EDITORIAL

EFECTOS NEGATIVOS CON EL ALZA DE LA GASOLINA

Los diputados federales aprobaron ayer una modificación a la Ley del Federalismo Fiscal mediante la cual, a partir de 2008 y durante año y medio, el precio de la gasolina y el diesel aumentará dos centavos cada mes, además de las actualizaciones periódicas que ya existen. Al término del periodo marcado, dichos hidrocarburos se habrán incrementado en global 5.5 en su precio y el gobierno federal pretende captar por esa vía 22 mil millones de pesos.

Las autoridades federales han querido justificar el aumento señalando que solamente va a impactar con un incremento del 0.20 por ciento sobre el índice nacional de precios, por lo cual no se desatará una escalada en los precios de artículos y servicios.

Pese a los anteriores argumentos, es claro que importantes sectores de la población, sobre todo los de menores ingresos económicos, van a resentir directa o indirectamente el aumento en la gasolina, ya que se elevarán los precios; básicamente, el mayor impacto será en el transporte, cuyo incremento se trasladará a los precios de las mercancías comercializables, mermando la capacidad real de mucha gente para poder adquirir diversos bienes. Esta situación es clara si se toma en cuenta que el grueso de los trabajadores no ha gozado de incrementos salariales o éstos tienen índices inferiores a los incrementos de precios.

Lo grave de esta situación es que el proyecto de reforma hacendaria que propuso la administración de Felipe Calderón solamente busca aumentar de manera rápida la recaudación fiscal gravando el consumo, pero no propone nada que reactive la actividad económica del país y que eso pudiera derivar en una mayor aportación al fisco.

Con la aprobación de más impuestos regresivos lo único que se logrará será seguir dañando la actividad económica actual y el nivel de vida de los trabajadores.