"Periodismo regional a la medida de su tiempo"

EnviarEnviar ImprimirImprimir

Puebla > Política
jueves 25 de octubre de 2007

TENDAJÓN MIXTO

Los desmanes del poder

Jaime Ornelas Delgado

Que explique el enriquecimiento familiar

En su activismo mediático, muy lejano a su promesa de retirarse a montar caballo y ordeñar vacas en su rancho de Guanajuato, cuyo valor catastral es de 300 mil pesillos, el ex presidente Vicente Fox pretende mantenerse en la escena política nacional, así sea desafiando el creciente repudio popular a su verborrea y actitudes bravuconas. A pesar de la orden salida de Gobernación de que “quien se va se calla”, el locuaz ex mandatario, quien en el colmo del delirio quiere que se le siga llamando presidente, no parece tener la menor intención de guardar silencio sobre todo ahora que él y “la señora Marta” tienen la firme decisión de seguir llenado el mundo de dislates.

Pero si no se va a callar, sería bueno que Fox empezara a explicar el súbito enriquecimiento de sus hijastros, los hermanitos Bribiesca y de su propia ex pareja presidencial, quien parece que dejó caer todo el peso de su poder para permitir que sus hijos hicieran de Petróleos Mexicanos patrimonio familiar que les permitió amasar una enorme fortuna. Pero es claro que si la señora Sahagún, desde su papel de”primera dama”, incurrió en tráfico de influencias y ayudó al enriquecimiento de sus hijos, por lo menos contó con la anuencia de su marido quien, así, sería tan responsable como ella de los presuntos ilícitos cometidos.

Funcionarios de Petróleos Mexicanos han entregado a la Cámara de Diputados un listado de las adjudicaciones directas otorgadas por la paraestatal a la empresa Oceanografía, ligada a los hijos de Marta Sahagún. Se sabe ahora que, entre el año 2000 y el 2005, Pemex Exploración otorgó contratos a Oceanografía por más de 9 mil millones de pesos, contratos, se dice, gestionados por los hijos de la señora. Y no sólo eso, esa misma empresa recibió adjudicaciones futuras, para el periodo 2008–2010, por un total de 172 millones 618 mil dólares, aproximadamente mil 900 millones de pesos.

Las denuncias hechas contra estos hechos, tipificados como tráfico de influencias, deben ser atendidas y es de esperar que la comisión que formaron los diputados para investigar este asunto vaya al fondo de las cosas y no sea una comisión más para no resolver nada, o peor para ocultar las corruptelas de la anterior familia imperial. Resolver este asunto es cuestión de salud pública.

La subasta de Aeroméxico

Se dice, y al parecer con razón, que la venta de Aeroméxico a un grupo de inversionistas encabezado por José Luis Barraza, no es sino el pago de factura de Felipe Calderón a la contribución que hizo ese empresario a llenar de zozobra las elecciones del 2006. En efecto, este señor Barraza siendo presidente de Consejo Coordinador Empresarial durante el proceso electoral del año pasado, pagó espots en radio y televisión por 130 millones de pesos que insistían en que López Obrador era un peligro para México; más tarde, Barraza y su grupo fueron el soporte de los apoyos que tuvo la decisión del Tribunal Electoral para no contar “voto por voto casilla por casilla.” Ahora, los empresarios pasan la factura y la cobran, muy bien cobrada.

En la puja por adquirir Aeroméxico, participaron otros empresarios –los hermanos Saba– quienes, ingenuos o paleros, perdieron la licitación porque el plazo para hacer ofertas cerraba el miércoles a las 4 de la tarde y ellos, curiosamente o vaya usted a saber qué, presentaron su oferta a las 4 de la tarde con dos minutos. La oferta, por supuesto, era mejor que la ganadora, pero casualidad, creámoslo o no, la presentaron dos minutos tarde, por lo que fueron descalificados.

Si lo anterior no fuera suficiente, el artículo 64 de la ley del IPAB establece que “la enajenación de los bienes deberá ser mediante subasta pública o por licitación publica.” Sin embargo, en este caso lo que se hizo fue una oferta pública de acciones a través de la Bolsa de Valores, figura que no está establecida en la ley del IPAB pero que sí permite evadir impuestos, pues este tipo de operaciones no son gravadas. Lo mismo hicieron con la venta de Banamex, que forma parte del grupo ganador que, como se ve, aprendió bien el caminito de la evasión.

La transa violó además el artículo 13 transitorio de la Ley de Protección al Ahorro Bancario que impide constituirse como oferentes o adquirentes a las personas físicas que en su carácter de accionistas de una Institución hayan sido sujetos a programas de saneamiento financiero del IPAB y resulta que ni Banamex ni los hermanos Saba podían entrar a la subasta y menos adquirir Aeroméxico, ya que todos fueron apoyados en su momento por el Fobaproa, que adquirió créditos y cartera de Banamex, y también la familia Saba aparece en el acta de entrega del Fobaproa al IPAB, como uno de los “originadores de flujos en los Programas de Capitalización y Compra de Cartera.”

Nubarrones en el horizonte económico

El Fondo Monetario Internacional (FMI) anticipó un escenario de desaceleración de la economía mundial en 2008, año para el que ajustó su previsión a la baja de 5.2 a 4.8 por ciento. El mismo FMI estima que el PIB de México avanzará cuando mucho 3 por ciento y no 3.5 por ciento que se había previsto apenas en julio de este año. Y no es todo, pues ese 3 por ciento que se pronostica para la economía mexicana es más bajo que el promedio de crecimiento para América Latina, que será de 4.2 por ciento, es decir, andaremos por debajo de la media regional. Y la mala noticia, una más, es que la mexicana será la economía de América Latina que menos crezca en 2007 y en 2008, lo que nos ubicaría en el lugar 15 del mundo, después de haber presumido ser una de las más grandes. Ni modo, son los costos de haber sido gobernados por el tal Chente, quien después del oso que hizo en la entrevista con el periodista de Telemundo, merece un Prozac reforzado, de esos que son amansalocos.