"Periodismo regional a la medida de su tiempo"

EnviarEnviar ImprimirImprimir

Puebla > Estado
jueves 13 de septiembre de 2007

Denuncia el Consulado General de México un nuevo caso de fraude a migrantes

Atlixco– El Consulado General de México dio a conocer un comunicado en donde alerta a las familias de los migrantes de esta zona sobre las acciones fraudulentas cometidas por un personaje de nombre Mario Agustín Pérez Olmedo, quien presuntamente intenta sorprenderlos con la promesa de resolver asuntos legales en el país del norte.

De acuerdo con el texto de esa oficina, “un individuo que se hace llamar Mario Agustín Pérez Olmedo se ha acercado a connacionales y a organizaciones comunitarias mexicanas en Nueva York, haciéndose pasar, con dolo y de manera fraudulenta, como representante de este consulado, ofreciendo sus supuestos servicios para tramitar la constitución legal de organizaciones no lucrativas, así como para la tramitación de licencias de conducir internacionales, trámites que por cierto no se llevan a cabo en ningún consulado mexicano”.

El comunicado establece que ese consulado tiene en su poder copias de los “recibos” que otorga a cambio de dinero –y en los cuales afirma que los documentos “serán entregados por el consulado en Nueva York”– así como copias de algunos de los cheques que le han sido entregados.

En este sentido, el Consulado General de México en Nueva York manifiesta que “Mario Agustín Pérez Olmedo no tiene, y tampoco ha tenido vínculo de ninguna clase con esta representación consular. De igual forma, este consulado previene a la comunidad para que no se deje sorprender por las actividades fraudulentas e ilícitas que este individuo realiza y hace un llamado a las organizaciones e integrantes de la comunidad mexicana del área triestatal de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut a denunciar estas actividades ante esta representación consular y ante las autoridades locales”.

Por esa razón, “el Consulado General solicita a los connacionales que hayan sido víctimas de esta persona ponerse en contacto con el departamento de Protección Consular al teléfono (917) 459-2143 para denunciarla y evaluar la posibilidad de presentar una demanda civil en su contra”.

Además, “el Consulado General de México en Nueva York expresa su condena y su más enérgico rechazo a este tipo de conductas delictivas que vulneran profundamente los intereses de la comunidad mexicana y lucran con la buena fe, el desconocimiento y la necesidad de nuestros connacionales e informa que hará uso de todas las facultades legales y diplomáticas a su alcance para detener estas actividades ilícitas e inescrupulosas”.

Una más

Por otro lado, los métodos telefónicos para intentar defraudar o extorsionar a los habitantes de este municipio cambiaron. Antes, el asunto giraba en torno a la presunta detención de familiares migrantes en el aeropuerto de la capital del país o en los Estados Unidos. Hoy, el chantaje desde el auricular tiene el tono de aviso de secuestro y oferta de trabajo con visa de por medio en la Unión Americana.

Autoridades del gobierno del estado y la administración federal recomendaron a los vecinos de este municipio y de algunos más de la Mixteca no sólo estar alertas y evitar ser sorprendidos por esas bandas de delincuentes escondidos en el presunto anonimato, también descartar futuros diálogos con ellos.

Dos casos, dos historias

Eran las tres de la tarde del último miércoles de septiembre, cuando el recado en el buzón telefónico arrancó momentos de incertidumbre y miedo en la familia Ríos. La voz de un niño, quien por momentos tartamudeaba o guardaba silencio en espera del soplido del guión correspondiente, paralizó los sentidos.

Tras mencionar pormenores y detalles exactos, como el nombre, la dirección y el tipo de actividad económica de la posible víctima, lanza la amenaza: “Está vigilada y sabemos de sus movimientos diarios. Vamos a secuestrarla si en el próximo contacto no tienen preparada una cantidad importante de dinero. Llamaremos pronto”.

El sabor amargo de los involucrados por esos delincuentes terminó con secuelas psicológicas y de salud. En los días siguientes, drásticamente cambió el sentido de muchas de las rutinas y el temor es el ambiente común. Hasta la fecha, no hay un nuevo mensaje.

En medio de la incertidumbre, la familia decidió hacer caso a ese mensaje de la televisión, patrocinado por el gobierno de Vicente Fox y la dirección de Seguridad Pública Federal, en donde advierte de esos posibles chantajes y ofrece un número telefónico sin costo de ayuda y denuncia; sin embargo, encontraron durante dos días un pequeño problema: la línea estaba fuera de servicio.

De acuerdo con datos proporcionados por la Agencia Federal de Investigación (AFI), en México creció de manera alarmante el número de casos de extorsión. “Grupos de delincuentes, mediante llamadas telefónicas, amenazan a familiares con secuestrar a una víctima previamente escogida, pero eso no ocurrirá a cambio del pago entre 10 y 20 mil pesos”.

Aunque por el momento es difícil contar con cifras concretas, en Atlixco, del número de casos como el citado anteriormente, sobre todo por el miedo de denunciarlo, un integrante del Poder Judicial del estado admitió a La Jornada de Oriente: “No puede pasar desapercibido el tema. Vale la pena señalarlo: la extorsión es un fenómeno destapado y potencializado. Éste significa y representa para la comunidad el mismo impacto del secuestro”.

Según datos de la Procuraduría General de la República, la cantidad de incidentes de ese tipo registró un alza preocupante: “De únicamente ocho en el año 2001, ascendió a 2 mil durante la primera parte de 2005. En un día es posible detectar de 80 a 90 llamadas, y de ésas, dos o tres pagaban, pero el impacto era para 80 familias”.

El informe “Resultados en materia de secuestros y extorsión 2001–2005” elaborado por la AFI revela pruebas de que gran parte de las llamadas telefónicas con fines de soborno surgen de las prisiones. “Muchas provienen de los penales. Es gente detenida por secuestro, y como tienen la ventaja de hablar, agarrar un directorio telefónico o una referencia pública, hablan y amenazan. El impacto en la familia es como un auténtico secuestro”. (Miguel Ángel Domínguez Ríos)