “y ahora dicen que ya soy bueno”.

En seguida, ante los cuestionamientos del auditorio sobre su permanencia en el PRI, Bartlett Díaz argumentó que es la fuerza política más importante, y desde donde ahí él puede dar una lucha efectiva para la defensa de los intereses nacionales.

 
 
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