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Puebla > Estado
jueves 8 de noviembre de 2007

CUITLATLÁN

Corrupción, abusos y decepción en las campañas del Panal

Fermín Alejandro García

La primera experiencia electoral a nivel local del Partido Nueva Alianza (Panal) ha dejado un amargo sabor de boca, ya que sus campañas estuvieron caracterizadas por el malestar de sus candidatos a los que no les dieron apoyo económico, bajo la sospecha de que alguien se quedó con una parte importante del presupuesto para las actividades proselitistas, y porque esta fuerza política reprodujo los viejos vicios del PRI, ya que estaría intentando comprar votos, utilizar organismo públicos y el corporativismo para incrementar su número de votos.

La mejor prueba de ello es lo que pasó este miércoles en Tehuacán y el martes por la tarde en la ciudad de Puebla, en donde en los cierres de campaña de sus candidatos aumentaron las sospechas de que hubo un mal uso del presupuesto electoral y sobre todo, salieron a relucir actos de corrupción y presión contra maestros por medio del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

En Tehuacán, el candidato del PAN a edil, Arnulfo Juárez, aunque fue apoyado económicamente por el ex alcalde priista de esta ciudad Álvaro Alatriste, no logró nunca tener grandes reuniones de seguidores. Ante el temor de que el acto de cierre de campaña estuviera deslucido, se optó por suspender clases en varias escuelas vespertinas y llevar a unos 200 alumnos de acarreados al acto partidista.

Muchos escolares optaron por mejor irse de pinta, lo que no pudieron hacer los mentores de esos planteles, pues saben que pueden sufrir represalias del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

Lo más grave es que a un grupo de choferes de combis y microbuses, sus dirigentes les ofrecieron darles una despensa a cambio de que llevaran por lo menos 10 personas al acto de cierre de campaña. Algunos trabajadores del volante se negaron y sufrieron amenazas de que podrían perder el empleo. Esa advertencia fue también para que el próximo domingo sean el conducto para acarrear a votantes a las urnas.

Curiosamente los dirigentes que habrían hecho esas advertencias son militantes del PRI, que incluso se entrevistaron con dirigentes estatales del tricolor para ofrecer su apoyo a ese partido, pero en realidad están operando a favor del Panal. Algunos de ellos son José Castillo y uno más, que se apellida Tierra, entre otros.

El martes por la tarde–noche fue el cierre de campaña de Roberto Ruiz Esparza, el ex futbolista que fue el candidato del Panal a edil de Puebla. El acto se caracterizó por dos cosas: por la frivolidad de presentar como principal atractivo a la cantante popular Ninel Conde y por la apatía que mostraron varios de los asistentes, sobre todo algunos aspirantes a diputados y alcaldes, junto con sus seguidores.

El origen del disgusto fue porque trascendió que la cantante en cuestión, cuyo principal atractivo es enseñar una parte de su busto operado, cobró unos 200 mil pesos por actuar –por cierto bastante mal– por una hora. En cambio, hubo aspirantes a puestos de elección popular que apenas recibieron 4 o 5 mil pesos de presupuesto para realizar actividades proselitistas.

Se supone que la misión de un partido es intentar ganar una elección, no montar un espectáculo musical al final de la campaña; pero en el Panal las cosas se hicieron al revés, quienes tenían que convencer para ganar votos los dejaron sin apoyo, y en cambio se utilizó mucho dinero para vestir un acto, en el cual la mayor parte de los asistentes eran maestros que fueron obligados por el SNTE a acudir y aplaudir al insípido discurso de Roberto Ruiz Esparza.

Al iniciar las campañas, a los candidatos de Nueva Alianza se les ofreció todo tipo de apoyos. En la medida en que fueron transcurriendo las semanas y no llegaba la ayuda prometida, cambió el discurso de los dirigentes de esta fuerza política y se empezó a hablar de “campañas austeras”, y que solamente se les daría propaganda para promocionarse, pero no habría dinero.

Se les dijo que no había dinero porque la política del Panal era luchar contra el dispendio, contra las campañas caras.

Las cosas cambiaron cuando trascendió que había tres millones de pesos del presupuesto electoral que no aparecían. Que los dirigentes de las dos secciones del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, la 23 y la 51, habían sido llamados a la ciudad de México para que explicaran el destino de esos fondos que por instrucción de Elba Esther Gordillo Morales, la máxima dirigente del sindicato, habían sido destinados para financiar las campañas de Puebla.

El mayor susto lo sufrieron los dirigentes magisteriales cuando llegó a Puebla un numeroso grupo de enviados del sindicato, entre ellos Gregorio Cortés, Homero Reyes, Raúl Mignon, Fernando García y Jesús Huerta, para investigar a qué se debía el fracaso de las campañas de Panal, pero sobre todo determinar qué había pasado con el dinero.

Curiosamente luego de que llegaron los investigadores, les comunicaron a los candidatos que siempre si había dinero.

A los candidatos a diputados de manera muy discreta les dieron 50 mil pesos. Es obvio que esa cantidad de fondos es insignificante frente a lo que cuesta una campaña, pero fue un recurso para intentar calmar los ánimos.

Aún esa medida causó molestia, ya que no todos los aspirantes recibieron la misma cantidad. Por ejemplo, Olmos Lima Manzano, quien es el candidato a diputado por Zacapoaxtla le dieron 30 mil pesos. La causa es que este personaje es apoyado por el ex dirigente magisterial Cupertino Alejo Domínguez, quien no es querido por el actual secretario general de la sección 23 del SNTE, Jorge Rodríguez.

El viernes de la semana a los candidatos a presidentes municipales se les comunicó que también habría recursos económicos para ellos.

Muchos de quienes compiten por las alcaldías acabaron lanzando improperios contra la dirección del Panal, ya que a unos les dieron 10 mil pesos y a otros, la ridícula cantidad de tres mil pesos. Nunca les explicaron con que parámetros se habían fijado los montos de dinero.

Por eso, el miércoles en la tarde–noche muchos de los asistentes al cierre de campaña de Roberto Ruiz Esparza solamente llegaron a pasar lista, a que los vieran, y luego se marcharon. Ni siquiera se quedaron a ver las caderas –¿también operadas?– de Ninel Conde. De ese tamaño era la decepción hacia su partido político.