"Periodismo regional a la medida de su tiempo"

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Puebla >
miércoles 17 de octubre de 2007

MEDIEROS
desde los comunicadores



En el país de no me acuerdo

Claudia Magallanes Blanco

¿Qué pasó con los presos políticos de Atenco que desde hace más de un año están detenidos? ¿Qué castigos se aplicaron a los miembros de la PFP y de la SES que golpearon y vejaron a hombres y mujeres?

¿Qué hay de los detenidos en Oaxaca que fueron llevados a un penal en Nayarit y que no han sido liberados?

¿Qué cambios han sucedido en las comunidades bases de apoyo zapatistas en su lucha por autonomía, democracia, paz y justicia?

¿Qué acciones ha tomado el gobierno en la lucha por la tala ilegal de árboles que contribuye al deterioro del medio ambiente y que conlleva hechos de violencia?

Todas estas preguntas me vienen a la cabeza mientras reveo documentales, reportajes e historias de denuncia registradas en video. Son producciones independientes, alternativas, incómodas. Sus imágenes no son plácidas, ni alineadas con el discurso de paz social, gobernabilidad y control que estamos acostumbrados a ver en las pantallas de los noticieros.

Es necesario que éstos y otros casos sean recordados. No debemos olvidarnos que sucedieron y que no se han resuelto. El olvido mediático no hará que Ernestina Asención Rosario reviva, ni que las mujeres violadas por soldados mexicanos recuperen su dignidad, ni que Lydia Cacho recupere la libertad que le fue quitada.

Somos el país del olvido. Pasamos rápidamente a la noticia de “actualidad”, haciendo a un lado importantes temas de justicia social que usualmente afectan a los que menos tienen.

Sin embargo, debemos reconocer que hay medios y comunicadores inquisitivos, comprometidos, no alineados que no quitan el dedo del renglón, y además de informarnos de la mutilada estatua de Fox, también nos informan y sobre todo nos recuerdan constantemente los casos complejos de abusos, injusticias y corrupción.

Entre estos comunicadores están los productores independientes y alternativos, quienes han comprometido su tiempo, recursos y en ocasiones su integridad o su vida –como el reportero de Indymedia que fue asesinado en Oaxaca– para hacernos llegar las voces de los excluidos en los grandes medios.

Nuestro compromiso es no olvidarnos de que estos medios existen. Algunos no son fáciles de encontrar así es que hay que buscarlos para verlos, leerlos o escucharlos. Una vez que tenemos acceso a ellos hay que comentarlos y pasar la voz para que otros más no se olviden



La palabra anónima: Enlaces

En el marco del “Encuentro de Pueblos indígenas de América”, celebrado del 11 al 14 de octubre el mundo habría de voltear los ojos a Vicam, Sonora, sede de este encuentro en el que se reunieron más de 500 delegados procedentes de cuando menos 12 países americanos que en territorio yaqui expusieron sus problemas, logros y propuestas en lo que llaman “más de 500 años de resistencia”. Todo esto suena importante; sin embargo, revisando las notas emitidas en esos días, poco se difundió la noticia de tan interesante acto cuyo nombre un tanto rimbombante da por sentado que se trata de algo trascendental. Recuerdo que me volvía loca buscando información en medios locales, nacionales e internacionales, en los que me encontré de todo, desde sociales hasta obituarios y poco o nada del encuentro; busqué en los portales de información más comunes, y sólo en algunas páginas web de medios libres y salvo honrosas excepciones (porque sí las hay), logré dar con la información tan ansiada. De coberturas especiales, sólo la ilusión me quedó, porque en muchos casos tuve que organizar las notas encontradas y hallarles la pista para dar al aire la información más confiable, y digo al aire porque este espacio habla de radios libres, y por suerte me tocó hacer mi servicio social en una de ellas.

El caso es que, volviendo a lo del encuentro en Vicam, recordamos que tenemos la fortuna de contar con el apoyo de otras radios en similar situación que la nuestra, es decir libres, sin permiso gubernamental, por lo que nos contactamos con la gente de Radio Bemba, una estación que empezó sus transmisiones en completa clandestinidad y que recientemente logró obtener un permiso que la libra al menos del anonimato. Como ellos tienen la fortuna de estar en Sonora, montaron una cabina movible ahí en el mismito territorio yaqui, en donde comenzaron las transmisiones especiales, y aunque no fue una cobertura constante, nos brindaron la oportunidad de enterarnos de cómo iban las cosas por allá. Con suerte nos pudimos enlazar a su señal, y transmitimos en tiempo real desde Vicam, Sonora. Escuchamos así la voz del sub Marcos leyendo una carta de los comandantes, detallando el porqué de su regreso a tierras chiapanecas; pudimos escuchar a don Juan Chávez, líder purépecha que dio las palabras de apertura, y a varios delegados de otros países que nos deleitaron con su música y su palabra. Nos enteramos de viva voz de los problemas que algunos pueblos indígenas tienen y, sobre todo, de su lucha por mantenerse presentes en esta era de exclusión.

Me impresiona sobremanera la colaboración que existe entre los medios libres, en los que más allá de obtener la exclusiva se trata de hacer llegar la información a las personas, pues mientras más sepan es mejor. Decía una compañera que una de las premisas de las radios libres es “multiplicarse”; me parece que otra más es la hermandad que permite que personas separadas por kilómetros de distancia compartan algo en común: la información.

Va un saludo fraternal a los compas de Radio Bemba. El colectivo de la 99.1 les agradece su solidaridad y compromiso. (Citlalli Serrano)



Indefiniciones y complacencia

Roberto Alonso

Luego de que el secretario de Comunicaciones y Transportes ablandara el terreno en la 49 Semana Nacional de la Radio y la Televisión sosteniendo que en esta industria no existen los monopolios y, por el contrario, es uno de los sectores más competidos, Felipe Calderón Hinojosa asistió a su primer encuentro público con los concesionarios de la radiodifusión con la oferta de establecer procedimientos claros para la renovación de las concesiones y los parámetros necesarios para lograr la transición digital.

En lo que sobresalió como un discurso escrupuloso a diferencia del ímpetu que el mismo Calderón mostró el año pasado como presidente electo proyectando la licitación de una tercera y hasta cuarta cadena de televisión, así como cientos de concesiones para estaciones radiofónicas, el titular del Ejecutivo prefirió mantener la indefinición en los asuntos vertebrales que le tocan a su gobierno de cara a la nueva ley de medios y formular algunos compromisos de protocolo que más que compaginar con el ánimo existente en el Senado fueron encauzados para complacer y apaciguar a los concesionarios.

Al respecto es de suma preocupación que el presidente haya instruido a Luis Téllez, titular de la SCT, para definir junto con la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión el mejor camino para la renovación de las concesiones, siendo que dicho derecho, reconocido incluso por la Corte en la resolución de la acción de inconstitucionalidad en contra de la ley Televisa, es parte del quehacer del Congreso de la Unión.

Tras la desarticulación de la ley confeccionada por la televisora, en la que el refrendo de una concesión consistía en un trámite automático con preferencia sobre terceros y sin tener que participar en una licitación pública, el Poder Judicial sentó las bases para el Legislativo imprimiendo en su engrose que se le podrá dar preferencia al concesionario siempre y cuando en igualdad de circunstancias con otros competidores la nueva oferta no supere los requisitos exigidos en la normatividad. En este caso, la concesión permanecería en posesión del mismo concesionario y éste estaría obligado, para contar con seguridad jurídica y no sufrir de “incertidumbre” y “zozobra”, a cumplir con la función social que rige el servicio de radiodifusión.

Por lo tanto, dejar en manos de un secretario de despacho que, en contraste con la opinión de la Comisión Federal de Competencia, asegura la inexistencia de monopolios en la industria de la radio y la televisión, y en estrecha relación con la CIRT el establecimiento de los procedimientos para la renovación de las concesiones, pareciera mermar el trabajo legislativo y enviar una señal de serenidad a los concesionarios que podría resultar adversa.

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